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Ni la causa feminista, ni el movimiento #MeToo, son culpables de su suicidio: Botellita de Jerez

El grupo Botellita de Jerez integrado por Francisco Barrios, Santiago Ojeda y Rafael publicó el domingo 07 de abril su posicionamiento sobre el suicidio de Armando Vega-Gil, donde mencionaron que ni el feminismo, ni el movimiento #MeToo, son culpables de su suicidio.

“Quienes hasta el 2 de abril de 2019 hemos integrado al grupo Botellita de Jerez, deseamos hacer pública una serie de reflexiones en torno al doloroso deceso de nuestro compañero, el artista multidisciplinario Armando Vega-Gil.

Respetamos la decisión que tomó en un momento crítico y muy agudo de su existencia, pero queremos enfatizar que ni la causa feminista ni el movimiento Me Too, son culpables de su suicidio. Como lo dejó en claro en su carta de despedida, misma que escribió con total responsabilidad y conciencia: “No se culpe a nadie de mi muerte”. Esta expresión no debe ser soslayada, sino asumida como un deseo genuino y patente de Armando.

Reiteramos nuestra postura expresada en diversas ocasiones: Nos oponemos resueltamente a la violencia contra las mujeres, expresada en acoso, hostigamiento, violaciones y bárbaras expresiones de misoginia, como los nefastos feminicidios. Nos sumamos a ideas compartidas por muchos mexicanos y mexicanas: desterrar las violencias de género, superar los machismos de hombres y mujeres, favorecer la equidad de género y abonar a la construcción de una cultura de paz y buen trato.

Hacemos un llamado a nuestros seguidores de ambos géneros a no caer en provocaciones y polarizaciones. Consideramos que la terminación del proyecto de Botellita de Jerez queda en un segundo plano con respecto a un tema fundamental: avanzar en los esfuerzos para deponer la violencia en contra de las mujeres.

Proponemos una seria reflexión en torno al suicidio en general. Privarse de la propia vida en sí mismo no representa cobardía o valentía; tampoco es una falsa salida, ni necesariamente es consecuencia de severas alteraciones emocionales. Es una opción extrema pero respetable. El suicidio de un personaje público no puede generar emulaciones ni un Me Too hombres. Respetuosamente invitamos a quienes estén apesadumbrados, tristes y enojados por el deceso de Armando Vega-Gil, a buscar ayuda profesional.

Principalmente deseamos reflexionar sobre los instrumentos mediáticos, plataformas y redes sociales en su papel de foros de denuncia de agresores sexuales. Reconocemos que, hoy por hoy, el anonimato de las víctimas es un recurso que las protege de nuevas agresiones y revictimizaciones. Somos conscientes que el aparato de impartición de justicia es deficiente, misógino y no ha funcionado a favor de las afectadas, sino al contrario. Por otro lado, consideramos que los espacios de denuncia pública necesitan urgentemente de filtros, protocolos, normatividades internas y marcos éticos que garanticen el ejercicio de los derechos de presunción (de inocencia, verdad, justicia y reparación, logrando distinguir las venganzas oportunistas). No hacerlo nos coloca frente a un escenario de futuras imputaciones sin sustento, a la exhibición mediática de inocentes, linchamientos morales, estigmatización, descrédito y daño en la reputación de las personas señaladas y sus familias. Desde nuestra reciente experiencia les decimos: las consecuencias pueden ser lamentables y sin sentido, perpetuando la violencia irracional en que nos seguimos sumergiendo.

Nosotros, quienes hemos conformado Botellita de Jerez, reivindicamos el feminismo y las nuevas masculinidades que se afanan en lograr la equidad de género. Como sujetos históricos nacidos en la segunda mitad del siglo XX, nos oponemos a los fundamentalismos, vengan de donde vengan, ya sea desde la violencia machista recalcitrante o de individualismos pseudofeministas de corta memoria y alianzas frágiles. Estamos en desacuerdo con los discursos de odio y a favor de las coincidencias y disidencias en un ámbito de respeto, sororidad y solidaridad.

Busquemos puntos de encuentro, respetando nuestras diferencias”.

 

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