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Por la Cuarta: “Sola con mi soledad” por María Enriqueta Burelo

María Enriqueta Burelo Melgar originaria de Chiapas ha sido Coordinadora del Programa de la Mujer, Consejo Estatal de Población 1984, Fundadora del Departamento de Género, UNACH y fue Secretaria Municipal de la Mujer, Tuxtla Gutierrez ( 2015-2018). Se ha desempeñado como articulista y conductora de televisión. Colaboró en el libro Desde mi Piel, un retrato de 20 políticas chiapanecas en el 2015


Por la Cuarta | Enriqueta Burelo Melgar

Sola con mi soledad

Hay un dicho que dice la soledad es mala consejera y posiblemente se refiere a que inmersas en ese sentimiento, tomamos decisiones de las que luego nos arrepentimos, darle el sí a una pareja, porque pensamos que se nos está yendo el último tren, cambiarnos de casa, de trabajo de ciudad o de país, o nos pintamos de violeta nuestro cabello, con eso de que es el color del feminismo. En fin. La soledad puede ser mala consejera como dice el dicho popular, o es bálsamo para plantarle cara a este mundo cambiante y a veces esquizofrénico en el que vivimos.

A las mujeres solas siempre nos han visto con curiosidad en el mejor de los casos o con lastima, ya que de acuerdo a la concepción social del papel de la mujer, se consideraba que la mujer está hecha para ser protegida, la vida de la mujer giraba o gira en torno al matrimonio, el convento, la soltería con sus bemoles, la sexo servidora, roles descritos magistralmente en Los cautiverios de las mujeres de Marcela Lagarde (texto que se puede encontrar en internet), y  resulta interesante que  Rosario Castellanos en Kinsey Report, años antes que Lagarde y de una espléndida forma, más irónica, le da voz  a  6 mujeres en el poema,Castellanos, trata de abrir los ojos a una cultura cerrada a la condición de la mujer, exponiendo la incomunicación, frustración, soledad e insatisfacción en la cual vive. Mezcal, sal con chile, limón y gusanitos de maguey y José Alfredo, por supuesto saben a qué José Alfredo, me refiero.

Por otra parte, para quienes no pertenecen a la generación de las baby boomer, les comento para que se ilustren que el Reporte Kinsey, causó ámpula en su época, ya que en 1953, el Dr. Kinsey publica los resultados de sus estudios sobre la sexualidad femenina, abrió la caja de Pandora y demostró que a las mujeres también nos gustaba que nos hicieran piojito y otras cositas y arriba y arriba.

Actualmente ya hay otra actitud frente a la mujer que está sola, sin embargo, todavía hoy cuando una mujer está enojada o triste, se oye la frase: hombre quiere, como si nos hicieran el favor o comentarios “Una mujer se preocupa por el futuro hasta que consigue un marido” y “las mujeres solteras son más numerosas cada día”.

Si repasamos canciones relacionadas con la soledad, nos damos cuenta que la mayoría se refiere al rompimiento de un vínculo amoroso, Laura Pausssini, Myriam Hernández, y Gloria Trevi, nos ofrecen un repertorio donde está presente el reclamo “vive un minuto más para mí”, todo ello acompañado de mezcal, limón, sal con chile (para la herida) y los gusanitos de maguey, presentes en estos episodios de amor, desamor y soledad como antídotos contra el mal de amores.

Este sentimiento de soledad deriva de nuestra dependencia (estar pendiente) de la mirada del otro. Se espera de nosotras que generemos resultados exitosos en todas las áreas de nuestra vida. Esperamos aprobación, retribuciones en amor, en amistad, en dinero, aplausos.

Es importante disfrutar de ese placer que solo se logra en solitario, imprescindible para cualquier mujer inteligente porque le permite conocerse, autoevaluarse, reflexionar y saber qué tiene que mejorar. A través de esas reflexiones logra superar retos, ganar en motivación.

No es posible dar una fórmula mágica, cada persona presenta una estructura biopsicosocial, que la hace única, sin embargo, por mi condición de mujer y las experiencias vividas, considero que la soledad es una oportunidad de intimidad, de autoprotección e incluso disfrute, ninguna mujer debe sentir dolor, desesperanza, e incluso vergüenza por estar sola.

Quienes tengan una naturaleza más gregaria, pueden acudir a grupos de autopoyo, estar pendientes de talleres muchos de ellos son gratuitos, acudir a los eventos culturales, que son el pan de cada día en nuestra ciudad, formar parte de un voluntariado, pero no se pierdan la oportunidad de estar solas, es la única manera de oírse, es la única manera de tener un tiempo para decirse a sí misma, donde estoy parada, no lo debemos desperdiciar y si aun así se sienten solas, acompáñense de buena música, de un buen libro, de un mezcalito con moderación, y si aun así se sienten solas, pues inviten y las acompañamos, faltaba más.

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