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Salir de la crisis con perspectiva de género


Ciudad de México / Las políticas públicas de diferentes países, sobre todo los que en estos momentos ya están saliendo de las restricciones más severas por el COVID-19, fortalecen y refuerzan roles tradicionales y agravan la brecha entre mujeres y hombres. Aunque muchas de las medidas, en todos los países, son locales y por lo tanto difíciles de identificar, Cimacnoticias recopiló algunos ejemplos internacionales.

La canciller de Alemania, Angela Merkel, ha sido alabada en redes sociales como una de las lideresas que mejor manejaron la crisis (junto con Tsai Ing-wen, de Taiwan; Jacinda Ardern, de Nueva Zelandia, Erna Solberg, de Noruega, Mette Frederikson, de Dinamarca, y otras), sin embargo, organizaciones feministas han criticado que la respuesta inmediata y los planes de reapertura carecen de perspectiva de género.

Desde inicios de mayo, las escuelas alemanas se encuentran en un proceso de reintegrar, semana por semana, a su alumnado a clases presenciales. Pero el proceso favorece a las y los alumnos más grandes, que se gradúan al final del año escolar, y pone a los más pequeñas en el último lugar. Además, los grupos se han reducido por las reglas de distanciamiento social, y el estudiantado sólo va cada segundo día, lo que pone a madres y padres en problemas para cuidarlos.

No se prevé que las estancias y maternales abran antes de agosto, porque de acuerdo con el el grupo de expertos que aconseja a los gobiernos federales y estatales, las niñas y niños entre 0 y 5 años, todavía no pueden guardar la distancia social. El problema es que el gremio está compuesto por 24 académicos, y sólo dos académicas.

“Aquí queda claro que la escasa representación de las mujeres en los puestos de decisión tiene graves consecuencias para todas las mujeres, porque no se reflejan sus realidades de vida. Por ejemplo, las recomendaciones carecen por completo de la perspectiva de las madres trabajadoras, que rotan entre el teletrabajo y la guardería y necesitan ser aliviadas urgentemente”, criticó el Consejo de Mujeres Alemanas, una red de más de 60 organizaciones de mujeres.

Las mujeres, no son prioridad en políticas públicas frente a la crisis

Esta organización teme que la pandemia lleve a una recaída en roles tradicionales entre parejas heterosexuales, lo que ya se demuestra en el trabajo desde casa. Aunque ambos padres estén en Home Office, muchas veces el trabajo del hombre es considerado “mas importante“, y las mujeres asumen la mayor parte del cuidado de hijos e hijas. Las voces más fuertes que demandan la reapertura de la economía alemana, vienen de grandes empresas como del sector automotriz, o de la aerolínea Lufthansa.

Estas empresas multinacionales, también podrían beneficiarse de ayudas millonarias estatales, mientras que las mujeres, y más las madres solteras, refugiadas o mujeres con discapacidad, no son escuchadas en los círculos de personas con poder de decisión. “Estas mujeres, van a vivir una terrible re-tradicionalización“, dijo la socióloga Jutta Allmendinger en una charla de TV. La académica señaló a Dinamarca, país que volvió a abrir las estancias y maternales primero, el 15 de abril, justo porque las evidencias sugieren que niñas y niños no son muy afectados por el nuevo coronavirus. “Estos aspectos deberían de ser parte del debate”, exigió.

La universidad de Harvard, de Estados Unidos, reunió en su “Portal de Acción de Género” varios estudios sobre políticas públicas con perspectiva de género en el marco de la respuesta al COVID-19. Por ejemplo, se investigaron las transferencias monetarias que muchos estados implementaron para mitigar la recesión económica. En Ecuador, las transferencias de dinero, vales o alimentos hacia las mujeres jefas de hogar “dieron lugar a una disminución significativa de la prevalencia de la violencia en la pareja”. De acuerdo con este estudio, no se registró ninguna reacción de los hombres cuando las mujeres recibieron estas responsabilidades.

En Costa de Marfil, la incorporación de un grupo de diálogo interpersonal a la programación del empoderamiento económico, redujo la incidencia y la aceptación social de la violencia en la pareja, incluida la violencia económica. En otro estudio se comprobó que la combinación de un programa participativo de microcréditos para mujeres, con un programa de estudios en el que se examinaban las relaciones de género, la violencia en la pareja y el VIH, reducía los niveles de violencia del hogar en Sudáfrica.

Transferencias directas y sin condiciones a mujeres, un éxito

ONU Mujeres, en un estudio sobre transferencias monetarias e igualdad de género, destacó los ejemplos de varios países: en Argentina, se duplicó el monto de la “Asignación Universal por Hijo”, y se concedió un monto equivalente a otros grupos poblacionales como beneficiarios de pensiones no contributivas y jubilaciones mínimas. También se creó el “Ingreso Familiar de Emergencia”, una prestación monetaria no contributiva de carácter excepcional.

En Brasil se adoptó una expansión horizontal de “Bolsa Familia” a 1.2 millones de personas beneficiarias y se otorgó un bono de $600 reales brasileños (aproximadamente 2 mil 400 pesos) al mes, durante 3 meses a trabajadoras y trabajadores informales, microempresarias individuales, trabajadoras independientes y desempleadas que no reciben “Bolsa Familia”. Para las familias donde la mujer es la única responsable de los gastos del hogar, el monto mensual pagado será de 4 mil 800 pesos mexicanos.

Para beneficiar a las mujeres en esta crisis sanitaria, ONU Mujeres recomienda a los Estados suspender la condicionalidad en los programas de transferencias monetarias, asegurar la inclusión de las mujeres en situación de mayor vulnerabilidad como beneficiarias de las transferencias y otros fondos de contingencia. También, asegurar mecanismos alternativos para el cobro de las transferencias que minimicen desplazamientos y eviten aglomeraciones, promover programas complementarios para la generación de ingresos de las mujeres, y promover la participación de organizaciones de mujeres en el diseño e implementación de las medidas de emergencia.

Lo mismo aplica para otros sectores, por ejemplo en salud, donde las mujeres suman 70 por ciento del personal de asistencia social y sanitaria, y pueden necesitar suministros y equipamiento específicos. “Las líneas de atención, los refugios, y los servicios deben seguir activos para las sobrevivientes que pueden estar aisladas con sus maltratadores”, advirtió el organismo. Para garantizar que se diseñen estrategias con perspectiva de género, sería necesario incluir a mujeres y sus organizaciones en todas las decisiones, recalcó.

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