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De discos, copas y bragas menstruales por Mariana Herrera López


Mariana Herrera López | Testigo Púrpura

Cuando comencé a menstruar, aproximadamente hace 11 años, recuerdo claramente que la única opción que se me presentó para mi higiene fueron las toallas sanitarias. Personalmente, las odiaba (y creo que las razones de ello le resultan familiares a cualquier mujer que pase por este proceso) sin embargo, para mí era todo lo que existía.

Durante los próximos 8 años mis opciones estaban reducidas a un sólo producto, pues a pesar de que ya tenía conocimiento de otros métodos, como los tampones, en casa la idea de introducir algo a tu cuerpo a través de tu vagina, era sinónimo de “perder la virginidad”.

Sin embargo, gracias a las maravillas del internet, las opciones para mi higiene, así como para vivir y experimentar mi menstruación, se abrieron notablemente, y en un país, donde viven aproximadamente otras 64 millones 540 mil 634 mujeres (51.2% de la población), las opciones son necesarias y urgentes.

Disco menstrual

Este producto de higiene menstrual es uno de los más recientes que se ha abierto paso en el mercado.  El disco menstrual, una variante de la copa, puede ser una opción sanitaria y ecológica para mujeres que tienen un suelo pélvico debilitado, aunque su uso no se limita únicamente a esta característica.

El disco tiene una forma hexagonal con bordes dobles, que te permite usarlo durante 12 horas seguidas. Puedes tener relaciones sexuales con penetración durante tu menstruación, así como su uso en cuerpos con prolapso vaginal en grados leves, y con el cuello uterino muy corto.

A diferencia de las copas menstruales, que se colocan en la primera zona de la vagina, cerca de la entrada vaginal, los discos menstruales se colocan debajo del cervix.

 

Copa menstrual

Los primeros registros que se tienen de la copa menstrual datan desde 1867, pero su uso y comercialización tuvo una explosión en Latinoamérica apenas unos 10 años atrás.

La copa menstrual es un dispositivo que se coloca en el canal vaginal, debajo del cuello uterino, para almacenar la menstruación alrededor de 8 horas. Los materiales de la fabricación varían desde el látex, silicona hipoalergénica y elastómero termoplástico (TPE). La vida de la copa puede alcanzar los 10 años de uso.

Las copas menstruales varían en tamaño y longitud, para escoger la adecuada debes tomar en cuenta características de tu cuerpo, como tu edad, partos vaginales, la fuerza del suelo pélvico y la abundancia de flujo durante la menstruación.

El registro sanitario es una autorización para dispositivos médicos o relacionados con la salud, con el que deben de contar para el proceso, uso, mantenimiento, importación, exportación, y disposición de estos. Esta autorización, en el caso de México, es proporcionada por la COFEPRIS.

En México, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), publicó un comunicado en 2017 para advertir sobre el uso de copas menstruales que carecían del registro sanitario.

Para asegurar la calidad de una copa, es necesario que revises dichas certificaciones o registros; como ISO13485:2003, una Norma de Calidad regulada por la Organización Internacional de Normalización en Ginebra, Suiza y se reconoce y se practica en más de 160 países https://www.organicup.com/wp-content/uploads/2020/05/C-fold.gifde todo el mundo, y que asegura que la Copa está probada y producida de acuerdo con los estándares internacionales.

 

 

Bragas menstruales

La diferencia de este producto al de la ropa interior normal, se encuentra en el tejido con el que están elaboradas; pues permiten la absorción del flujo menstrual sin riesgo a que este se transfiera a la ropa.

De acuerdo con Vogue, están realizadas en tres capas; una primera de hidrofilamida, poliamida y elastán que funciona como drenante para evitar una sensación de humedad; una segunda de poliéster que resulta absorbente; y una tercera de poliéster y poliuretano que es impermeable y transpirable, pero resistente a las pérdidas.

Cyclo recomienda que el uso esté entre 8-12 horas, dependiendo del flujo menstrual, así como apunta que pueden llegar a durar alrededor de 60 lavadas o 2 años, pues el material que se usa para la absorción se va desgastando con el uso, sin embargo, pueden continuar usándose como ropa interior normal.

Lo realmente importante cuando nos encontramos seleccionando un método de higiene menstrual, es sentirnos cómodas con nuestro cuerpo y poder tener la seguridad de realizar nuestras actividades diarias sin ninguna interrupción. Ningún producto es mejor que el otro, sino que hay que encontrar el adecuado para nuestras necesidades, las condiciones de nuestro cuerpo y lo que consideremos mejor para el mismo.

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