México / Yolanda Monge (El País).- La arquitecta mexicana Frida Escobedo ha sido la elegida para diseñar el nuevo ala de arte moderno y contemporáneo del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, proyecto valorado en 500 millones de dólares, según ha anunciado este domingo el museo. La elección de Escobedo resulta sorprendente por varias razones: por su relativa juventud, 42 años, porque su trabajo ha estado más centrado en las estructuras temporales y por no poseer una firma que la respalde. En la puja por la obra, el museo consideró a cuatro firmas de arquitectura de renombre.
“Me encantan los desafíos”, declaró la creadora durante una entrevista telefónica con el diario The New York Times, que fue el primer medio en dar la noticia, desde su casa en Ciudad de México.
“Uno de los encargos con los que sueña cualquier arquitecto es diseñar una institución de la relevancia del Met”.
Escobedo fue, a los 38 años, la arquitecta más joven en diseñar en 2018 el Pabellón Serpentine de los jardines de Kensington en Londres y la segunda mujer, después de Zaha Hadid, en participar en ese programa de la galería británica para crear anualmente un espacio temporal.
Frida Escobedo nació en Ciudad de México en 1979 y estudió en la Universidad Iberoamericana. Después llegaría el máster en la Universidad de Harvard. En 2004 recibió la Beca Jóvenes Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes y en 2003 fue codirectora del estudio Perro Rojo.
El Met será el proyecto cultural más grande hasta la fecha de la mexicana, y su trabajo anterior incluyó varios pabellones y otras estructuras temporales, como las de la Trienal de Arquitectura de Lisboa, la Bienal de Arquitectura de Chicago y el Victoria and Albert Museum de Londres, siempre según el diario The New York Times.
Según la página web de la arquitecta, “desde la fundación de su taller en 2006, Frida Escobedo ha desarrollado un enfoque basado en la idea de que la arquitectura y el diseño representan un medio crucial para plantear preguntas y debatir sobre fenómenos sociales, económicos y políticos”.
“Bajo esta premisa, el arte, tanto contemporáneo como histórico, sirve como punto de partida para el desarrollo de cada proyecto. Desafiando los límites tradicionales de la disciplina arquitectónica, la producción creativa del taller opera en una amplia gama de escalas, abordando el contexto de cada proyecto y utilizando elementos arquitectónicos como herramientas para la negociación y el consenso”, finaliza el comentario.
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