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Marcha Lencha: “Somos quienes somos, hoy venimos a demostrar eso, a reclamar ser visibilizadas”


 

México / Aline Espinosa Gutierrez .- En un rincón de la Glorieta de las Mujeres que Luchan, Laura y Susana se pintan banderas con glitter rosa, ríen y se besan. Ambas asisten por primera vez a la Marcha Lencha en Ciudad de México a fin de exigir libertad y un alto a los lesbofeminicidios.

“Somos quienes somos, hoy venimos a demostrar eso, a reclamar ser visibilizadas”, declaró Laura.

Cabe mencionar que este es el segundo año de la Marcha Lencha en CDMX, la cual es llamada así “lencha” (una palabra utilizada de manera despectiva contra la comunidad lésbica) con el objetivo de reivindicarla, según las organizaciones que convocan.

Ellas vienen en compañía junto con otras amigas que también son parte de la comunidad lésbica. Una de ellas es María de 20 años, quien escribe con marcador “La lesbofobia mata” en un pedazo de cartón. Para María esa no es una leyenda “cualquiera” es la realidad que ella vivió.

“Un tío me vio besarme con mi novia afuera de mi casa. Él se acercó, la rabia se le veía en los ojos. Comenzó a insultarme a mí, a mi familia. Le respondí firme, se abalanzó sobre mí, me golpeó, y no sé cómo pasó, pero quedé inconsciente. Desperté en la cama de un hospital, tenía costillas rotas, pude haber muerto”, contó María, estudiante de artes plásticas.

De acuerdo con el informe “Muertes violentas de personas LGBT+” de Letra S, se registraron 78 muertes violentas de personas LGBTIQ+ relacionadas con su identidad de género, orientación sexual o expresión de género en 2021. De estas 78, 2% fueron contra lesbianas.

En 2017, describe el documento, hubo cero asesinatos de la comunidad lésbica; en 2018 se registraron seis; en 2020 nueve; y en 2021 dos.

Todas ellas, dijeron, se sienten alegres de que exista una marcha sólo de la comunidad lésbica porque pueden tejer redes, mostrar las violencias que padecen e impulsar que la población voltee a verlas con el fin de “tirar que lo normal no existe, hay muchas formas de sentirnos”, agregaron.

La organización Letra S consideró que la violencia contra personas LBGTIQ+ debe entenderse como una forma de violencia de género, ya que el propósito de las y los agresores es “castigar” a las personas cuya apariencia y comportamiento no corresponde con los estereotipos, sino que, por el contrario, los desafía.

 

 

Más tarde, integrantes de las organizaciones convocantes exigieron justicia para los casos de lesbofobia y transfobia, reconocimiento a las infancias diversas, acceso a la salud integral, servicios de calidad, agua, trabajo digno, educación y mecanismos de que las atiendan respetando sus identidades.

Asimismo, la diputada de Ana Francis Mor reiteró su apoyo a la comunidad lésbica. “Si lo que necesitamos es que nos escuchen para cambiar una ley. Las escuchamos. Este equipo de trabajo es trabajar con ustedes. Para que lo que existe se use”, apuntó.

La marcha comenzó a avanzar entre bailes y consignas, entre ellas “tú me dejaste caer, la lencha me levantó”; “di me lo que, qué te extraña a ti, de ver a mujeres que gustan de sí, somos lesbianas nos gustan así, respeta, no te metas qué te importa a tu; y “señor, señora se mata a las lesbianas en la cara de la gente”.

Las asistentes vestían glitter en el cabello, banderas amarradas al cuerpo, alas de fantasía, listones, coronas, diademas de flores, pestañas de colores, entre muchos artículos más.

“Aquí estamos las ‘lenchas’ que veníamos a tomar las calles y celebramos la diversidad. Hemos sido invisibilizadas, pero ya no. El afecto entre morras siempre ha existido”, gritóz a todo pulmón Martina, estudiante y parte de la comunidad lésbica.

En opinión de Martina la comunidad lésbica vive estigmatizada, eso aumenta la violencia hacia ellas, sin embargo -enfatizó- la comunidad es “fluida” porque son diversas y buscan mostrarlo con esta marcha.

“Hay que decirlo en voz alta. Somos lesbianas. No somos mujeres gays. Lesbianas. Las plantas crean realidades. Esta es la nuestra”, resaltó Martina a la par que agitaba su bandera de colores rosa, blanco y naranja. Símbolo de la comunidad lésbica.

Un poco más adelante, Esperanza y Sonia, una familia homoparental desde hace cinco años, viene en la marcha. Ellas consideraron que la comunidad lésbica queda en el olvida dentro de la comunidad LGBTIQ+ y en las políticas de gobierno, ya que éstas se enfocan más en hombres homosexual.

Para Esperanza es necesario promover más los derechos humanos de las familias homoparentales porque aún no son reconocidas ni respetadas en las instituciones de salud o educación. Ejemplo de ello, es que en una escuela la hija de ambas no fue aceptada por tener dos mamás y tuvieron que cambiarla.

“Creo que las familias como la nuestra hacen creer que son aceptadas, pero en la realidad no es así. Siempre nos miran o juzgan. Nuestras familias deben ser nombradas porque lo que no se nombra no existe”, destacó Esperanza, maestra de educación básica.

 

 

La marcha continuó por su recorrido: pasó por el Ángel de Independencia hacia el Bosque de Chapultepec, donde hubo cantantes, raperas, y comediantes. Casi al final, las manifestantes que, como esta vez, muchas otras saldrán a las calles.

 

Artículo publicado por ONCE Noticias
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