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Ciudad de México.- Aunque el tenor Plácido Domingo negó categóricamente en agosto de 2019 las acusaciones por acoso sexual que pesaron en su contra, ayer pidió perdón a las mujeres que lo denunciaron de acoso sexual “por el dolor” que les causó.
En un comunicado, el cantante de 79 años, aceptó su responsabilidad por las acciones denunciadas en Estados Unidos en los últimos meses, mientras ocupó la dirección de las óperas de Washington y de Los Ángeles.
La declaración del tenor ocurrió horas después de que el American Guild of Musical Artists (AGMA) revelara los resultados de una investigación propia, que confirmó que el cantante incurrió en conducta sexual inapropiada.
La agencia AFP también señaló que, según The New York Times, que cita un correo electrónico de líderes de AGMA al directorio, Domingo tenía previsto pagar 500 mil dólares al sindicato a cambio de que guardaran silencio sobre la investigación, pero “una ruptura flagrante de la confidencialidad” hizo que el equipo legal del tenor abandonara el acuerdo.
Entiendo ahora que alguna de esas mujeres pudiera tener miedo para expresarse honestamente, porque les preocupaba que sus carreras se vieran afectadas”, reconoció el cantante y director de orquesta.
Plácido Domingo aseguró que esta experiencia le ha servido para tomarse un tiempo para reflexionar durante los últimos meses y analizar las acusaciones, Domingo destacó que, “aunque no fue mi intención, nunca nadie debería sentirse de esa forma”.
La investigación de los actos de acoso y abuso sexual por parte de Plácido Domingo inició el pasado 6 de septiembre de 2019, luego de que el 13 de agosto nueve mujeres –ocho cantantes y una bailarina– aseguraran a la agencia Associated Press (AP) de forma anónima, exceptuando a una, que habían sido acosadas por el tenor español en la década de los 80 del siglo pasado.
A ellas se fueron sumando más denuncias, hasta llegar a 27, refieren las versiones de prensa difundidas ayer.
De todas las personas que aportan su testimonio en la información de la agencia sólo se identifica a una, la mezzosoprano Patricia Wulf, porque el resto alegó que de dar su nombre podría sufrir represalias en sus carreras.
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