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Por la Cuarta: A mis soledades voy, por Enriqueta Burelo

María Enriqueta Burelo Melgar originaria de Chiapas ha sido Coordinadora del Programa de la Mujer, Consejo Estatal de Población 1984, Fundadora del Departamento de Género, UNACH y fue Secretaria Municipal de la Mujer, Tuxtla Gutierrez ( 2015-2018). Se ha desempeñado como articulista y conductora de televisión. Colaboró en el libro Desde mi Piel, un retrato de 20 políticas chiapanecas en el 2015.


Por la Cuarta | Enriqueta Burelo Melgar

 

“A mis soledades voy, de mis soledades vengo, porque para andar conmigo me bastan los pensamientos”, canta el bardo español Lope de Vega en su poema La Dorotea, y lo recordé ante la epidemia de soledad que estamos viviendo hoy en día. “Sola con mí soledad, sola sin tu compañía”, canta Marisela o  Laura Paussini se refugia en la almohada para no sentirse sola: Si aprietas fuerte contra ti. La almohada y te echas a llorar.

Y nos hará tanto mal la soledad, me pregunto. Creo que cada persona esta estructurada de manera diferente, y algunas adquirimos desde la infancia herramientas para enfrentarnos a diversos problemas, entre ellos la soledad es a lo que llamamos resiliencia. Me recuerdo de niña refugiada entre discos y libros me ponía unos audífonos para que no me perturbara el ruido exterior y así transcurrió mi adolescencia entre las lecturas de Demian, Sidharta de Herman Hesse, Cien Años de Soledad (a propósito del tema), Jane Austen por supuesto, la descubrí antes de que se hiciera famosa en México, y de fondo musical el tema de Lara del Doctor Zhivago, Reflexiones de mi Vida,  El Amor es Triste, y nunca me sentí sola, posteriormente y por decisión propia decidí combinar las personas y los libros y la música, una combinación muy rica en ocasiones, a menos que te encuentres con un lector del libro Vaquero, que también vale.

Sin embargo, a lo largo de mi vida me he encontrado con personas muy solas, y digo solas en el sentido estricto de la palabra, que les resulta difícil estar en compañía de ellas mismas y siempre están en busca de una fiesta, una reunión, salir a la calle y platicar con el primero que encuentren, por un lado, a otras por su timidez les resulta difícil hacer amistades y de repente el mundo se les cierra cuando comprenden que enfrentaran el resto de su vida en la soledad.

Como aficionada al cine, me ha tocado ir sola a una sala cinematográfica, ya sea porque pase frente a ella, tenía tiempo libre, encontré una película que me gustaba o también porque los horarios de mis amigas no coincidían en esos momentos,  y así he acudido sola a diversas actividades, ya que tengo la plena seguridad de encontrarme a alguien conocido ahí y si no, conoceré a alguien. Dado que en ocasiones me he encontrado con amigas o amigos que me dicen porque no avisaste, yo también quería ir al cine, pensé en crear un grupo en Facebook de cinéfilos, taqueros, cafeteros, etc. y convocarnos en tal o cual sitio, y me encontré que ya me robaron la idea, hasta la de dar abrazos, una medicina barata al alcance de todos, bueno, eso pienso, en Estados Unidos donde todo se vende, ya se están vendiendo abrazos  y también se organizan fiestas de abrazos, que cuestan 20 dólares, eso es signo de esta postmodernidad, donde ya nada nos sorprende. En el país vecino, no hay esa cultura latina del abrazo, del apapacho, del tocarse, por lo que creo que se abre una nueva oportunidad para los latinos en USA, vender abrazos  por encargo.

Entrar en casa y no tener a alguien a quien saludar no significa sentirse sola. En mi caso entablo una conversación con mi perrita salchicha La Chilindrina y le pregunto cómo le ha ido durante el día y además soy privilegiada en el sentido de que vivimos tres mujeres, cuatro si cuento a Chilindrina,  mi hermana, Chave que ha estado con nosotras desde hace más de cincuenta años y yo,  bueno yo lo considero una ventaja, mientras que otras personas les gusta vivir solas y lo disfrutan.

Se habla mucho de que las personas mayores sufren más de la soledad con lo que ello implica, graves consecuencias psíquicas y físicas, pero también las jóvenes sufren de esta mal del siglo XXI. La sensación de soledad debe encender las alarmas cuando se vuelve crónica y las jóvenes sienten obstáculos para responder de manera positiva a ella.

El ingenio humanos es increíble, ya existe un Tinder se llama Rent a Friend para hacer amigos, si usted tiene malas intenciones, siga con el Tinder tradicional donde los abrazos, el tocamientos y otros menesteres son parte de sus servicios, mientras tanto en esta época de desempleo, si usted tiene habilidades para hacer amistades le puede sacar partido a la soledad que nos invade, alquílese como acompañante, para correr, caminar o pasear al perro en compañía, asistir juntos a una fiesta, no se me acelere, me imagino que ya se siente Debra Messing con Dermot Mulroney en El Día de la Boda, película sabor a caramelo donde el personaje de Debra alquila a Dermot un acompañante para asistir a la boda de su hermana ya que no quieren que la bulleen por no tener novio y como es happy end terminan juntos cual debe de ser.

Si vamos al gimnasio y cuidamos la dieta para envejecer mejor, tenemos que planear seriamente y apostar por cultivar las relaciones sociales; eso genera broncas, pero también ilusiones”, es importante empoderarnos las mujeres en edad de merecer o sea las de 65 o más, claro que si lo vemos como un programa preventivo se debe empezar a los 50 por citar un ejemplo. Para que aprendan a gestionar la soledad con recursos y habilidades.

¿Qué hacer, entonces? Hoy a los 65 años muchas lucimos, bueno lucimos me huele a manada, lucen muchas  mujeres lucen espectaculares, sin embargo, en México, las relaciones no son muy parejas, los hombres de esa edad se sienten Sugar Daddy y andan buscando quinceañeras para terminarlas de criar, por lo que con unas amigas estamos haciendo nuestra vaquita para ir a los países nórdicos ya que descubrimos que los vikingos aprecian más el caldo de gallina que no se cuece al primer hervor, sin embargo, no está demás irnos a dar una vuelta al parque de la Marimba y es posible que entre los bailadores termines bailando para toda la vida, recordemos que queríamos hacer cuando tuviéramos tiempo, si estamos jubiladas de trabajo, hijos, nietos y hasta de esposos, hagámoslo ahora no dejemos pasar más tiempo, clases de baile, canto, una nueva carrera, recientemente me encontré en la UNAM a una maestra de 80 años entregando su tesis de doctorado, uno se muere de la envidia, levantemos tarde, durmamos siestas ricas, desvelemos viendo todas las series de Netflix, hay que entrarle a las redes sin abusar, un mundo por delante y terminemos todas las noches o despertemos en las mañanas bailando Dancing Queen:

Eres una provocadora,
les enciendes,
les dejas ahí ardiendo y luego te marchas,
buscando a otro,
cualquiera servirá,
estás de humor para un baile.

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