María Enriqueta Burelo Melgar originaria de Chiapas ha sido Coordinadora del Programa de la Mujer, Consejo Estatal de Población 1984, Fundadora del Departamento de Género, UNACH y fue Secretaria Municipal de la Mujer, Tuxtla Gutierrez ( 2015-2018). Se ha desempeñado como articulista y conductora de televisión. Colaboró en el libro Desde mi Piel, un retrato de 20 políticas chiapanecas en el 2015
Por la Cuarta | Enriqueta Burelo Melgar
Valium o tu dosis diaria de felicidad y orden
Nuestras abuelas usaban te de Valeriana, de Tila, de Toronjil o leche caliente con miel para conciliar el sueño y ahuyentar pesadillas y alegrar un poco el corazón, en la década de los cincuentas nada menos que Rosario Castellanos, recurrió al Valium 10 para ordenar un mundo que simplemente se quebraba desde su interior, hoy recurrimos nuevamente a la herbolaria para romper el hechizo de esas noches de insomnio en las que nuestros demonios están sueltos, nos ponemos gotas de lavanda en nuestras sienes, recurrimos a la meditación para encontrar la paz interior o finalmente caemos en las garras del Pristiq, de los aceites milagrosos de Doterra o Living Young.
La falta de sueño nos resta bienestar. Pero a veces los problemas ocupan nuestra mente justo cuando se apaga la luz, todos los fantasmas aparecen, la angustia se apodera de nuestro cerebro y sentimos apachurramiento de corazón, esa sensación de opresión sobre ese órgano donde se han depositado las emociones, y contamos ovejas, damos vueltas sobre la cama, prendemos nuevamente la luz y la televisión, o regresamos a la lectura, lo cual en ocasiones puede resultar contraproducente, ya que gracias a Netflix, si nos enganchamos, terminaremos viendo una serie completa o la palabra fin en el libro y estaremos más frescas que una lechuza en un campanario a las 6 de la mañana sin dormir , llevar a los hijos a la escuela o darnos un baño y desayuno rápido y al trabajo, si somos jubiladas seguiremos rumiando nuestro insonmio.
SI el insomnio es leve, podemos recurrir a un baño de diez minutos en agua tibia antes de acostarte lo que ejercerá una acción sedante sobre el sistema nervioso y si tenemos alguien a la mano que nos enjabone la columna y el corazón, el baño tomará otros caminos pero dormiremos mejor. Es un hecho que cuando tenemos relaciones sexuales, el cuerpo se llena de endorfinas que producen felicidad, las caricias, los abrazos, el mimo, para las personas sentirse amadas es importante.
Cuando el insomnio ocurre de noche en noche, no hay peligro, el problema es cuando sucede una noche si, y otra noche también, y ni la valeriana, ni el té de tila, ni las hojas de lechuga bajo la almohada funcionan, y no son ovejitas las que aparecen, sino todas las peores sensaciones, se apoderan de nuestro ser y nos aprisionan como una cárcel, el embotamiento del ánimo que se puebla de fantasmas y demonios interiores, caemos en un tobogán en el cual descendemos y descendemos, hemos caído en las garras no solo del insomnio sino de la depresión.
«La primera vez que caí coincidió con que me cambiaron el horario de trabajo. Tenía jornada reducida y me obligaron a trabajar a jornada completa. Eso descuadró mi vida. El mundo se me cayó encima. Me empecé a sentir muy agobiada pensando que no podría cumplir bien con mi trabajo y cuidar a mis hijos, cuando en realidad ese no era el problema». Rosa sufre depresión. Tuvo un primer brote, tardaron en diagnosticarla prácticamente dos años, probó terapias alternativas que no le dieron frutos, lo superó con ayuda de medicación y luego volvió a caer. Está mejor, aunque aún no se ha recuperado de ese segundo golpe.
Las mujeres tienden a «experimentar más síntomas depresivos cognitivos y somáticos en comparación con los varones». Entre otras cosas, añadió, por la influencia de las hormonas gonadales sobre los neurotransmisores cerebrales que provocan trastornos depresivos específicamente ligados al ciclo reproductivo. No solo eso. También son más sensibles, pero además la sobrecarga a la que se ven sometidas al tener que cumplir expectativas en el trabajo, en casa… contribuyen a esa diferencia en la incidencia.
posibilidades Rosario Castellanos, con una inteligencia tan lucida, no escapó de las garras de la depresión, o tal vez esa lucidez y esa sensibilidad, la hicieron más proclive a ser víctima de esta epidemia que nos ataca a las mujeres con saña. En el poema “Valium 10”, escrito en primera persona y dirigido a las mujeres en general, comunica el mensaje de que la vida cotidiana de la mujer que gira en torno a la familia, no es una vida feliz. “El día se convierte en una sucesión / de hechos incoherentes, de funciones / que vas desempeñando por inercia y por hábito” La vida es así porque ella tiene que existir para todos los demás.
En el siglo XXI la mujer recibe una gran presión para ser buena profesional y, al mismo tiempo, compaginar el trabajo con la atención y el cuidado a su familia, los hombres suelen tener carreras lineales y la mujer, en alguna etapa de la vida, tiene que parar, cuidarse y cuidar de la familia para no romperse. “Y dictas el oficio / a quienes corresponde. Y das la clase / […] / Y vigilas (oh, sólo por encima) / la marcha de la casa”. Ella no sólo trabaja sino que también cuida la casa y los hijos que corren por todas partes por sus intereses distintos. Después de trabajar y asegurarse de que la familia está bien, la mujer tiene que repasar, cotidianamente, el menú y los gastos de la semana.
Cuando releí Valium 10, pensé Rosario se puso en los zapatos de “las mujeres”, tuvo una empatía increíble para entender a su sexo, tal vez porque sufrió en carne propia, males y heridas que tienen sexo, y de las cuales pocas mujeres se escapan, muchas veces llegue a mi cama arrastrando los pies, me dormí con ropa y sin desmaquillarme, y menos ponerme la crema nutritiva, a esas noches le echo la culpa de mis arrugas, tal vez porque a esas alturas de mi vida vivía sola, de lo contrario, me habría desmaquillado, crema nutritiva, baby doll o dos gotas de Chanel 5 como Marilyn Monroe y a cumplir con el débito conyugal, con la triple jornada. Por otra parte, considero que un buen número de mujeres nos salvamos de la depresión por estar ocupadas, y así lo decía, ni tiempo tengo para deprimirme.
“Y ya en la oscuridad, en el umbral del sueño, / echas de menos lo que se ha perdido” Es decir, que ella es consciente de que existen otras formas de vida para las mujeres. Es al final del poema cuando es evidente cómo se relaciona con el título porque dice:
Y deletreas el nombre del Caos. Y no puedes
dormir si no destapas
el frasco de pastillas y si no tragas una
en la que se condensa,
químicamente pura, la ordenación del mundo-
Llámese Prozac, Valium 10, Diazepan, Cero Stress, Pristiq y lo que resulte….