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‘Olvidadas: Las muertas de Juárez’, podcast que recorre la historia de los feminicidios en México


Las mexicanas viven una nueva ola de violencia contra ellas en un país con cifras escalofriantes que ha visto incrementar el número de feminicidios en un 137 % en los últimos cinco años y que, debido a la alta tasa de impunidad y corrupción, ve cómo el pasado se repite una vez más.

Guayaquil / Cristina Bazán (EFE).- Esa es una de las conclusiones de «Olvidadas: Las muertas de Juárez», un podcast que durante 10 capítulos y dos bonus track hace un recorrido por 30 años de historia y cuenta en español de la mano de las periodistas Rossana Fuentes Berain y Sandra Romandía cómo el crimen organizado está detrás de estos asesinatos machistas que ocurren bajo la mirada y la venia de autoridades corruptas.

Además, reivindica el esfuerzo y valor de las familias de las asesinadas, especialmente de sus madres, quienes desde hace años se han organizado y se han vuelto expertas en buscar los cadáveres de sus hijas desaparecidas en la frontera con Estados Unidos.

En una entrevista con Efeminista, Rossana Fuentes Berain asegura que las historias que se cuentan en este podcast, disponible en la plataforma Podimo, son indispensables para comprender todo lo que sucede en México y porqué después de tantos años y de sentencias internacionales, los feminicidios no hacen más que aumentar.

«Algunos de los casos de los que hablamos han concluido, pero otros no y creo que permite a la gente acercarse a esto como algo que sucede en la historia de México. Eso es útil para quienes están tratando de entender un país que es necesario entender, porque México es muy importante para el mundo, como el mundo es muy importante para México», señala.

«Olvidadas», la historia de los feminicidios en México

El producto sonoro empieza contando cómo los miembros de las bandas organizadas, al principio de la década de los 90, escogían a las víctimas, generalmente jóvenes de familias pobres. Las capturaban cuando salían de sus casas hacia el instituto o al trabajo, en la ciudad fronteriza de Juárez. Luego de secuestrarlas, abusaban sexualmente de ellas, las asesinaban y días o semanas después dejaban sus cuerpos en el desierto.

«El fenómeno dio lugar al término feminicidio, el asesinato de una mujer por razones de género, el cual suele ir acompañado por un conjunto de acciones de extrema violencia y contenido deshumanizante contra mujeres y niñas. Juárez se convirtió en el lugar más peligroso del mundo para ser mujer», explica Fuentes Berain en el primer capítulo.

Al principio, las autoridades policiales y judiciales trataban a los asesinatos como casos aislados, pero gracias al trabajo de investigadores y periodistas y, lamentablemente al aumento de los crímenes, se descubrió que había un patrón.

Según las periodistas, en 1995 se encontró una primera fosa común de mujeres asesinadas. Un año después, en 1996, se encontró otra, y apareció una tercera en 2001. Por este último caso, el de las jóvenes Claudia Ivette González, Esmeralda Herrera Monreal y Laura Berenice Ramos Monárrez, cuyos cuerpos y el de otras cinco mujeres más aparecieron en un campo algodonero de Ciudad Juárez, México fue sentenciado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

El Tribunal determinó que el Estado mexicano «incumplió con su deber de investigar -y con ello su deber de garantizar- los derechos a la vida, integridad personal y libertad personal» de las víctimas.

Además, que «violó sus derechos de acceso a la justicia y protección judicial». En el podcast se detalla cómo las autoridades buscaban chivos expiatorios y no realizaban investigaciones adecuadas para encontrar a los verdaderos responsables de los feminicidios.

«La violencia es la primera herida (de México), la segunda es la revictimización y la tercera la impunidad. Los niveles de impunidad son altísimos, no es el 100%, pero es muy cercano al 100%», agrega Fuentes Berain.

La fuerza del movimiento feminista

Pese a que los feminicidios no cesan en México, pues en promedio 11 mujeres son asesinadas a diario, Rossana Fuentes Berain destaca la gran implicación del movimiento feminista en la lucha contra la impunidad y el olvido.

«Eso da un poco de esperanza dentro de una sensación agridulce, porque seguimos viviendo. Las mujeres seguimos saliendo a trabajar, las mujeres seguimos acompañándonos, seguimos siendo solidarias unas con otras», resalta.

Un ejemplo de esa implicación se demostró tras el asesinato de Debanhi Escobar, una joven del norteño estado de Nuevo León cuyo cuerpo fue hallado a finales de abril en una cisterna de un motel cercano al lugar donde un taxista la dejó y le tomó una fotografía que se hizo viral. Su caso reencendió la indignación y dio lugar a una ola de protestas en todo el país.

Sin embargo, Fuentes Berain agrega que el apoyo debe empezar a ir más allá, hacia más denuncias ante organismos internacionales. «Hay que acudir a los organismos internacionales multilaterales y acompañar a las madres y a las mujeres que están presentando casos a ese nivel. Creo que se está haciendo y creo que hay que seguir haciéndolo».

Especialmente porque lo que empezó sucediendo en Ciudad Juárez ya ha traspasado fronteras locales y regionales. Según datos de la CEPAL, 14 de los 15 países con las mayores tasas de feminicidios en el mundo están en América Latina.

«No se puede olvidar a las muertas de Juárez porque tenemos recordatorios vivos en todos los estados de la República. Y ciertamente sus familiares no las olvidan. Lo que hay que hacer como mecanismo de supervivencia es seguir adelante. Porque eso también es cierto que la victoria estaría en que el miedo nos paralizara y no pudiésemos circular, no pudiésemos trabajar, no pudiésemos seguir con nuestras vidas. Hay que vivir sin olvidar», sostiene.

 

 

Artículo publicado por EFE
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