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Por la cuarta: ¿Qué hay de comer hoy? por Enriqueta Burelo Melgar


Enriqueta Burelo Melgar Programa de la Mujer, Consejo Estatal de Población 1984, Fundadora del Departamento de Género, UNACH y fue Secretaria Municipal de la Mujer, Tuxtla Gutiérrez (2015-2018). Se ha desempeñado como articulista y conductora de televisión. Colaboró en el libro Desde mi Piel, un retrato de 20 políticas chiapanecas en el 2015.

Por la Cuarta | Enriqueta Burelo Melgar

“¿Qué hay de comer hoy?”. Solo escuchar esa frase hace que cientos de mamás, se les ponga la piel chinita, sienten de golpe, todo el agotamiento del día. Antes, como cada mañana, vino el “correr, vamos a llegar tarde al colegio”; después, el “¿me ayudas con los deberes?”, y, mientras tanto, ¿encontrar tiempo para teletrabajar?

La crisis del Covid ha puesto sobre la mesa la modalidad del teletrabajo. Pero esta opción, en principio atractiva para muchas, ha representado una trampa para las mujeres, en tanto tienen que compartir su tiempo de trabajo con la atención a los hijos e hijas en especial si están de temprana edad y aun adolescentes, y maridos incomodos encerrados en la casa y que consideran que las esposas están para atenderlos, sin comprender que ellas están cumpliendo su horario de trabajo desde la casa.

El teletrabajo no está valorado, se piensa que no se tiene la misma productividad y eficiencia, a las mamas con niños si las veo muy complicadas, ya que es la hora en que tienes a los hijos en casa y en clases, por lo que afecta en su eficiencia.

En una plática informal dos amigas, maestras universitarias me comentan que el horario del teletrabajo se ha prolongado más horas que una jornada normal, eso oficialmente y extraoficial, el alumnado no deja de enviar mensajes de WhatsApp todo el día para resolver dudas.

Otras desventajas del home office, que en un primer momento no se percibían: son las reuniones presenciales con las y los compañeros, lo que facilitaba el trabajo en equipo, la convivencia, asimismo, es más complicado en el confinamiento o teletrabajo que las mujeres participen en los ascensos que se cocinan en la oficina, ya que quedan invisibilizadas.

Haciendo un paréntesis, las mamás que no trabajan están al borde de un ataque de nervios como diría Almodóvar, con hijos e hijas todo el día en casa, quienes son muy demandantes, aparte de las tareas domésticas, en si agotadoras, tienen que ayudarles en las tareas y no saben, no pueden y no quieren, lidiar con ello desde hace cerca de una año, provoca que estén a punto de explotar.

Por otro lado, están las que tienen que hacer el home office, y con hijos, quienes les demandan actividades, hay mucho cansancio, agotamiento y las que han perdido su trabajo, imagínense lo que significa para la economía familiar. Se quemaron vacaciones, permisos, muchas están sin sueldo, porque han perdido su trabajo o pedido permiso y a otras no les ha quedado más que renunciar y no  saben que va a pasar cuando termine la pandemia, si será posible incorporarse al mercado laboral nuevamente.

En toda crisis somos las mujeres las más afectadas y también las niñas, aun hoy tenemos varios ejemplos de familia, donde  no se ha cambiado el orden de las tareas, son las niñas, quienes apoyan en los trabajos domésticos y cuidan a los hermanitos más chicos.

A todo este remolino de cambios y emociones producido por la pandemia, surge otra situación, muchos abuelos y abuelas han regresado a casa de los hijos o hijas para sentirse seguros y acompañados, y ellos han tenido que entrar al quite de apoyar a los nietos en las tareas, lo que les ha provocado una gran ansiedad ya que los programas escolares han cambiado y no pueden brindar ayuda a las y los nietos de manera efectiva.

Dada las condiciones de aislamiento, enojo, frustración, ansiedad, miedo, incertidumbre que estamos viviendo, se esperan  muchos diagnósticos de depresión, estrés postraumático, problemas cognitivos en las y los abuelos, reactivación del síndrome del abuelo esclavo y en los niños y niñas regresiones, temor a no separarse de los papas.

“Las mujeres soportan un peso desproporcionado en el cuidado de los niños, que puede poner en peligro sus oportunidades laborales”avisa el FMI. Antes de la pandemia, las mujeres con empleo a tiempo completo ya dedicaban en promedio 13 horas más a la semana que los hombres al trabajo no remunerado.

Frente a estas circunstancias, que podemos hacer para contrarrestar estos efectos:

Las psicólogas consultadas explican que una manera de paliar los problemas del teletrabajo es iniciar el día como si se saliera de la casa para ir a trabajar y evitar quedarse en la ropa cómoda o trabajar desde la cama, además de procurar mantener las rutinas de alimentación, que no se pierda el horario para almorzar y para desayunar. También recomiendan hacer ejercicio. Es muy importante hacer alguna actividad física porque ello relaja y genera bienestar.

Caminemos, corramos o cualquier otro ejercicio físico, no estemos sentadas la mayor parte del tiempo ya que si eso hacemos nos dolerá el cuello. Los hombros, se te sube la presión arterial, y lo que más nos duele a las mujeres, se nos aguada el trasero y creo que el cerebro también. Y mi receta favorita hagamos el amor….

Bailar es también increíble, no importa que tipo de música sea, mientras la puedas bailar y disfrutar… y si es en familia mejor….

No será fácil volver a la nueva normalidad, pero si empezamos a atendernos, y a ser optimistas, frente al ya no pude hacerlo, debemos replantearnos como lo hago y así podremos salir adelante más fortalecidas, y entonces si podremos decir que somos personas resilientes….amorosas, optimistas y con una buena relación con nosotras mismas y nuestro entorno.

Gracias a mis amigas por sus comentarios, las psicólogas Elvira Cabada Ramos, quien trabaja en el ISSSTE Orizaba, ganadora de varios premios de investigación, experta en adultos mayores, siempre interesada en aprender y a Nancy Zarate Castillo, quien tiene una tesis genial “El Malestar de las Mujeres” hermanadas en el feminismo y en la lucha por la calidad de vida de las mujeres.

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