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Punto V: Feministas a conveniencia por Itzel Grajales

Punto V | Itzel Grajales

Feministas a conveniencia

Hace unos días, el vestíbulo del Congreso del Estado se iluminó de violeta; en el centro –inamovible- don Benito Juárez, y delante de él un ‘ramillete’ de diputadas que se tomaban la ‘foto’ para conmemorar el Día Internacional de la Mujer; ahí, en el mismo recinto donde días antes aprobaron por unanimidad una reforma al Código Penal para castigar la violencia digital.

Pareciese que esta legislatura se ha sensibilizado frente a las causas de las mujeres. Y sí, pero solo cuando no contravienen a sus intereses; cuando las posturas que defienden son políticamente correctas; y no causan polémica ni el descontento de ningún sector de la población.

Claro que hay aciertos. Aplaudo, por ejemplo, que la diputada Aída Jiménez Sesma haya respaldado la iniciativa para sancionar con cárcel a quien difunda material íntimo de una persona sin su consentimiento (los famosos “paks”); sobre todo por las graves repercusiones que esta conducta (ahora delictiva) provoca en la vida de las víctimas.

Respecto a este tema, en la tribuna no hubo debate. ¿Quién se opondría a tipificar la violencia digital? La respuesta de las y los diputados fue unánime: a favor de combatir la “pornovenganza” y el mercado de explotación virtual, y en contra de lucrar con la intimidad de las mujeres sin su autorización.

Sin embargo, las y los legisladores le huyen a asuntos más peliagudos; se rehúsan a atender la exigencia de las mismas organizaciones feministas que apoyaron la ley contra la violencia digital, pero en torno a una reforma para despenalizar y legalizar el aborto. A esto, definitivamente, no le entran. O al menos eso parece.

Este miércoles, nuevamente las integrantes de la Campaña Estatal por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito en Chiapas colgaron mantas verdes en puentes de diferentes ciudades del estado, para exigir al Congreso local que garantice el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo, y que no se criminalice a quienes toman la decisión de interrumpir un embarazo.

Se han manifestado en varias ocasiones. ¿Por qué en el Congreso no escuchan sus voces?, ¿por qué las legisladoras abanderan una causa feminista y otras no? Esta política selectiva nos muestra que el feminismo, para algunas diputadas, es una moda, como cuando se cuelgan un moño naranja, rosa o morado para aparentar que son solidarias, conscientes y sensibles con la campaña del momento.

La realidad es que en Chiapas, como en otras entidades, el reconocimiento de los derechos de las mujeres está sujeto a negociación; guiadas por prejuicios, creencias religiosas y el juicio social, en las legislaturas prevalece la ignorancia sobre este tema de salud pública que no se reduce a estar en contra o a favor de la vida.

Acostumbradas, las de la “foto”, a la comodidad de casas y camionetas de lujo que aún les permite la cuarta transformación; habituadas a la ropa de “marca” y a tener gente a su servicio, ignoran que muchas otras mujeres no tienen las mismas oportunidades, y que posiblemente el aborto para ellas sea la única alternativa, en medio de la pobreza y la falta de acceso a la educación en que está sumergida esta entidad.

Prefieren dar la espalda a las adolescentes y niñas que ponen en riesgo su salud e interrumpen su proyecto de vida para convertirse en madres por obligación; prefieren ignorar a las víctimas de violación, a las mujeres indígenas que ya tienen cuatro o cinco hijos a los que no pueden alimentar; y otras tantas historias que resultan inimaginables para quienes viven en el privilegio.

Es lamentable esta omisión, y aún más lamentable es que esta ignorancia esté dando frutos en estados como Nuevo León, donde apenas ayer el Congreso criminalizó el aborto en cualquiera de sus circunstancias, incluso si el embarazo es resultado de un abuso sexual, dejando un desafortunado precedente y una muestra de que los hombres y las mujeres que dicen representarnos siguen legislando con el rosario en la mano.

Pero quizás en Chiapas no todo esté perdido. La LXVII Legislatura aún puede reparar y seguir la ruta feminista en la que aparentemente empezaron a transitar. En el marco del Día Internacional de la Mujer, la diputada Carolina Elizabeth Sohle Gómez reconoció en un boletín que “existen asignaturas pendientes en esta lucha”. La invito entonces, a ella y al resto de sus compañeras a que la próxima vez iluminen el Congreso de verde.

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