Ciudad de México.- Gracias a una serie de reformas publicadas el pasado 18 de abril, ahora es obligatorio que la Secretaría de Educación Pública (SEP) incluya la perspectiva de género de manera transversal en sus Planes y Programas de Estudio. De igual forma, deberá abordar el derecho de mujeres, niñas y adolescentes a una vida libre de violencia en sus contenidos educativos.
Lo anterior quedó estipulado en la fracción XII del artículo 45 de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV). Esto, luego de que la senadora Nuvia Mayorga Delgado, del PRI, presentara la iniciativa cuyo objetivo principal es frenar la violencia feminicida desde el ámbito educativo.
La propuesta fue aprobada y publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el pasado 18 de abril. Gracias a ello, ahora, en la LGAMVLV quedó establecido que la perspectiva de género y el derecho de mujeres, niñas y adolescentes a una vida libre de violencia “serán ejes transversales para la prevención, integración y desarrollo social; y para el logro de la igualdad entre mujeres y hombres” en los Programas y Planes de Estudio de la SEP.
A partir de la publicación de estas reformas en el DOF, la SEP cuenta con 180 días hábiles para realizar el estudio, análisis y las modificaciones necesarias a sus Planes de Estudios.
Cabe recordar que, desde antes de estas reformas, la LGAMVLV ya contaba con una sección completa en la que se establecen las tareas de la SEP en la erradicación de la violencia contra las mujeres en México. Entre otras cosas, la Ley especifica que la Secretaría debe eliminar contenidos que hagan apología a la violencia contra las mujeres o que reproduzcan estereotipos discriminatorios sobre ellas.
La SEP también debe garantizar el derecho de las niñas y mujeres a la educación, capacitar a las y los docentes en derechos humanos de esta población y aplicar programas que permitan la detección temprana de casos de violencia contra las mujeres en las escuelas, entre otras cosas.
La importancia de la educación escolar en la prevención de violencia
Durante el ciclo escolar 2007-2008, la antropóloga social Elena Azaola Garrido realizó un estudio sobre los patrones, estereotipos y la violencia de género en 395 escuelas de la SEP de nivel básico. Entre sus resultados, Azaola Garrido logró identificar diversos estereotipos y actitudes violentas que impactan de manera diferenciada a las alumnas.
De los 26 mil 319 niños, niñas y adolescentes que participaron en el estudio, un 18 por ciento reportó haber visto cómo sus compañeros hombres han arrinconado a una compañera suya para tocarla sin su consentimiento. Además, tanto en secundaria como en primaria, las y los estudiantes consideran que los hombres son mejores que las mujeres en matemáticas y en deportes.
De igual forma, según el análisis “Patrones, estereotipos y violencia de género en las escuelas de educación básica en México”, las niñas suelen expresar temor de sentirse agredidas o marginadas por los niños. Por el contrario, los niños expresan satisfacción cuando ejercen su masculinidad “de modo dominante y agresivo”.
Estas violencias y estos patrones de discriminación hacen evidente que la escuela es también un espacio donde persiste la violencia contra las mujeres. Tal como explica Elena Azaola Garrido, esto limita la participación de las niñas en sus escuelas y termina teniendo impactos negativos en el desarrollo de sus capacidades o de su potencial intelectual.
Pero, además de esto, al no recibir una educación al respecto, niñas y niños crecen reproduciendo este tipo de actitudes e ideas. A la larga, esto puede traducirse en casos de violencia contra las mujeres y en el fomento de estructuras sociales desiguales y discriminatorias para ellas. De ahí la importancia de educar con una perspectiva de género integral. Esto funciona como una medida de prevención ante los niveles de violencia contra las mujeres que cada día continúa aumentando en México.
