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Por la Cuarta por Enriqueta Burelo Melgar: ¿Con lo que tengo que puedo hacer? Todo.

María Enriqueta Burelo Melgar originaria de Chiapas ha sido Coordinadora del Programa de la Mujer, Consejo Estatal de Población 1984, Fundadora del Departamento de Género, UNACH y fue Secretaria Municipal de la Mujer, Tuxtla Gutierrez ( 2015-2018). Se ha desempeñado como articulista y conductora de televisión. Colaboró en el libro Desde mi Piel, un retrato de 20 políticas chiapanecas en el 2015


Por la Cuarta | Enriqueta Burelo Melgar

 

¿Con lo que tengo que puedo hacer? Todo.

 

Los años nos agarran de sorpresa, traen consigo kilos, arrugas, una rodilla a punto de quiebre, botox, hilos rusos, así como, la serenidad para enfrentar los hechos y desechos, y sobre todo en muchos casos la capacidad de reírte de ti misma, y sentirte mucho más segura de cuando eras una adolescente, y tomar decisiones de manera autónoma, sin someterlas a consulta popular.

La única manera de aprender es viviendo, y practicando, los años me han enseñado a disfrutar de una buena bebida y hacer una maridaje perfecto con los amigos y amigas adecuadas para disfrutarla, en mis años mozos con tres desarmadores, era la bebida de moda, vodka y jugo de piña, quedaba desarmada, agarraba pleitos ajenos, toneladas de lágrimas y pañuelos desechables, era mala copa definitivamente, cruda moral al otro día. Hoy con  el aprendizaje y cambio de bebida, un buen ron o whisky, ya no se me corre el rimmel que es a prueba de agua, y mi alcoholímetro interno funciona muy bien cuando hay que pararle y entrarle al agua mineral, afortunadamente, mis mejores pamplinas (palabra dominguera)  fueron antes de las redes sociales, sino , tal vez mis sobrenombre hubiera sido Lady Cucharadas, Lady Desarmador, o Lady Lady Lady una canción que un grupo español de nombre Bravo hizo famosa.

El miedo al ridículo, ha pasado a la historia, me ha tocado caminar varias cuadras con el vestido subido, y que gracias a  que en determinadas calles de Tuxtla, no circula mucha gente, nada más 10 personas se han enterado de que color son mis chones y también me he dado santo porrazo, que he quedado tendida sobre la banqueta en la avenida Central y afortunadamente gracias a mi aspecto de respetable dama de la cuarta, varias personas se acercan a ayudarte, mientras tu ríes de dolor, de pena y del ridículo.

Definitivamente las emociones siguen a flor de piel como decían las novelas de Corín Tellado, puedo discutir con quien sea por cualquier motivo político, social, de convivencia…..por lo que sea. Esa es una de las licencias que me permite la edad, sobre todo desde que porto la sagrada charola del INAPAM.

En estos momentos me permito ser una persona, más cariñosa, hasta el chucho lo beso, menos exigente de 20 a 70 son bienvenidos, me gusta demandar cariño, no exigir, solo exijo que cumplan, y no como en la política de Yo si cumplo, sino ya saben ustedes donde deben cumplir y como dice el precepto cristiano: Dejad que los niños vengan a mi porque de ellos es el reino de mi corazón, eso lo decíamos en prepa, cuando decir niños no era peligroso, ni te acusaban de pederasta, hoy a todos les debes pedir su IFE antes de cualquier cosa.

Debemos darnos la oportunidad de abrazar y dejarnos abrazar por lo menos a nosotras misma, envolvernos en un abrazo de esos que acomodan los huesos, hasta el alma, mientras estaba en la universidad organizarnos un curso y uno de los talleristas era especialmente abrazador, y yo hasta estiraba los brazos para que no se me acercara, ahora me digo, me perdí de tantos abrazos gratuitos, genuinos, que lastima, pero ya estoy recuperando el tiempo perdido.

Me gustaría pesar 20 kilos  menos, pero es un placer comer, me hubiera gustado vivir en la antigua Roma donde los bacanales eran bien vistos y la comida estaba ligada al erotismo, hoy está ligada a la hipertensión y a la diabetes o vivir en un país árabe donde la amplitud de las caderas es muy apreciada por lo menos ya estaría en el harén de un jeque en Dubai.

Quienes piensen en la belleza perfecta visiten cuando puedan el Neus Musseum en Berlín, en una de las salas está una estatua de Nefertiti, una imagen muy hermosa a pesar de que la reina representante de la feminidad, está tuerta, con sus arrugas marcadas, podría ser cualquiera de nosotras y ahí reside su belleza.

Lo que he vuelto a recuperar es escribir, algo que disfruto enormemente y que gracias a ello, usted pueden compartir mis anécdotas semanalmente.

Todas esas vivencias me han hecho lo que soy, un pretendiente que como ya lo encontré con dueña, no puede aspirar a nada más que mirar este cuerpecito desde la otra banqueta y cantar lástima que seas ajena, me dice como no te conocí en la prepa, definitivamente, no te hubiera gustado en la prepa, ya que hoy le gusto, por todo el camino recorrido.

Definitivamente, las mujeres nos enfrentamos a una vida, que no nos regala nada, el otro día compartí la mesa con una joven, que todavía va en la segunda, y me comentaba que ya perdió la esperanza de casarse, yo le recomendé hasta que fuera a mi polideportivo a nadar por las mañanas que llegan varios espécimenes de la cuarta e investigar su estado civil, entrarle a Tinder o Two, inscribirse a un curso, un viaje o estudiar fuera, y más que nada que revise su verdadera vocación porque si es el casamiento, tendrá que lanzarse a la cacería y si es la alegre soltería, pues que se la lleve más tranquila, y disfrute de la vida.

Y quiero terminar hoy con fragmentos de este bello poema de Jorge Luis Borges, Después de un Tiempo:

Después de un tiempo,

uno aprende la sutil diferencia

entre sostener una mano

y encadenar un alma,

y uno aprende que el amor

no significa acostarse

y una compañía no significa seguridad

y uno empieza a aprender.

Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas

y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos

y uno aprende a construir

todos sus caminos en el hoy,

porque el terreno de mañana

es demasiado inseguro para planes…

y los futuros tienen una forma de

caerse en la mitad.

Y después de un tiempo

uno aprende que si es demasiado,

hasta el calorcito del sol quema.

 

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