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Melissa Lucio, mexicana en el corredor de la muerte, cientos de activistas piden cancelar la ejecución


Esta mexicana de origen está acusada del asesinato de su hija de dos años, que falleció durmiendo tras caerse de unas escaleras. Cientos de activistas, el Gobierno de Francia e incluso Kim Kardashian piden cancelar la ejecución, programada para el 27 de abril en Texas

México / Antonio Ortuño.- Ha sido madre de 14 hijos, lo que le da a su vida un grado de dificultad casi inimaginable para cualquiera. Pero Melissa Lucio, estadounidense de origen mexicano y con 53 años de edad a cuestas, no llegó a los titulares de prensa por eso, sino porque está en espera de ser ejecutada por las autoridades de Texas el próximo 27 de abril, si es que no se produce antes un aplazamiento o, como reclaman cientos de activistas y su defensa legal, se desestima su caso.

Porque Melissa está acusada de dar muerte a Mariah, una de sus hijas, de apenas dos años de edad. Los hechos ocurrieron en 2007, en el poblado de Harlingen, en el condado de Cameron, Texas, a pocos kilómetros de la frontera con Tamaulipas. La pequeña murió mientras dormía, dos días después de, según la versión de la familia, caer de unas escaleras durante una mudanza, en un momento en que se quedó sin vigilancia. La familia, integrada entonces por Melissa, su esposo Robert Antonio Álvarez y doce hijos (luego nacerían dos más) vivía en condiciones de pobreza extrema, sin servicios de agua o electricidad y con serias dificultades cotidianas.

Mariah dejó de comer luego de la caída y murió mientras dormía en la cama de sus padres. Cuando los servicios de emergencia recibieron el reporte de su estado, la niña ya no respiraba. La fiscalía rápidamente acusó a su madre por homicidio basada en una confesión que se produjo luego de un interrogatorio de cinco horas, en el que Melissa negó más de 80 veces ser culpable antes de desmoronarse y decir: “No sé lo que quieren que diga. Supongo que soy la responsable”.

El cuerpo de la niña presentaba moretones y contusiones diversas y eso dio la pauta a las autoridades para considerar que se trataba de un episodio de maltrato infantil. Además de los rastros en el cuerpo de Mariah, los fiscales arguyeron que Melissa había perdido anteriormente la custodia de algunos de sus hijos y tenía antecedentes de consumo de drogas. Uno de los detectives que llevó las indagaciones, Víctor Escalón Jr., incluso señaló como motivo de sospecha la postura encorvada de Melissa y su negativa a hacer contacto visual.

Pero la defensa asegura que los investigadores no consideraron evidencia que mostraba que Mariah tenía problemas motores que pudieron provocar su caída, y complicaciones circulatorias que explicarían los moretones. También se argumenta que el hecho de que Melissa fuera víctima de abusos desde los seis años de edad, situación que se repitió en su vida adulta, la hacía particularmente vulnerable a un trato autoritario y agresivo como el que le propinó la Fiscalía. Ninguno de los hijos de Melissa (y el mayor ya tiene más de 30 años, por cierto) la acusó nunca de maltratos sino que, por el contrario, todos han sido firmes en la defensa de su madre. Y un dato final a considerar es que el fiscal que empujó el caso originalmente, Armando Villalobos, cumple hoy una condena de 13 años en un penal federal por soborno y extorsión.

El proceso, en suma, se ha extendido por más de un decenio y la condena ha sido ratificada por diversos tribunales texanos. Pero en 2020 un documental dirigido por la periodista y directora Sabrina Van Tassel, llamado El Estado de Texas vs Melissa, hizo notar las irregularidades que rodeaban el veredicto y provocó una ola de reacciones que podrían dar un vuelco en el destino de la acusada. Estrellas de la farándula como la influencer Kim Kardashian (quien estudió leyes durante los años recientes y suele opinar sobre casos llamativos en sus redes) o el presentador John Oliver, diferentes legisladores republicanos y demócratas de la legislatura de Texas y hasta el Gobierno de Francia han solicitado cancelar la ejecución y revisar todo el proceso.

Las presiones ya han conseguido que el actual fiscal, Luis Sáenz, anuncie que intentará detener la ejecución, pero esto no ha sido confirmado aún. La vida de Melissa se encuentra en riesgo en un sistema en que los más débiles suelen padecer el peso aplastante de la ley, pero rara vez encuentran justicia.

 

 

 

Artículo publicado por El País
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