Consideran que persiste la indiferencia y negligencia institucional.
Señalan que autoridades de la universidad no han asumido su responsabilidad a cabalidad ante los casos de violencia y abusos sexuales.
Ciudad de México / Mercedes Martínez.- Representantes estudiantiles de las cinco unidades de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) ofrecieron una conferencia de prensa para dar a conocer la situación actual del paro indefinido que se mantiene desde hace casi dos semanas, y que incluye la suspensión de las clases virtuales.
El paro se mantendrá de manera indefinida hasta que las alumnas cuenten con la claridad de un compromiso sólido por parte de las autoridades, además, señalaron que los pliegos petitorios se han acatado de forma parcial por lo que aún quedan puntos pendientes que deben ser atendidos y solventados por las autoridades académicas. Tal es el caso de una disculpa pública y la destitución de la secretaria académica de Cuajimalpa, Esther Morales.
Por el momento, consideran que persiste la indiferencia y negligencia institucional.
Las afectadas destacaron que las autoridades no han asumido su responsabilidad a cabalidad ante los casos de violencia y abusos sexuales contra las mujeres. Una denuncia de una estudiante que recibió un falló desfavorable luego de denunciar a un compañero de clases como su agresor sexual fue lo que motivó el despliegue de las protestas y la toma del mismo plantel desde el 10 de marzo. En los días posteriores, en señal de sororidad y para visibilizar sus propios casos, el resto de las unidades también se adhirieron al paro indefinido.
Las voceras permanecieron encapuchadas y sin dar a conocer sus nombres debido al hostigamiento que han recibido durante los días del paro y a causa de la criminalización de la protesta que persiste en el país, dijo una de ellas.
“El paro es solo el inicio de un proceso mucho más complejo. Sabemos que no es necesariamente la solución, pero servirá para detonar ese camino que nos permita dialogar y construir lo que necesitamos en la universidad”, expresó una de las encapuchadas ante medios de comunicación.
Para poder iniciar este proceso, las autoridades deberán fincar un compromiso que sea sólido y con claridad para la comunidad estudiantil, advirtieron. “No sabemos cuánto (tiempo) nos vaya a tomar, pero tenemos la convicción de continuar”, alentó una de las exponentes.
En la conferencia ante los medios de comunicación participaron dos voceras de cada una de las unidades de la UAM. Las representantes coincidieron en que existe negligencia en el actuar de las autoridades educativas, como la Comisión de Faltas, y en las supuestas soluciones que brindan a las víctimas cuando deciden denunciar las agresiones sexuales de las que son víctimas por parte de sus compañeros o desde el profesorado. Si bien, esta movilización se dio luego de la mediatización de un hecho ocurrido en el plantel de Cuajimalpa, las voceras dieron a conocer otros sucesos de violencia que han tenido lugar en el resto de los planteles.
También exigieron a las autoridades que cada uno de los casos sean atendidos con perspectiva de género, que se atiendan los procesos y los casos de forma adecuada, y se aseguren una educación libre de violencia para las mujeres.
Las jóvenes también denunciaron que en cada una de las instalaciones educativas han sido blanco de vigilancia, intimidación y hostigamiento con el fin de que desistan de las acciones que han emprendido. Por ejemplo, en algunos casos, se detectaron el acercamiento de autos sin placas, algunos otros que se identifican como seguridad de la institución, de la alcaldía o incluso de la Guardia Nacional. Sujetos les toman fotografías y rondan en los alrededores de los planteles.
En la unidad de Lerma, las manifestantes han registrado la presencia de hombres armados alrededor del plantel, mismo que no cuenta con barda perimetral. Aquí mismo, el 15 de marzo se encontró una botella de agua, que en realidad contenía líquido corrosivo y que provocó heridas en una estudiante que alcanzó a beberla.
El caso del plantel Iztapalapa, durante la primera semana del paro “se estacionaron patrullas, unidades de la UAM y de la Guardia Nacional que tomaban fotos”, además, se cortó el servicio de agua potable y se prohibió a las pipas proveer del servicio a las instalaciones, según denunciaron.
Entre los diversos casos que se mencionaron, en la UAM Azcapotzalco se han registrado tres casos de estudiantes que han sido drogadas durante su recorrido a bordo del Metrobús. En Iztapalapa se mantiene en la plantilla docente a hombres que han sido señalados y denunciados por violación y abuso sexual. Hay casos donde el agresor se mantiene enlistado en el mismo grupo de clases, luego de la denuncia impuesta por la parte agredida.
En Lerma, el plantel más joven y el único ubicado en el Valle de Toluca, Estado de México, la violencia de género es constante, dijeron dos jóvenes que estudian ahí. Mientras la entidad se coloca como una de las más peligrosas a nivel nacional, las alumnas que se trasladan a dicho plantel también se enfrentan a caminos en los que es posible enfrentar intentos de secuestro, asaltos a mano armada y presencia del crimen organizado. El 2 de diciembre ocurrió un feminicidio a unos metros de la unidad educativa, señaló una de las voceras de este plantel.
Durante los tres primeros días de paro en Xochimilco, “vivimos circunstancias que vulneraron a participantes. Las autoridades impusieron elementos de seguridad, les pedimos que fueran mujeres, sin embargo, en el marco de esos días vulneraron directamente nuestra seguridad, ya que nos pedían nombres, identidades e identificar a las líderes, por lo que se optó por dejar fuera a las autoridades”, relataron durante la conferencia.
Aunque en algún momento las autoridades presionaron a las inconformes para instalar las mesas de diálogo, las estudiantes aclararon que “el tiempo no será una medida de presión hacia una situación tan grande como la violencia de género institucional”.
Lamentaron que los protocolos y las unidades de atención a las víctimas sean “simulación”, “letra muerta” y halla “protocolos que no resuelven, no atienden ni dimensionan el impacto de la violencia de género en contra de las compañeras, de mujeres que quieren regresar a sus espacios educativos sin sentir miedo, pero eso no está pasando”.
Hasta el momento, no es posibles dimensionar el problema de la violencia en contra de las mujeres en las instalaciones educativas, ya que no hay cifras establecidas ante la falta de visibilización y de denuncias en lugares donde las autoridades educativas no generan la confianza en las jóvenes “para acercarse a las unidades y hacer saber las violencias que las están atravesando”.
“Por eso el paro es indefinido, porque la violencia también lo es. Si no sabemos cuándo vamos a parar la violencia, quizás no sabremos cuando vamos a regresar” a las actividades, a un entorno educativo seguro para las mujeres, advirtieron. “El sistema es perverso, no funciona”, por ello, “pedimos que la universidad haga algo y que accionen”.