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Sobre las esterilizaciones no consentidas: “Lo único que provocan es una mayor exposición a la violencia y al abuso”

Declaraciones de Ana Peláez Narváez, vicepresidenta ejecutiva de la Fundación CERMI Mujeres e integrante del Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer


Madrid.- AmecoPress.- La vicepresidenta ejecutiva de la Fundación CERMI Mujeres (FCM), Ana Peláez Narváez, ha advertido de que, pese a que en ocasiones se decide esterilizar sin su consentimiento a niñas y mujeres con discapacidad con el objetivo de protegerlas, “lo único que provocan es una mayor exposición a la violencia y al abuso, porque el entorno más próximo conoce que no va a haber posibilidad de embarazo”.

Esos fueron los términos con lo que Peláez Narváez, del Comité de Naciones Unidas para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (Comité de la CEDAW), expresó su parecer respecto a las esterilizaciones forzadas, durante una entrevista en el espacio ‘Mujer tenías que ser’, con Sandra Sabatés, de ‘El Intermedio’ de La Sexta. Puede consultarse íntegramente aquí: Entrevista Ana Peláez Narváez.

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La experta internacional denunció durante la entrevista, que en el tema de las esterilizaciones forzosas es “el Código penal el que lo consiente y lo permite”. El artículo 156 del CP sigue recogiendo como excepción, previa incapacitación judicial, que se puedan ejecutar esterilizaciones no consentidas por razón de discapacidad, una práctica que sufren principalmente mujeres y niñas.

En este sentido, la vicepresidenta de la FCM criticó que en determinadas ocasiones, “cuando una mujer con discapacidad da a luz, en ese momento se hace un ligamento de trompas porque se piensa que es lo mejor para esa mujer o porque se piensa que así se evitarán abusos o embarazos no deseados, cuando realmente lo único que provoca es una mayor exposición al abuso y a la violencia”.

En su opinión, este tipo de prácticas se dan porque se considera que las mujeres con discapacidad “es como si no tuviéramos sexo, por el miedo a que reproduzcamos esa discapacidad en nuestros hijos o hijas”. Además, la percepción de la sociedad es que “las mujeres discapacitadas no valemos para ser madres”, lo cual esconde los prejuicios de las mujeres discapacitadas que se ven como “incapaces de cuidar y apoyar a sus hijos e hijas”.

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Mercado laboral

Por otra parte, Peláez Narváez también comentó a cerca de la situación de la población femenina con discapacidad en el mercado laboral. La experta apuntó que “las mujeres con discapacidad comparten toda la problemática de la falta de igualdad, pero además, con las barreras del ámbito de la discapacidad”. Ella misma destacó que únicamente “1 de cada 14 mujeres con discapacidad que están en edad de trabajar consiguen un empleo” y que, respecto a los salarios, no es que las mujeres con discapacidad ganen menos que las mujeres, “es que ganamos menos que los hombres con discapacidad”.

La vicepresidenta del Foro Europeo de la Discapacidad también recordó durante la entrevista la gran diversidad que hay en el ámbito de la discapacidad, y el error que comete la sociedad al “conceptualizar a la gente con discapacidad en un todo único, sin darse cuenta de que la diversidad de la discapacidad es tanta como la diversidad humana, y que la contribución a la sociedad de las personas con discapacidad es tanta como la contribución de las personas sin discapacidad”.

Finalmente, Peláez Narváez relató partes de su historia personal sobre cómo se dio cuenta de que por el hecho de haber nacido ciega y ser mujer iba a tener que enfrentarse con más fuerza a los prejuicios y desigualdades de la sociedad. Ahora, siendo ya madre, admite emocionada que “como madre transmito ese apasionamiento y convicción clara sobre los derechos de la mujer”.

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