En 2019, repuntaron defunciones antes, durante y después del parto. Por COVID 19, reducirá el personal de obstetricia en 35 por ciento
Ciudad de México / Sara Lovera (SemMéxico).– Miles de mujeres embarazadas podrían correr riesgo a falta de una estrategia de atención de parto, post parto y eventuales complicaciones, denunciaron el Comité Promotor por una Maternidad Segura en México, CPMS, así como diversas organizaciones sociales y de parteras. La Secretaría de Salud no tiene una respuesta, mientras lo prioritario es la emergencia del COVID19.
La situación se agrava si se considera que el deteriorado sistema de salud “desde hace muchos años” y los cambios en la nueva administración, generaron el aumento de la muerte materna en tres por ciento, luego de 15 años de baja continua.
Si no se actúa rápido se repetirá la historia de 2009, durante la pandemia de influenza H1N1 cuando murieron al menos 300 mujeres antes, durante o después del parto, dijo a SemMéxico, David Meléndez Navarro, Secretario Técnico del CPMS. Hoy se sabe que en México las clínicas y hospitales de ginecología y obstetricia se quedarán con menos del 35 por ciento del personal y no habrá camas para atender partos.
Meléndez Navarro urgió a las autoridades para tomar una decisión inmediata, afirmó que el Comité, formado por 60 organizaciones civiles, funcionarios gubernamentales y representantes de Organismos Internacionales ya entregó a las autoridades de Salud todos los antecedentes y un paquete de propuestas para evitar que las mujeres mueran o se arriesguen.
Hace una semana, cuatro de los hospitales que atendían mujeres embarazadas en la zona de Iztapalapa fueron destinados para recibir pacientes con COVID 19. Lo mismo sucede en otras ciudades y zonas del país.
Claudia tiene una semana recorriendo hospitales donde programen a su hija que en unos días podría iniciar su parto, tanto en el Estado de México, como en la capital del país. Y la respuesta es la misma: la emergencia del COVID 19, obliga a retardar agendas, planes de atención y hospitalarios.
El Centro de Investigación Materno Infantil del Grupo de Estudios al Nacimiento CIMIGEN informó que ahora mismo se están recibiendo a muchas embarazadas en ese centro, pero dijo que cientos de mujeres se han quedado sin lugar donde parir. Aclaró que muchas de ellas están en situación de vulnerabilidad.
CIMIGEN es una institución sin fines de lucro y las cuotas de recuperación en este momento son insuficientes para poder cubrir el costo de insumos.
Mientras el Comité Promotor por una Maternidad Segura ha hecho consultas con países y especialistas, donde ya viven la fase 3 de la Pandemia COVID 19, por lo que saben que se está dando prioridad al personal médico en riesgo, en tanto que los hospitales de salud sexual y reproductiva, las maternidades, han quedado sin personal.
Una alternativa viable es escuchar las propuestas de grupos y asociaciones de parteras que en el país han enviado ya propuestas al sector salud, alternativas para atender partos en las casas de las futuras madres, en espacios específicos que muy fácilmente pueden adaptarse e, incluso, en los hoteles que ahora están vacíos, dijo Meléndez, luego de señalar que se sabe hace tiempo, es mejor parir en las casas, que en los hospitales y ahora no correrían riesgos, ni aglomeraciones.
El entrevistado dijo que a partir de las lecciones que se están aprendiendo de Italia, Inglaterra o Estados Unidos, se sabe que se han adaptado escuelas, también vacías, y hoteles donde sería muy sencillo atenderlas, ahí hay lo fundamental, baño y agua.
La Comisión Nacional de Equidad de Género de la Secretaría de Salud lo sabe muy bien, es parte del Comité. Lo que también sabe que la estrategia es urgente y existe factibilidad.
El Comité lanzó un pronunciamiento para sensibilizar a las autoridades, un comité que tiene 25 años de experiencia. Desde que nació como Comité Promotor por una Maternidad sin Riesgos.
Este organismo interinstitucional logró que durante 15 años las estadísticas de mortalidad antes, durante y después del parto fueron disminuyendo y bajaron sistemáticamente por ese tiempo. Aunque hubo dos repuntes, el de 2009, en que murieron cerca o más de 300 mujeres, y el de 2019, año en que repuntó la muerte materna en tres por ciento, ante los cambios de la presente administración, la escasez de medicamentos y la desaparición del Seguro Popular.
Personal médico en peligro y el servicio desbordado
Para el Movimiento de Parteras de Chiapas Nich Ixim, con sede en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, dentro o de unos cuantos días, la rápida multiplicación de infecciones por el COVID19 generará un incremento exponencial de la demanda por servicios médicos hospitalarios.
No obstante, los esfuerzos que los gobiernos federales y estatales están haciendo para hacer frente a esta situación muy probablemente serán insuficientes para evitar que la demanda se desborde.
Las parteras agregan que, como está ocurriendo en otros lugares del mundo, el personal médico, paramédico, administrativo y de limpieza de los hospitales, además del incremento significativo de su trabajo, estará expuesto a contraer este virus.
Los hospitales serán los epicentros de atención en esta pandemia y, por tanto, tiene qué evitarse por, sobre todo, que se conviertan en centros de diseminación de la infección, principalmente en contextos interculturales como el de muchas regiones de Chiapas y otras entidades de población indígena, en el que los pacientes acuden a los hospitales acompañados de múltiples familiares o carecen de redes locales.
A pesar de que la literatura médica internacional sugiere que las infecciones por COVID-19 no constituyen un riesgo significativo para las embarazadas y recién nacidos lactando y que, de acuerdo con la evidencia científica disponible, no existe una transmisión vertical de la madre al recién nacido, ni un riesgo adicional en el alojamiento conjunto, el Comité Promotor por una Maternidad Segura y Voluntaria de Chiapas (CPMSVCH) y el Observatorio de Mortalidad Materna en México (OMM) recomiendan que es urgente instrumentar medidas que eviten el riesgo de las mujeres parturientas:
- 1. Que tanto las consultas prenatales como la atención del parto sin complicaciones, sean atendidas exclusivamente en el primer nivel de atención, para evitar los siguientes problemas: La atención hospitalaria del parto normal, conlleva un alto riesgo de contraer infecciones por el COVID-19 para las mujeres que acuden a la atención prenatal y a la atención del parto, así como a sus acompañantes. El transporte de las mujeres embarazadas hacia los hospitales incrementa también el riesgo de diseminación de la infección, y lo es en ambos sentidos, al desplazarse y al salir del nosocomio.
- 2.Existirán grandes presiones por la demanda de personal, camas, equipo e insumos en las unidades hospitalarias. Por lo que la atención del parto en el primer nivel aliviaría la demanda recursos y disminuiría la congestión hospitalaria. Existe evidencia internacional que la atención no hospitalaria del parto puede desarrollarse sin riesgos adicionales para las mujeres y neonatos, además de que son unidades médicas más numerosas y cercanas a las mujeres.
- 3.Inevitablemente los hospitales son la única opción para la atención de las urgencias obstétricas. Sin embargo, la atención del parto normal, que constituye por lo menos el cincuenta por ciento de la demanda de atención, puede ser desconcentrada a los servicios de atención primaria y a la atención por parte las parteras tradicionales y profesionales sin que se incrementen los riesgos maternos y neonatales.
- 4. La operación de las Casas Maternas, la rápida rehabilitación de las condiciones para atender partos normales en centros de salud estratégicamente situados y la atención domiciliaria por parteras son la mejor alternativa y de fácil instrumentación. Así como la reanimación de las redes, claramente establecidas, para la derivación.