Señalan omisiones por parte de instancias municipales en caso de entrenadoras que denunciaron acoso laboral y sexual por parte del Director de Deporte municipal de San Luis Potosí
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas / Stephanía González.- Dos mujeres jóvenes extranjeras, una de ellas afrodescendiente, con más de una década de vivir y laborar en México, denuncian la revictimización de que fueron objeto y no ser atendidas correctamente en las instituciones municipales, tras evidenciar las agresiones sexuales sufridas por parte del Director de Deporte municipal de San Luis Potosí, además han comentado que temen por su seguridad e integridad ante las agresiones que vivieron después de señalar a su agresor.
Por seguridad de las jóvenes omitiremos sus nombres reales y las nombraremos Laura y Nora.
Laura es una joven que desde el 2010 llegó a México, donde estudió y posteriormente trabajó como entrenadora deportiva y consultora en la elaboración de planes y programas deportivos, lo que permitió que se regularizara su estancia en el país. Nora es una joven que llegó desde el 2014, estudió psicología del deporte, educación física y psicología de la salud. Ambas entrenadoras son deportistas de alto rendimiento.
Laura y Nora fueron contratadas por el Gobierno Municipal de San Luis Potosí, en la Dirección de Deporte en diciembre del 2019, quedando bajo las órdenes directas de Ricardo “N”, quien aprovechó su posición jerárquica y de poder, las acosó laboralmente, hostigó sexualmente y discriminó por su orientación sexual, denunciaron las jóvenes. Acusan también que el presunto agresor, se encuentra protegido por el Presidente Municipal del San Luis Potosí quien ha manifestado que Ricardo “N”, “es un excelente trabajador”, pero a las víctimas “les ha dado la espalda”, pues de acuerdo a declaraciones del alcalde no se le separará de su cargo durante las investigaciones.
Las entrenadoras comentan que se les negó el uso de material adecuado para capacitar a más de 30 personas para instructores deportivos y el reconocimiento de su labor como autoras de Planes metodológicos. Además realizaron trabajos que ya habían sido hechos anteriormente, como compilación de información y se les había ocultado a ambas.
Más adelante, fueron acosadas sexualmente. Desde inicios de 2020 señalan que Ricardo “N”, su jefe directo, las cuestionaba o emitía comentarios (algunos con modismos mexicanos que desconocían) de carácter sexual hacia ellas. Alguno de estos comentarios fueron hechos incluso frente a otras personas. Ellas describen que les “comenzó a mostrar actitudes que no correspondían a un ambiente laboral sano”.
El acoso laboral continuó. Al poco tiempo fueron sacadas sin ninguna explicación del programa para el que fueron contratadas y fueron enviadas a zonas con altos índices violencia hacia las mujeres. Una vez más no contaban con los recursos y materiales necesarios para desarrollar adecuadamente su trabajo. También se les obligó a laborar más de 12 horas en las jornadas de vacunación por Covid-19 y sin pago extra. Tanto Laura como Nora, acusan que los trabajos que se les encargaban eran bajo el sol, inclusive era así sólo para las mujeres. Sin embargo, estas actividades tenían un objetivo, “había dejado indicaciones para que se le reportara inmediatamente cualquier situación relacionada con mi desempeño laboral, a fin de reprenderme y sancionarme y “joderme”, exponen.
Después del robo, las entrenadoras decidieron acudir a Puerta Violeta. Al explicar su caso, no recibieron la atención adecuada que esperaban, cuando el personal supo quién era el agresor, les respondieron que “él tenía muchas relaciones políticas y que iba hacer muy complejo manejar este tipo de quejas”.
La Puerta Violeta es un mecanismo de la Estrategia Nacional de Protección Integral a Mujeres, Niñas, Niños y Adolescentes para garantizar la integridad, la seguridad y la vida de las mujeres y las niñas, incluso cuando no se haya interpuesto una denuncia judicial.
Tras exponer su caso en esta instancia, su denuncia paso por varias instituciones municipales sin que ellas fueran notificadas por ninguna y a su vez, la denuncia llegó hasta su agresor.
Debido a que el hostigamiento laboral continuaba, a pesar de estar enfermas por Covid19 y que se les negara la atención médica, decidieron acudir a la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) para interponer otra queja, fue ahí cuando se dieron cuenta de las omisiones y manipulaciones en su denuncia por parte de las instancias municipales, y que datos personales fueron compartidos.
En entrevista con la abogada que las acompaña, comentó que las instituciones de la ciudad de San Luis Potosí revictimizaron a las entrenadoras, no les dieron la atención adecuada y “no les decretaron medidas de protección para evitar que la violencia se volviera a dar”, asimismo ellas tenían que continuar su trabajo cerca del agresor.
Tampoco se les garantizaron sus derechos a un debido proceso, Contraloría Interna del municipio abrió un expediente y hasta la fecha no han recibido notificación. Señalan que ambas fueron despedidas injustificadamente por el Ayuntamiento de San Luis Potosí.
Laura y Nora han manifestado que temen por su seguridad, su vida e integridad, esto tras encontrar el lugar donde viven asaltado y destrozado.
Estos hechos ya fueron denunciados ante la Fiscalía de Justicia del Estado de San Luis Potosí y ante la Fiscalía Especializada en Atención a la Mujer, la Familia y Delitos Sexuales, además presentaron una queja ante la CEDH “por la vulneración derivadas de la mala tramitación, integración y atención a nuestra queja por el hostigamiento sexual laboral ante órganos municipales como Puerta Violeta, Instancia Municipal de las Mujeres, Coordinación Municipal de DDHH y Contraloría Interna”.
Ellas demandan la destitución del presunto agresor Ricardo “N”, sanción y reparación adecuada por el daño que les ha causado, así mismo piden una disculpa pública por parte de las servidoras públicas que las revictimizaron.
