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Por la Cuarta: ‘My Darling wife’ por María Enriqueta Burelo Melgar

María Enriqueta Burelo Melgar originaria de Chiapas ha sido Coordinadora del Programa de la Mujer, Consejo Estatal de Población 1984, Fundadora del Departamento de Género, UNACH y fue Secretaria Municipal de la Mujer, Tuxtla Gutierrez ( 2015-2018). Se ha desempeñado como articulista y conductora de televisión. Colaboró en el libro Desde mi Piel, un retrato de 20 políticas chiapanecas en el 2015

Por la Cuarta | Enriqueta Burelo

My Darling wife

Las mujeres somos vulnerables desde que nacemos, por la manera en que nos educan, por la manera en que somos tratadas, por  el efecto que causamos sociablemente, si nos portamos de tal o cual manera, calladita te vez más bonita, o piernitas cerradas para que no se nos vean los chones. La que no enseña no vende, nos decían nuestros compañeros en la prepa, y nosotras que que nos comíamos el mundo, les contestábamos: la que enseña mucho vende barato o si no compra no magulle, después nos fuimos dando cuenta que el mundo nos comía a nosotras,  y es entonces cuando entramos al temido y oscuro mundo de la vulnerabilidad vital, a pesar de tener el trasero de Jennifer López, la cara de Emma Watson o la voz de lady Gaga, nos sentimos feas con ‘f’ de foco fundido que ya es mucho decir.

Y que pasa cuando llegamos a la tercera edad, los años dorados, adultas en plenitud, nos sentimos triplemente vulnerables, sentimos que nuestros senos se han convertido en una maravilla, pero, del mundo antiguo, los Jardines Colgantes de Babilonia o ya no necesitamos usar chaparreras en un atuendo vaquero, las tenemos naturales, y por ello nos  convertimos en blancos perfectos de las estafas amorosas vía internet, ya que en esa edad estamos viudas, divorciadas, hemos pasado por malas experiencias amorosas, pero a pesar de ello no aprendemos y somos blancos perfectos de estos nuevos don Juanes cibernéticos. Al amparo del anonimato, los galanes, aparentan ser extranjeros y pueden tener su sede en Copoya al lado de tu comadre Chonita y aprendieron ingles en Canadian Center o Harmon Hall,  se valen de nuestra vulnerabilidad- putería  y otros términos más escatológicos, diría mi mama- a la vejez viruelas, caemos en sus redes y como púberes canéforas, me encanta este título de Julio Cortázar, nos enamoramos de su verbo.

Mi experiencia en esas laberintos amorosos del ciberespacio fue interesante, edificante, moral- será – y me di cuenta que a pesar de haber leído a Marcela Lagarde, Martha Lamas, Fina Sanz, Tere Días- Los hombres las prefieren cabronas- y Robin Norwood- Las mujeres que aman demasiado- seguimos teniendo corazón de pollo, nos sentimos Ranpuzel y somos creyentes totales en el amor romántico.

Por el Facebook pululan una serie de extraños sujetos militares, ingenieros, doctores,  regularmente estadunidenses, algún alemán, o inglés,  que te envían solicitudes de amistad  y cuando les confirmas te envían mensajes en inglés o en español según ellos usando su traductor: Soy un ciudadano británico, perdí a mi esposa hace 5 años y mi esposa tiene una hija para mi antes de su muerte, tengo un sentimiento especial por usted o quien no usa traductor: Honey, I am searching for a wife, someone decent and unique. I saw your beautiful picture in the Facebook.

Todos los cabellos andantes dispuestos a dar su amor, son viudos, con esposas muertas en circunstancias trágicas, cáncer o accidentes, con un hijo o una hija, regularmente pequeños que necesitan una madre que los cuide, regularmente hacen pequeñas pruebas para ver si caes, una donación para una caridad o cosas así, se arriesgan a solicitarte que recibas dinero de parte de ellos o paquetes.

Y no falta uno, muy audaz que te propone sexo por whatsapp, uy que postmoderna, me sentí en aquella famosa película muy mala por cierto, protagonizada por Jane Fonda, Barbarella, donde el amor se hacía tomando unas pastillas y juntado las palmas de las manos y los pelos se te ponían de punta,  y el protagonista buscaba alguien que hiciera el amor a la antigüita con besitos, deditos, puntita,  pero bueno, hay que dejar volar a la imaginación y si no eres buena para el inglés, mientras haces el amor busca como se dice polla en inglés o pussy que es la parte femenina, cosita, y algo aprendes definitivamente, hasta escribir los sonidos orgiásticos, para ello te vales de stikers OMG, BANG, LOVE, OPS, hasta hay uno de Uma Thurman muy sensual.

Varias hemos logrado salir inéditas de estos romances, salvo “You are no good in loving because I thought truly love me”, odiadas por los cibergalanes, “se me fue viva la paloma”, “a otra cosa mariposa”, desafortunadamente a otras el aprendizaje les costó caro, una cuenta de banco saqueada y su corazón roto,  pero safe and sound, listas para reparar la autoestima  y volver a repasar a Walter Rizzo o Osho.

Por ello ante estos embates a nuestra cartera, nuestro corazón, y nuestra autoestima, a reparar nuestro corazón, y reconstruir nuestra autoestima, Conformadas como seres-para-otros, las mujeres depositamos la autoestima en los otros y, en menor medida, en nuestras capacidades. Reconstruirla bajo el paradigma feminista, que significa ser libre. La política feminista plantea como aspiración a que, además de ser libres, las mujeres vivamos en libertad.

Libertad  y amor por una misma, es mi conclusión, diría tal vez no entren a las redes sociales, pero eso es ingenuo, entren con otra visión, usen las redes sociales a favor no en contra.

 

 

 

 

 

 

 

 

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