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Cotidianas: La caja de pandora se abre: la ONU en su propio #MeToo

Kyra Núñez de León, tuxtleca de nacimiento, es licenciada en Periodismo y Comunicación Colectiva por la UNAM con maestría en Relaciones Internacionales por la Universidad de Ginebra. Trabajó de corresponsal en el extranjero para medios nacionales como La Jornada, regresando a Chiapas en 2015 donde hace periodismo en El Sol de Chiapas y en medios informativos feministas. Escritora, tiene varios títulos publicados, como Mujeres en Vietnam, Jerigonza y el más reciente Rostros y Rastros de una Leyenda: Gertrude Duby Blom. Es Medalla Rosario Castellanos 2012. Actualmente es Consejera Consultiva 2018-2022 del Instituto Nacional de las Mujeres.


Un tercio del personal ha sufrido acoso sexual en 2017 y 2018

Cotidianas | Por Kyra Núñez

De acoso sexual ha sufrido una de cada tres personas trabajando para la Organización de las Naciones Unidas, reveló una encuesta publicada hoy en la que participaron 30, 364 funcionarias y funcionarios, apenas el 17 por ciento del total de 225,671 trabajadores, misma que no indica el porcentaje de mujeres. La cifra real pudiera ser mayor.

La confirmación de que al interior de la ONU un tercio de sus laborantes ha sido sexualmente acosada o acosado entre 2017 y 2018 es una noticia que ya se había tardado en llegar oficialmente a luz pública.

Al interior de la organización humanitaria se comentó que “la caja de pandora se ha abierto finalmente” gracias al movimiento #MeToo que impulsó a asumir la situación de posibles víctimas en el seno de las oficinas principales en Nueva York, Ginebra, Nairobi, Viena, Addis Abeba, Bangkok, La Haya y Beirut donde se ubican el Secretariado y las agencias incluyendo al conglomerado de los famosos Cascos Azules y que totalizan 225,671 personas.

Antonio Guterrez, Secretario General de la ONU comentando el informe dijo que “aún queda un largo camino antes de que podamos debatir abiertamente el acoso sexual”.

Admitió igualmente que el bajo número de participantes en la encuesta de la empresa independiente Deloitte, apenas el 17 por ciento del total de 225,671 funcionarios es “una cifra moderadamente baja” que pudiera significar “la existencia de un sentimiento de desconfianza, percepción de inacción y falta de rendición de cuentas” en la organización.

Funcionarias nos comentaron que se trata del pico del iceberg. Es de temerse que la cifra pudiera ser de dos por cada tres personas; se espera que provocará la valentía de quienes callaron por miedo a perder el empleo o al estigmatismo.

La encuesta arrojó que de 30,364 personas que participaron en la encuesta llevada a cabo en noviembre pasado, 21.7 por ciento ha sido acosada sexualmente en los últimos dos años, es decir desde que por la conducta de Donald Trump hacia las mujeres, se inició el movimiento #MeToo que hoy es global. Apenas uno de cada tres funcionarios o funcionarias que sufrieron acoso sexual lo denunciaron. El informe no revela si la denuncia fue investigada y el resultado.

Un funcionario de la ONU que sí participó de la encuesta luego de verla anunciada en su oficina y a través de correos electrónicos proporcionando el enlace para la encuestadora, me aseguró que colegas que vieron el anuncio o recibieron la encuesta no participaron “por temor, pero no pocos desistieron simplemente por flojera”. El tiempo ha invertir en el cuestionario fue calculado en 15 minutos para preguntas de respuesta múltiple y secciones aparte para expandir detalles. O sea que si hubiesen invertido apenas un cuarto de hora, mucho menos tiempo del que toman como pausa de café, pudieron haber contribuido a estadísticas más cercanas a la realidad del atroz fenómeno y con ello, a que se formule una política de respuesta rápida y apropiada para su erradicación. 15 minutos… para poder salvar a una futura víctima de acoso sexual en el lugar de trabajo.

Dos de cada tres acosadores son hombres. Más de la mitad dijo haber sido acosado sexualmente en la oficina y 17.1 por ciento en eventos sociales relacionados con el trabajo. Las formas más comunes del acoso es tener qué escuchar historias o bromas de carácter sexual, comentarios sobre vestimenta, cuerpo, actividad sexual o simplemente lo que llaman lenguaje corporal como gestos sexuales y 10.1 por ciento sufrió tocamientos inapropiados.

Guterrez aseguró que “las sombrías estadísticas nos servirán para ejecutar cambios a fin de que la plaza de trabajo sea efectivamente libre de cualquier tipo de acoso”. Es lo menos que se puede hacer y urge, si no se perderá el espíritu de igualdad, dignidad y respeto a los derechos humanos que son la base fundacional de la organización en 1945.

 

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