Isabel A.- Después de muchos mensajes y señales que nos daba mi hija, fuimos sospechando poco a poco, hasta que una terapeuta nos confirmó lo que ya veníamos pensando: teníamos una niña trans.
Pero, ¿Y después qué sigue? ¿Como padres, qué debemos hacer, si es que a caso debemos hacer algo?, ¿A quién le decimos?, ¿Lo decimos o no? Pues ahí les va lo que nosotros como familia hicimos.
Respira hondo, exhala…
Primer paso, respiren hondo, exhalen y háganlo cuantas veces sea necesario. Si bien, ser una persona trans o tener un hijx trans no tiene nada de malo, también es cierto que nunca nos enseñaron quien era una persona transgénero en la escuela, vaya si a duras penas llegábamos a tocar el tema de la reproducción, ¡qué esperanzas había de que nos enseñaran sobre la diversidad sexual y de género!
Al no saber a lo que nos estamos enfrentando, ciertamente nos causa ansiedad, angustia y quizá hasta miedo y bueno, ciertamente existe mucha información amarillista que no ayuda a que los padres estemos “como sin nada” al recibir esta noticia. Es por eso que mi primera recomendación es, respiren y repítanse así mismos: “todo va a estar bien”. Por que así será.
Información es poder
Como nunca nos enseñaron en la escuela acerca de este tema nos toca, es más, tenemos la responsabilidad como padres de educarnos, o, más bien diría yo, re-educarnos sobre el tema.
Busquen información seria y confiable, clara y científica (que sí la hay), lean libros sobre el tema, vean documentales, entrevistas, etc. para que se empapen, se informen y se “empoderen”. Recuerden, la información es poder y créanme, en este caso así se sentirán.
Recuerdo que cuando recién nos confirmaron que mi hija era una niña trans, amigas y familiares con los cuales compartimos la noticia nos hacían muchas preguntas al respecto, preguntas que muchas veces caían en lo incómodo y rayaban en lo privado, aunque sé que no lo hacían con mala intención.
En esos momentos yo sentía que me ahogaba por no tener las respuestas e incluso me hacían dudar si el apoyar a mi hija en su camino era lo correcto. La mejor solución a esto: documentarme, educarme e informarme sobre el tema.
Es importante mencionar que no debemos sentirnos obligados a contestar siempre las preguntas que nos hagan pero en caso de que deseen hacerlo, el estar empoderados ayudará a aclarar esas dudas y sobre todo ustedes como padres dejarán claro que es la decisión que han tomado como familia y que nada ni nadie hará cambiar esto.
Público vs Privado
¿A quién le digo?, ¿A quién le cuento? Esta es una decisión bastante delicada, nosotros como familia nos regimos por el principio de que “una vez que lo dices, no hay manera de des-decirlo”, aunado a que en ese momento e incluso hasta hoy estamos hablando de un menor de edad y que por lo tanto, como padres tenemos la responsabilidad de proteger.
Para nosotros eso significa proteger su identidad hasta el día en el que ella decida contar su historia. Pero también, en la práctica no es tan fácil, por ejemplo: ¿Qué pasa con las personas (amigos, familia, doctores, etc) que habían conocido a mi hija desde que nació? En este caso, nosotros decidimos mandar una carta a cada uno de ellos explicándoles lo que ya todos ellos habían venido viendo durante algún tiempo, por lo que nuestra carta simplemente ayudó a disipar esas dudas. Con las demás personas que a penas conocían a mi hija, y hasta la fecha, la verdad es que no hacemos pública su identidad trans, por que a fin de cuentas, ¿A quién debería de importarle con qué genitales nació?
Entender, Apoyar y AMAR
Como padres necesitamos también un espacio en el cual podamos sentirnos escuchados y comprendidos, sin necesidad de dar más explicaciones, un espacio en el que todos ahí hablemos el mismo idioma como un grupo de apoyo ya sea físico, o bien, en línea o por llamada telefónica. Estos espacios nos sirven para también disipar dudas, eliminar nuestros miedos y mejor aún para saber que no estamos solos en este particular camino.
Entiendan que ustedes no hicieron nada malo como padres, que ser trans es algo natural. Una vez que entiendan, apoyen a su hijx y apóyense como familia, recuerden que tiene un hijx trans, pero también son una familia trans y cada miembro de la familia llevará su proceso de entendimiento diferente y quizá a distintos tiempos que el otrx. Sean pacientes con ustedes mismos y con el otro miembro de la familia, ya sea su esposx o sus otrxs hijxs.
Pero lo más importante, amen a su hijx trans ¡Y asegúrense de demostrárselo todos los días! Recuerden, es la misma personita que tuvieron en sus brazos cuando nació, que acompañaron en su primer día en el kínder, quien les dijo mamá o papá por primera vez, simple y sencillamente, la “envoltura” ahora es diferente.
*Isabel es activista a favor de los derechos de las infancias trans y una de las fundadoras de Transformando Familias, un grupo de apoyo y blog enfocado a difundir información y dar soporte a padres y madres de niñas, niños y adolescentes transgénero.
Fuente: Desastre