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Mujeres zapatistas ante el cierre de sus municipios rebeldes


 

Ciudad de México / Edith González Cruz.- El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) anunció que ante el impacto del crimen organizado en Chiapas y el ambiente de violencia e inseguridad que atraviesa el estado como bloqueos, asaltos, secuestros, cobro de piso, reclutamiento forzado y balaceras llegaron a la decisión de cerrar los Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas (MAREZ) lo cual estaría afectando a más de 500 mujeres zapatistas quienes también iniciaron su causa desde la perspectiva de derechos de las mujeres y etnicidad desde 1994.

También se informó que cerrarían las Juntas de Buen Gobierno pero Los Caracoles, creados en el 2003, permanecerán cerrados solo al exterior hasta nuevo aviso.

Estas mujeres zapatistas se levantaron en armas con una doble militancia: la lucha por la dignidad indígena y la lucha de género. Dentro del movimiento ellas construyeron colectivamente su propia agenda feminista, crearon la primera y segunda Ley Revolucionaria de las Mujeres.

En ella reclaman sus derechos individuales, sociales y políticos como: la defensa de sus derechos reproductivos, a una vida libre de violencia, a la educación, a tener, heredar y trabajar la tierra; la libertad de tránsito para poder salir de sus comunidades a trabajar y recibir un salario justo y el derecho a la participación activa en las decisiones del movimiento, entre otros.

Desde el pasado 8 de junio en el Zócalo capitalino, las zapatistas, mujeres y hombres, advertían de la escalada de violencia en Chiapas, señalando que el estado estaba ‘al borde de una guerra civil por la violencia paramilitar.

“Las mujeres son la base de la lucha, las cuidadoras del maíz, de los recursos y, esta situación (de violencia) empeora debido a la fe ciega de la sociedad en la administración actual” declaraba en ese entonces Ana, militante del EZLN, a Cimacnoticias.

En un inicio, las mujeres indígenas eran minoría al interior del movimiento zapatista; sin embargo, para 2004 ya formaban un tercio de las fuerzas zapatistas armadas y un 50 por ciento de las bases de apoyo, encargadas se las tareas de cuidados de los integrantes de la estructura militar, como el cultivo y preparación de los alimentos tal es el caso de las tortillas y el pozol, cuidar a las niñas y niños y cuidar de la salud de todos los integrantes.

Para la investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana, Adriana Petrovna Gomez Bonilla, a lo largo del tiempo, las mujeres zapatistas han logrado intervenir en cargos al interior del movimiento. Ahí está el caso de la comandanta Esther y su representación ante el Congreso de la Unión en marzo de 2001 o la participación de las zapatistas en el establecimiento  de las Juntas de Buen Gobierno, en la Otra Campaña, en la Escuelita Zapatista y en diversos encuentros internacionales.

Paralelamente, han logrado una mayor participación y un mayor ejercicio de derechos desde la cotidianidad de sus comunidades. Sin embargo, falta mucho, aún con los avances, las zapatistas no tienen las mismas condiciones y facilidades para ocupar cargos en comparación con los hombres y aún prevalecen algunas costumbres y una distribución desigual del  trabajo doméstico que limita su participación política.

Nuevas formas de lucha

En el comunicado enviado desde las montañas del Sureste de México, el movimiento anunció que, si bien, la decisión de desaparecer los MAREZ y las Juntas de Buen Gobierno -instancias donde se hacen trámites, de plantean proyectos y se toman decisiones-, la tomaron luego de un ‘largo y profundo análisis crítico y autocrítico’, proceso que lleva al menos tres años, con la cual buscan que sus actuales órganos de gobierno tengan una nueva estructura de la autonomía zapatista, el cierre temporal de los Caracoles y la desaparición de su estructura militar, se aceleró por el ambiente hostil que se vive en el estado.

“Esto es efecto del padrinazgo del gobierno del estado y la disputa por los cargos que está en proceso. No son propuestas políticas las que se enfrentan, sino sociedades criminales. San Cristóbal de las Casas, Comitán, Las Margaritas y Palenque, por mencionar algunas cabeceras municipales “están en manos de uno de los cárteles del crimen desorganizado (o ‘sicarios legales’)  y en disputa con otro, en las comunidades rurales el problema es más grave aún”, señala el cuarto comunicado firmado por el Subcomandante Insurgente Moisés.

En el texto también se denuncia que las fuerzas militares y policíacas federales, estatales y locales, no están en Chiapas para proteger a la población civil, ‘sino para frenar la migración, orden que vino desde el gobierno norteamericano’.

De tal forma, ninguna persona se puede presentar como miembro, autoridad o representante zapatista, “todos los sellos, membretes, cargos, representaciones y acuerdos con el nombre de cualquiera de sus más de 40 municipios autónomos (MAREZ) o de cualquiera de las Juntas de Buen Gobierno, son inválidos a partir de este momento”.

A punto de cumplir 30 años de lucha

En vísperas de los 30 años del ‘inicio de la guerra contra el olvido’ (alzamiento del movimiento de liberación), anunció que habrá celebraciones públicas a las cuales están invitadas todas las personas que firmaron la “Declaración por la Vida”.

“Aunque no les esperamos, les invitamos. Las fechas tentativas de las conmemoraciones son entre el 23 de diciembre del 2023 y el 7 de enero del 2024, siendo la celebración central los días 30-31 de diciembre y 1-2 de enero”, concluye el comunicado.

Primer Encuentro Internacional de Mujeres

El 3 de enero del 20|8 y para conmemorar 24 años del alzamiento en armas y reivindicar los derechos de los pueblos indígenas, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) convocó al “Primer encuentro internacional, político, artístico, deportivo y cultural de mujeres que luchan”.

El Comité Clandestino Revolucionario Indígena del EZLN, movimiento que el 1 de enero de 1994 declaró una rebelión armada contra el gobierno de Carlos Salinas, llamó a las mujeres del mundo a reunirse del 7 al 11 de marzo en el Caracol de Morelia, ubicado en Chiapas.

El propósito, informaron en un comunicado, era encontrarse, hablar y escucharse como mujeres que luchan, resisten y se rebelan en contra del sistema capitalista, machista y patriarcal, como mujeres que no están de acuerdo con lo que les hacen por ser mujeres y que no tiene miedo o que si lo tiene lo controlan.

“Bien que lo sabemos que el mal sistema no sólo nos explota, nos reprime, nos roba y nos desprecia como seres humanos, también nos vuelve a explotar, reprimir, robar y despreciar como mujeres que somos”, expusieron.

Las convocantes, quienes además apoyaron la aspiración de María de Jesús Patricio (Marichuy) para conseguir una candidatura independiente para competir por la presidencia de la República en julio próximo, dijeron que la situación es peor porque en todo el mundo asesinan a las mujeres.

“A los asesinos, que siempre son el sistema con cara de macho, no les importa si nos matan, porque los policías, los jueces, los medios de comunicación, los malos gobiernos, todos los que allá arriba son lo que son a costa de nuestros dolores, los cubren, los solapan y hasta los premian”, reclamaron.

Sobre los hombres las convocantes explicaron: “A los varones zapatistas los vamos a poner a hacer lo necesario para que podamos jugar, platicar, cantar, bailar, decir poesías, y cualquier forma de arte y cultura que tengamos para compartir sin pena. Ellos se encargarán de la cocina y de limpiar y de lo que se necesite”.

La convocatoria para este encuentro fue solo para mujeres y se dijo que quienes tengan hijos menores de edad los podrían llevar o quienes quieran ir acompañadas por varones lo podrán hacer considerando que ellos no podrán participar en las reflexiones porque se trata de un espacio de mujeres.

 

Fuente: Cimac
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