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Mujeres migrantes venezolanas más expuestas a diferentes tipos de violencias


Ciudad de México / Marcela Nochebuena.- Las mujeres y las personas LGBT+ venezolanas son las más expuestas a diferentes tipos de violencias, incluida la sexual, al tomar rutas alternas para evitar retenes de autoridades migratorias y fuerzas de seguridad, según el análisis y estudio de campo “Las consecuencias de las políticas migratorias de Estados Unidos y México sobre la protección de las mujeres y personas LGBTIQ+ venezolanas en el suroeste de México”, elaborado por cuatro organizaciones de la sociedad civil.

Esta situación se ha agravado tras el reciente recrudecimiento de diversas políticas migratorias en la región, como la imposición de una visa para las personas venezolanas que viajan a México desde enero de 2022, su expulsión bajo el Título 42 desde la frontera sur de Estados Unidos, el nuevo programa de permisos humanitarios anunciado por el gobierno estadounidense en octubre y el cierre de la frontera de Panamá a las personas venezolanas que viajan de Costa Rica.

Entre octubre de 2021 y septiembre de 2022, recupera el documento, 189 mil 520 personas venezolanas fueron interceptadas por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) en la frontera México-Estados Unidos, lo que representa un récord histórico y un aumento de más del 275% en comparación con el año previo: entre octubre de 2020 y septiembre de 2021 la CBP interceptó a 50 mil 499 personas provenientes de Venezuela.

Del mismo modo, se registró un incremento en el número de personas venezolanas que atraviesan el Tapón del Darién en Panamá: 148 mil 285 lo hicieron de enero a octubre de 2022, mientras que en todo 2021 habían sido 2 mil 819.

Además, el anuncio de los permisos humanitarios por parte del gobierno estadounidense el pasado octubre, que pretende otorgar un estatus regular durante dos años a 24 mil personas venezolanas máximo, en realidad no las ha beneficiado y ha derivado en su retorno a México. Luego de los anuncios, la CBP expulsó a 5 mil 859 personas venezolanas hacia nuestro país. En los primeros días del programa se aprobaron 100 ingresos.

Apoyo a Migrantes Venezolanos, el Centro para la Democracia en las Américas (CDA), el Instituto para las Mujeres en la Migración (IMUMI) y la Comisión de Mujeres para las Personas Refugiadas (WRC, por sus siglas en inglés) sostienen que el riesgo para mujeres y personas LGBT+ se da, además, en un contexto de escasez de información oficial y completa sobre las nuevas políticas migratorias, las opciones para solicitar protección internacional y las de regularización migratoria.

A esto se suma la falta de planificación en materia de albergues y la escasez de opciones de vivienda digna y lugares adaptados a las necesidades de las personas con múltiples vulnerabilidades en el suroeste de México, lo que agrava la violencia de género contra mujeres venezolanas. Aunado a ello, quienes viajan con niñas, niños y adolescentes corren el riesgo de la separación al no poder demostrar que son familiares directos.

Falta de oportunidades, violencia de género y segundas o terceras migraciones

De acuerdo con el estudio de las organizaciones, la falta de oportunidades económicas y de empleo formal para las mujeres migrantes las coloca en una situación de mayor vulnerabilidad frente a la violencia del hogar, económica, física y sexual, así como a la trata y a la explotación.

Según una investigación de HIAS y ACNUR, el 70% de las mujeres latinoamericanas en situación de movilidad en México no estaba trabajando y 23% se encontraba en el sector informal; 32% identificaron la falta de oportunidades económicas como el principal factor que las expone a la violencia de género.

Por otro lado, a diferencia de personas de otras nacionalidades que cuentan con el acceso al consulado de su país en el sur de México, las personas venezolanas no tienen esa posibilidad. Cuando se enfrentan a la separación de familias, en muchos casos no pueden acreditar el parentesco con las niñas, niños y adolescentes, ya sea porque no cuentan con documentos o porque no son familiares directos e incluso les abandonan y continúan su camino hacia Estados Unidos.

La organización Kids in Need of Defense (KIND) –expone el documento– agregó que, en el caso de familias de poblaciones LGBT+, la separación es consecuencia directa de la falta de reconocimiento, por parte de las autoridades, de su inserción dentro del concepto de familia. Estas y otras expresiones de violencia de género, documentan las organizaciones, se hacen presentes durante toda la ruta migratoria de niñas, adolescentes, mujeres y personas LGBT venezolanas.

Particularmente, la violencia sexual en el caso de niñas y adolescentes comenzó a ser visible en el cruce que realizan por el Tapón del Darién, donde, desde 2019, se ha registrado un incremento significativo de violencia contra las personas migrantes. En tanto, del trayecto por México, las organizaciones llaman la atención sobre la situación en las carpas en San Pedro Tapanatepec, Oaxaca, donde el riesgo de violencia de género es muy alto ante la ausencia de medidas de protección con perspectiva de edad, género y diversidad.

Entre otros factores de riesgo, el documento señala la falta de espacios exclusivos para mujeres, niñas, niños, adolescentes y población LGBT, la disposición de servicios sanitarios poco iluminados, y el uso de la carretera como alternativa de baños, donde no hay vigilancia.

“A largo de la ruta migratoria y en el caso de la violencia sexual, la atención es brindada en gran parte por agencias internacionales y organizaciones de la sociedad civil. México no es una excepción. Si bien existen rutas de atención como resultado de la colaboración entre el gobierno y las agencias de Naciones Unidas, la capacidad es insuficiente y no logra cubrir las actividades que el gobierno tiene obligación de desempeñar”, sostiene el análisis.

A esto se suman otras expresiones de violencia de género como la necesidad de las mujeres de iniciar y continuar su viaje en compañía de uno de sus principales agresores, sobre todo en casos de violencia familiar donde estas personas son consideradas “cuidadoras” o “protectoras”. 

En tanto, para las poblaciones LGBT+, las organizaciones advierten que las expresiones de violencia más presentes son las amenazas a su integridad personal o a su vida derivadas de su identidad o preferencia sexual, así como la violencia sexual, lo que les obliga a emprender segundas o terceras migraciones.

“Debido a nuestra orientación sexual, compañeros de él empezaron con burlas… a él lo agredieron… Siempre eran bastantes amenazas y lo determinante es que ellos llegaron hasta donde teníamos el salón y nos amenazaron que nos iban a matar, nos golpearon. Y nosotros, para evitar llegar a eso, porque la violencia iba a seguir, decidimos salir. 

“Ahí perdimos todo… De hecho, yo salí de Venezuela por algo similar, me atacaron, me dieron cuatro puñaladas. O sea, yo estoy vivo de milagro. En mi país de origen, ahí me atacaron por mi orientación sexual”, relató una de las personas pertenecientes a poblaciones LGBT+ durante el trabajo de campo que las organizaciones documentan en el informe y que realizaron en Tapachula, Chiapas, y San Pedro Tapanatepec, Oaxaca, del 7 al 11 de noviembre de este año.

 

Artículo publicado por Animal Político
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