Ciudad de México.- Hace doce años se despenalizó el aborto en el entonces llamado Distrito Federal. Las reformas a la ley de salud y al código penal de la ciudad, publicadas el 26 de abril de 2007, brindan a las mujeres la libertad de abortar durante las primeras doce semanas del embarazo sin necesidad de justificar las razones.
La batalla que se dio en ese momento implicó un álgido debate, resultado de más de treinta años de lucha de muchas mujeres y hombres, que sigue dándose en el resto del país.
Lo que sacudió a la ciudad hace doce años, abriendo puertas al ejercicio de la libertad y autonomía de las mujeres, no ha tenido eco en otras entidades federativas. Desde entonces, las modificaciones legales para avanzar este tema en el país han sido paupérrimas: Michoacán incluyó la causal socioeconómica, y Colima, Coahuila y Guerrero, la causal salud. Los gobernadores de Morelos, Guerrero y Sinaloa presentaron iniciativas de ley para despenalizar el aborto de manera similar a la capital pero, sin suerte ni apoyo político, dichas iniciativas no avanzaron en el legislativo.
La pregunta obligada en este momento es si algo cambiará en este sexenio o si el aborto seguirá siendo una moneda de cambio, situación en la que las únicas que pierden son las mujeres con menos recursos económicos.
Desde la despenalización, el gobierno de la ciudad implementó un programa de servicios de salud para las mujeres que deseen interrumpir su embarazo, en cuyo marco ha sido posible reunir información estadística sobre el perfil de las mujeres que solicitan un aborto, así como cuestionar algunos de los mitos más comunes acerca de la despenalización del aborto y sus consecuencias. Los datos de la Secretaría de Salud de la ciudad señalan que, de abril de 2007 a febrero de 2019, se han realizado 208 mil 231 abortos.
A 12 años de distancia y a través de un comunicado, la asociación Marie Stopes lamentó que esto solo sea posible en la Ciudad de México.
“Las mujeres que viven en otros estados no pueden acceder a una interrupción voluntaria del embarazo. Quienes tienen recursos y desean interrumpir su embarazo, viajan a Estados Unidos o a la Ciudad de México, quienes no, corren el riesgo de someterse a un aborto inseguro, o clandestino, o bien continuar con un embarazo que no planearon, o no desearon.
“Si bien en todos los estados existen causales para que las mujeres puedan interrumpir legalmente su embarazo, por ejemplo, la causal violación que aplica para todo el país, los códigos penales confunden a los servidores públicos al integrar reformas como ‘la protección de la vida desde la concepción’ o los proveedores de salud son objetores de conciencia, o hay violencia, o hay falta de información, y las mujeres siguen arriesgando sus vidas”, concluyeron.
Fuente: Reporte Indigo y Regina Tamés / Letras Libres