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En qué consiste la violencia económica contra una mujer


Ciudad de México / Eva Echazarreta.- De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), las mujeres representamos un poco más de la mitad de toda la población que reside en México (52%). A pesar de ello, seguimos siendo minoría en muchos puestos de los campos sociales. Esto es debido a los tipos de violencia que existen.

La violencia contra las mujeres es una ofensa a la dignidad humana y es una de las formas más dramáticas de la desigualdad entre hombres y mujeres, informa el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), y está presente en muchos ámbitos de nuestra vida. Por ello, es importante saber identificar sus tipos.

Ante ello, hoy te vamos a platicar sobre la violencia económica, una de las formas más comunes de violencia.

En qué consiste la violencia económica contra una mujer

De acuerdo con la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la violencia económica es toda acción u omisión de la persona agresora que afecta la supervivencia económica de la víctima. Puede presentarse a través de un control total sobre sus recursos económicos, impidiéndole acceder a ellos y prohibiéndole trabajar. Además, esta clase de violencia también se manifiesta en la percepción de un salario menor por el mismo trabajo.

Es el cuarto tipo de violencia con más prevalencia en el país. El 27% de las mujeres la padecen, según el INEGI. Las condiciones de pobreza, discapacidad y pertenencia a otros grupos marginados hacen más difícil para las mujeres lograr la independencia económica.

Entonces, cualquier comportamiento contra la independencia económica de la mujer, se considera violencia económica. En México, para 2021, dos de cada 10 mujeres habían sido controladas o chantajeadas económicamente, despojadas, coaccionadas u objeto de incumplimiento de alguna responsabilidad económica, según datos del INMUJERES.

Tipos de violencia económica

De acuerdo con el Instituto Europeo para la Igualdad de Género (EIGE, por sus siglas en inglés), existen 3 tipos de violencia económica.

  1. Control económico. Se trata de limitar y controlar las finanzas de la víctima y las relaciones en torno a ellas. Por ejemplo, la restricción y control del acceso al dinero, necesidades, activos financieros e información. Es decir, impedir que la víctima pueda obtener independencia financiera.
  2. Explotación económica. Consiste en utilizar los recursos económicos de la víctima en beneficio del abusador. Por ejemplo, abrir, aceptar o contratar créditos y pensiones a nombre de la víctima sin su consentimiento y hacer un mal uso de ellos. Asimismo, robar, dañar o esconder el uso de los bienes o recursos de la víctima sin su permiso se considera violencia económica.
  3. Sabotaje económico. Impedir que la víctima persiga, obtenga o mantenga un empleo y/o educación para poder ser económicamente independiente. O bien, sabotear las oportunidades para ello a interferir con el trabajo o educación. Un claro ejemplo de lo anterior es negarse a adquirir su responsabilidad en el cuidado del hogar y la crianza.

Consecuencias de la violencia económica

Este tipo de violencia tiene como finalidad lograr o conseguir la dependencia financiera de otra persona. Por lo tanto, el EIGE advierte que la violencia económica a menudo se produce en un ámbito de relaciones íntimas.

La principal consecuencia del control sobre los recursos económicos de las mujeres es la dependencia, una de las principales razones que limitan las posibilidades de las mujeres de salir de relaciones abusivas. A su vez, la violencia afecta la autonomía de una mujer y su desarrollo físico y emocional.

  • La angustia por falta de recursos en las mujeres puede llevarlas al endeudamiento, desempleo, depresión, ansiedad, aislamiento y enfermedades, mismas que no podrán ser atendidas debido a que se limita la capacidad de víctimas a buscar y pagar servicios de salud.
  • Asimismo, puede llevarlas a realizar actividades delictivas o que comprometan su integridad por la necesidad de dinero inmediato.
  • La brecha salarial entre hombres y mujeres sigue siendo un reto, lo cual puede llevar a frustación y depresión.

 

 

Fuente: El Universal
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