María Enriqueta Burelo Melgar originaria de Chiapas ha sido Coordinadora del Programa de la Mujer, Consejo Estatal de Población 1984, Fundadora del Departamento de Género, UNACH y fue Secretaria Municipal de la Mujer, Tuxtla Gutierrez ( 2015-2018). Se ha desempeñado como articulista y conductora de televisión. Colaboró en el libro Desde mi Piel, un retrato de 20 políticas chiapanecas en el 2015.
Por la Cuarta | Enriqueta Burelo Melgar
La vida es destino. Parafraseando a Freud que citó “la infancia es destino”, ya que en esa etapa de nuestro desarrollo se reciben una serie de influencias decisivas para nuestro posterior desenvolvimiento, sin embargo, considero que al margen de estos influjos determinantes, a lo largo de nuestra vida, hay momentos que nos siguen marcando a nuestro favor o en contra, aquí lo importante es desarrollar habilidades y contar con herramientas que nos permitan ir navegando entre rocas, evadiendo tormentas, más si son perfectas, ya que ningún mar en calma hizo experta a una marinera.
Lo anterior viene a colación por la recomendaciones a una amiga sobre que le convenía mas si psicoanálisis o Gestalt, en lo que a mí respecta, y dados mis 66 años me interesa más “el aquí y el ahora”, frase que se le atribuye a Fritz Pearl uno de los constructores de la Gestalt.
Es con la ayuda del analista que el paciente puede alcanzar nuevos conocimientos sobre la parte inconsciente donde anida el conflicto. Hablando con el psicoanalista en una atmósfera segura éste va llevando al paciente a hacerse consciente de aquellos conflictos presentes en la parte inconsciente de su psiquis (esto incluye pensamientos y sentimientos, memorias y sueños). Dicho tratamiento otorga alivio al dolor psíquico, promueve el desarrollo personal y mejora la autoconciencia, dicha mejora a su vez fortalece la confianza de la persona en tratamiento para alcanzar las metas en la vida.
En lo particular si hubiera vivido en la época del padre del psicoanálisis, yo escogería a Jung, como terapeuta, quien en unión de Adler y Freud sientan las bases del psicoanálisis. Mi selección se basa en que me encanta su concepto de arquetipo, una imagen que pertenece al tesoro compartido de la humanidad, y trascendiendo épocas y saberes, puede adherirse al individuo sin pasar por una cultura particular. El arquetipo es una imagen con alto contenido emocional que nos ayuda en nuestra educación sentimental y a ordenar los tipos humanos. Ahora que las emociones vuelven a estar de moda (quizá porque la hora del puritanismo ha tocado a su fin, quizá porque resultan rentables en este capitalismo tardío que nos ha tocado vivir), es buen momento para hablar de ellas.
Los arquetipos no se enseñan en las escuelas, sino que venimos con ellos al mundo. Son la expresión instintiva de la especie. Sus formas y figuras son interminables, nunca llegaremos a comprenderlos del todo y, aunque llegásemos a identificarlos, no agotaríamos sus significados. Se encuentran en las mitologías, los cuentos y las leyendas antiguas, pero también en las fantasías de hoy. Impresionan y fascinan porque pertenecen a la estructura heredada de la psique y porque, en un nivel más profundo, son órganos de percepción psíquica esenciales para el desarrollo espiritual. Para Jung, la sabiduría consiste en armonizar lo consciente y lo inconsciente, una conciliación de los opuestos que encuentra expresión simbólica en las Mandalas.
Sin restarle méritos al psicoanálisis, en lo particular no me gusta el tiempo que se le dedica a este tipo de terapia, puede durar años, en algunos casos se crea dependencia hacia el o la terapeuta, un amigo fue a seguir a Argentina a su sanadora, no era para menos, era María Langer, y como tenía influencias logró que lo nombrarán agregado cultural en la embajada de ese país, lo que le ayudo a costearse la terapia y la estancia.
Avanzando en el tiempo, hoy escogería la Terapia Gestalt, su propuesta no es un conjunto de técnicas amparadas bajo una filosofía determinada sino, sobre todo (como afirma el psiquiatra y discípulo de Perls, Claudio Naranjo), se trata de una actitud, de una manera de estar en la vida.
Para la Gestalt somos un ser único, irrepetible, una unidad en totalidad; dispuesta a vivir en el aquí y en el ahora, decidir tú actitud, responder ante los sentidos que te plantea la vida, realizando valores existenciales: amar, trascender a través de crear, dar, trabajar para tu comunidad; disfrutar la naturaleza, el arte.
El terapeuta te acompaña a partir de tú propia visión de ti. No interpreta ni juzga. Da herramientas para que puedas reproducirlas siempre que las necesites.El planteamiento tienen que ver con lo que trabaja el paciente y su terapeuta más que con la interpretación del psicoanalista
Además, según el enfoque gestáltico, nadie es autosuficiente y, en todo el recorrido de la terapia, la claridad que otorga la toma de conciencia individual también modifica el lugar que se dispensa a los demás y el tipo de relaciones que se establecen. Una manera de hacer, y especialmente de ser, específicamente está condensada en estas palabras de Fritz Perls:
Yo hago lo mío y tú haces lo tuyo.
No estoy en este mundo para llenar tus expectativas
Y tú no estás en este mundo para llenar las mías.
Yo soy yo y tú eres tú.
Y si por casualidad no encontramos, es hermoso.
Si no, no puede remediarse.
Falto de amor a mí mismo,
cuando en el intento de complacerte me traiciono.
Falto de amor a ti,
cuando intento que seas como yo quiero,
en vez de aceptarte como realmente eres.
Tú eres Tú y Yo soy Yo.