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Por la cuarta: “Divorciada o Viuda” por Enriqueta Burelo Melgar

María Enriqueta Burelo Melgar originaria de Chiapas ha sido Coordinadora del Programa de la Mujer, Consejo Estatal de Población 1984, Fundadora del Departamento de Género, UNACH y fue Secretaria Municipal de la Mujer, Tuxtla Gutierrez ( 2015-2018). Se ha desempeñado como articulista y conductora de televisión. Colaboró en el libro Desde mi Piel, un retrato de 20 políticas chiapanecas en el 2015.


Por la Cuarta | Enriqueta Burelo Melgar

Divorciada o Viuda: cuál es el mejor estado. Los conceptos de viuda o divorciada han ido cambiado a medida que evoluciona la forma en que la sociedad juzga y vigila la conducta del sexo débil, en mi infancia era mejor ser viuda, ya que ello te rodeada de un halo de respetabilidad, aunque en la intimidad fueras la viuda alegre o la viuda negra, eso no importaba, lo importante era que fueras al rosario o asistieras al club de costura y derramaras de vez en nunca lagrimitas por el difunto, que había sido un santo varón, mientras que una divorciada era mal vista, se hacían multitud de cuestionamientos sobre ella porque había decido divorciarse, había puesto el cuerno, si era mala madre, si no sabía cocinar, si no planchaba bien, aun cuando la pobre mujer, en ocasiones ni siquiera había tomado la decisión o la había tenido que tomar ante el ultimátum del esposo, quien ya estaba con las maletas en la puerta y con la rubia en el carro esperándolo, las rubias tenían muy mala fama desde aquella película de Marilyn Monroe, Los Caballeros las Prefieren Rubias, para ser respetable las mujeres debían ser trigueñas o castañas-

Por otro lado, uno diría, que las viudas deben tener cara de sufridas por lo menos unos 40 días, sin embargo, pasada la novena las vez con una cara de felicidad, que te mueres de envidia, pero como somos caritativas, entendemos con esa solidaridad femenina que nos caracteriza que la viudita no llevaba muy buena vida y que la Diosa Fortuna, la favoreció llevándose al susodicho a molestar al espacio exterior.

Recuerdo que cuando me separé, me llegó el rumor que lo había hecho porque no era hogareña, hasta el momento me quedó la duda de que indicadores se toman en cuenta para saber si eres más o menos hogareña, si los indicadores son saber planchar y cocinar, definitivamente no soy hogareña, en estos últimos tiempos varios galanes se han ofrecido a enseñarme a cocinar, para que luego, les cocine a ellos por supuesto, pero mientras no tengan el distintivo Cordon Bleu de Chef, prefiero aprender con mi amiga Ricarda de Copoya y cocinar para mí.

Lo que era parejo, era que tanto a viudas como divorciadas, les aplicaban la ley del hielo las amigas, eran bien recibidas en rezos, bordados, piñatas de los niños, pero no eran invitadas a las fiestas mixtas, ya que a les deba temor que la amiga viuda o divorciada les volara al marido, que falta de confianza, queridas, claro hay casos así, pero son la excepción. Creo que las casadas en aquella época veían muchos revistas de  noticias del mundo del celuloide, o sea vidas de las artistas, y se quedaron con la idea de que todas las mujeres estaban representadas en Elizabeth Taylor que le bajo el esposo a su mejor amiga Debbie Reynolds, las feministas de hoy, diríamos le falto sororidad. Hoy las fiestas de las viudas y divorciadas son más alegres y son las casadas las que quieren que las inviten, la vida cambia.

También,en el terreno económico el piso podía ser parejo para viudas o divorciadas, las primeras podían quedar muy bien acompañadas de un seguro, una buena pensión, casa, coche, en fin, y la divorciada, por sentimientos de culpa, el ex, le deja casa, carro, y una buena pensión, sin embargo, tenemos lo opuesto que ambas se queden en la ruina y tengan que empezar de nuevo cuando edad ya no las favorece para encontrar trabajo o no cuentan con el aval para solicitar un crédito para poner en marcha un negocio, la vida no nos prepara para estas sorpresas, por lo que si no estamos en esta situación debemos prepararnos, desarrollar habilidades, una cuenta de ahorros y todo lo que nos permita pasar esta etapa de nuestras vidas, si nos llega a tocar, felices de la vida y riéndonos de las crisis financieras que a nosotros no nos tocan. Ante la indefensión, muchas mujeres se desesperan e inician la búsqueda de una nueva pareja que las saque a flote, lo cual no siempre es fácil, muchos andan en busca de que los mantengan también o andan en busca de alguien que los cuide.

Anteriormente, ya que era una época de valores en que se privilegiaban los valores, existían casos dignos de elogio, en que viudas o divorciadas permanecían fieles al difunto o al viajero, y se quedaban a vestir santos en lugar de vestir borrachos, hoy muchas prefieren la soltería por diferentes razones ya que aman la libertad. Por otro lado, actualmente, la mayoría de las mujeres se unen en matrimonio más de una vez en un plazo de cinco años y gracias a la evolución social, muchas ni siquiera pasan por el registro civil.

Cuando ya estás andas más allá de la tercera, realmente en la 4ª, el matrimonio a esa edad genera las mismas inquietudes en la familia que uno en la adolescencia. No se oponen los padres, pero sí los hijos. Hasta los argumentos son similares: “¿De qué van a vivir?”, no están en edad de casarse. Es curioso el control pasa de padres a hijos y si hay dinero de por medio es peor y como sucede en el matrimonio adolescente muchas mujeres huyen para escapar de las garras de los hijos como antes lo hicieron de los padres.

Viudas, divorciadas o dejadas, las invito a empoderarse en el terreno amoroso, a realizar muchos ejercicios de Kegel, por aquello de que no te entumas, si hay paga, brincarse de la tercera a la quinta transformación que es la cirugía plástica, para hacer algunos arreglitos por fuera y dentro, o sea sopeteado y engrasado, y lista pa lo que se ofrezca.

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