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Por la Cuarta: Síndrome de la Cabaña por Enriqueta Burelo Melgar


Enriqueta Burelo Melgar Programa de la Mujer, Consejo Estatal de Población 1984, Fundadora del Departamento de Género, UNACH y fue Secretaria Municipal de la Mujer, Tuxtla Gutiérrez (2015-2018). Se ha desempeñado como articulista y conductora de televisión. Colaboró en el libro Desde mi Piel, un retrato de 20 políticas chiapanecas en el 2015.

Por la Cuarta | Enriqueta Burelo Melgar

Ya casi nos parecemos a Joaquín Sabina, cuando canta Tanto la quería. Que, tardé, en aprender. A olvidarla, diecinueve días. Y quinientas noches. Nosotras ya llevamos 60 días en encierro que nos ha puesto como toros de lidia, y responderíamos a cualquier trapo rojo que nos pasen enfrente. Ha sido difícil el confinamiento, cada quien lo tomó a su modo, tenemos a mamás que trabajan tiempo completo y nunca han tenido la oportunidad de compartir con sus hijos sobre todo si son pequeños, ellas están fascinadas y no se cambian por nada, sin embargo, tenemos a otras madres, que ya traen el chip de ser madres de medio tiempo y ya no ven las horas que las escuelas y guarderías abran, y entre las tareas y el confinamiento la casa es una batalla campal.

Tenemos por otro lado a mujeres que dijeron es el momento de terminar la tesis del doctorado, y apenas van en el primer capítulo, iniciaron con muchos ímpetus, pero se les ha atravesado una serie de Netflix, un libro comprado en AMAZON ya en plena cuarentena, cambios de hábitos para dormir y despertar, la depresión que ha hecho estragos, se sintieron la mujer fitnetss y no las bajas de la escaladora en estos momentos ya llegaron al Everest, pronto estarán sufriendo el síndrome de vigorexia o exceso de ejercicio, otras han transformado su hogar en una selva con todo y Tarzan y lo más difícil, hay quienes han aprendido a pasar tiempo con ellas mismas, eso sí que pesa.

Por otra parte el confinamiento se ha convertido en un bomba molotov para los matrimonios que ya traían consigo antiguas desavenencias, una lectora dice: el ser humano solo piensa en comer, beber y follar, los sentimientos son inexistentes, hipocresía, egoísmo y falsedad.

Una encuesta hecha por el sitio en línea Gleeden_ES reveló que la mayoría de los mexicanos encuestados esperan con ansias el fin de la cuarentena para volver a ver a sus amantes. La encuesta fue realizada a alrededor de 11 mil usuarios del sitio web, que es un sitio hecho para buscar parejas extraconyugales,

Y frente a este panorama dentro de lo que cabe confortable para quienes tenemos la parte económica resuelta, gracias a una pensión, un sueldo, una buena casa con todos los servicios; de repente nos llegan rumores sobre el levantamiento de la cuarentena, que si en 15 días, un mes, que mañana mismo, y ello nos ha creado una incertidumbre, miedo, fobia, a salir a la calle nuevamente, a nuestro trabajo, a regresar a la nueva normalidad. Nos hemos creado una zona de confort, de la cual ya no queremos salir.

Les confieso, en mi caso tendré que salir a la competencia ya que me voy a iniciar en la venta de seguros, cambiar el chip de Godínez a vendedora no es cosa fácil, me estoy preparando para ello, a buscar el local para un negocio que se quedó en el aire por culpa del coronavirus, tengo que terminar el proyecto de una tesis que es cosa de vida o muerte, es decir, hay que volver a la vida real. Les digo a mis amigas, mitad en broma, mitad en serio, ya le agarré gusto a la cuarentena, solo saldré de vez en cuando a tomar un café, a ir al Ali Babar o la Mechita Pro o al cine.

Otra posiblemente tenga que enviar curriculum, asistir a entrevistas, buscar en bolsas de trabajo ya que fue de las que resultaron afectadas por los recortes de personal, mientras dice quien cuida a los niños ya que en muchas escuelas el ciclo escolar ya concluyó.

En la medida que la desescalada se acerca, ya sentimos los pasos en la azotea, nos enfrentamos al “el síndrome de la cabaña” un fenómeno que pueden sentir aquellas personas que han pasado un largo periodo de tiempo aislados de la sociedad”. En el “síndrome de la cabaña”, entendemos nuestro hogar como un lugar seguro y nos bloquea el tener que salir a una nueva realidad desconocida y para la que no estamos preparados.

Una de las sensaciones más terribles es sentir como en los memes que el coronavirus, nos está esperando como un cowboy al acecho con su lazo para atraparnos, no sabemos quién está sano y quien enfermo y eso nos aterroriza.

Es normal sentir miedo, y reconocer esta emoción ya es un paso. La estamos regulando, no queremos hacer algo, pero somos capaces de enfrentarnos a ello, si hacemos frente al miedo que sentimos, lo hacemos más pequeño. Asimismo, recuerda que no debemos forzarnos, y, si necesitamos tiempo, nuestra salida a la calle, puede ser paulatina. El miedo nace porque nos protege, es nuestro aliado, no un enemigo

La vuelta a “nuestra vida” debe ser gradual, a partir de ahora vamos a vivir en “otro planeta”, en el que nos enfrentamos a nuevas normas, hábitos y comportamientos. “Nuestro acercamiento a esta nueva vida debe ser gradual, poco a poco ir adaptándonos a una realidad que va a ser muy distinta a la que dejamos”

“La preocupación es como una mecedora: te da algo que hacer pero nunca te lleva a ninguna parte“, escribió la humorista Erma Bombeck.

Y contar a la una, a las dos y a las tres para lanzarnos a la nueva normalidad…que de nuevo y de normalidad no tiene nada.

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