Deja importante legado político
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Buenos Aires, Argentina / Diana Hernández Gómez.- Hebe de Bonafini fue una de las madres que dedicó su vida a buscar justicia para los miles de desaparecidos durante el Proceso de Reorganización Nacional en Argentina. La activista falleció este domingo 20 de noviembre a los 93 años y será despedida el jueves 24 con una ronda en la icónica Plaza de Mayo.
En dicho homenaje participarán madres, abuelas, hijos e hijas de personas detenidas y desaparecidas en Argentina. Todos ellos se unirán en una ronda como las que De Bonafini y sus compañeras de activismo solían hacer en la Plaza de Mayo cada jueves para manifestarse contra la impunidad y abrirle paso a la memoria y la verdad.
La cofundadora de la asociación Madres de Plaza de Mayo inició su trabajo a favor de los derechos humanos en 1977, luego de que su hijo Jorge Omar de 26 años fuera secuestrado y desparecido en La Plata. Años más adelante (y no sin algo de controversia de por medio), De Bonafini se preguntó si la asociación de la que formaba parte debía seguir enfocada en buscar a los hijos desaparecidos por la dictadura militar o si debía tomar otro rumbo para reivindicar los ideales por los que tantos y tantas perdieron la vida.
Hebe de Bonafini y el nacimiento de las Madres de Plaza de Mayo
Antes de ser activista, Hebe de Bonafini era una ama de casa cuyas actividades no tenían nada que ver con las cuestiones políticas y sociales de su natal Argentina. No obstante, todo cambió cuando su hijo Jorge (quien pertenecía al Partido Comunista Marxista Leninista) fue secuestrado el 8 de febrero de 1977.
Esto llevó a De Bonafini a recorrer iglesias, hospitales y comisarías en busca de su primogénito. También, a interponer un hábeas corpus para obligar a las autoridades a informarle sobre la posible detención de Jorge. Así fue como esta madre comenzó a conocer a otras mujeres cuyos hijos habían sido arrancados de sus hogares.
Pronto, estas madres comenzaron a organizarse para emprender la búsqueda acompañadas. Como una de sus acciones, el 30 de abril de 1977, estas mujeres se agruparon en la Plaza de Mayo para entregar una carta de reclamo al presidente de facto Jorge Rafael Videla exigiendo información sobre el paradero de sus hijos. Y de esta forma surgió la simbólica protesta que emprendían cada jueves en la plaza bonaerense.
A pesar de que estas manifestaciones siempre fueron pacíficas, para la Junta Militar encabezada por Videla representaban una amenaza, pues siempre negó de manera tajante que hubiera desapariciones y secuestros durante su supuesto periodo de reorganización.
Esto provocó que, en diciembre de 1977, tres de las Madres de Plaza de mayo fueran secuestradas: María Ponce, Esther Ballestrino y Azucena Villaflor. También en ese mes, el hijo menor de Hebe de Bonafini fue secuestrado; Raúl Alfredo, de sólo 24 años de edad, seguía la misma línea política que su hermano Jorge.
Quizás fue esto lo que provocó que, pese al hostigamiento de la fuerza militar, De Bonafini no desistiera en la búsqueda de verdad y justicia por la desaparición forzada de sus dos hijos. Esta búsqueda fue visibilizada en 1978, cuando Argentina fue cuna del Mundial de fúbtol y medios internacionales pudieron ver e informar sobre lo que pasaba en el país con las desapariciones y las madres buscando a sus hijos e hijas.
Gracias a esto, las Madres pudieron conseguir financiamiento para fundar su primera casa. Al año siguiente, en 1979, decidieron transformarse en una asociación (la Asociación de Madres) de la que Hebe de Bonafini se convirtió en presidenta por unanimidad. Una vez nombrada con este cargo, viajó por Europa y Estados Unidos para dar a conocer lo que estaba sucediendo en Argentina con el Proceso de Reorganización Nacional.
Este esfuerzo permitió que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) visitara Argentina en 1979 y, en 1985 —tras el famoso Juicio de las Juntas— sentenciara a prisión perpetua a Jorge Rafael Videla y condenara a prisión a muchos de los altos mandos que cometieron las desapariciones y asesinatos denunciados por las Madres de Plaza de Mayo.
No fue hasta 2010 que la Corte Suprema de Justicia de Argentina hizo efectivas estas condenas. Videla murió en prisión tres años después. Por su parte, las Madres de Plaza de Mayo siguen recordando para que la historia no vuelva a repetirse.
De Bonafini, un personaje controvertido en el activismo
Luego del Juicio de las Juntas, en 1986, la Asociación de Madres se dividió en dos por diferencias ideológicas: Asociación Madres de Plaza de Mayo y Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. Hebe de Bonafini continuó liderando la primera de estas agrupaciones, la cual se enfocó en seguir defendiendo los ideales por los que cientos de hijos y seres queridos fueron desaparecidos y asesinados entre 1976 y 1983.
La asociación encabezada por De Bonafini continuó con su trabajo con su propia radio, un programa de televisión, un café literario, un plan de viviendas sociales y guarderías, así como con la fundación del Instituto Universitario de Madres de Plaza de Mayo.
Pese a todo este trabajo, Hebe de Bonafini no estuvo exenta de críticas. Además, en diversas ocasiones fue criticada por su relación cercana con Fidel Castro, y su defensa al movimiento peronista liderado por Néstor y Cristina Kirchner.
Más allá de estas críticas, Hebe de Bonafini y el resto de las Madres de Plaza de Mayo son un parteaguas en la historia latinoamericana. Una historia repleta de víctimas, desaparecidos, pero también de resistencias que han quedado marcadas en la memoria.
Los restos de De Bonafini serán cremados días antes del homenaje de este jueves y sus cenizas quedarán sepultadas en la Plaza de Mayo.
