Guayaquil / Cristina Bazán.- “Nosotras tenemos que cambiar la realidad”, así resume la investigadora argentina Flavia Freidenberg al objetivo principal de la Red de Politólogas, un proyecto compuesto por más de 800 especialistas que viven o trabajan en temas sobre América Latina, y que se encarga de visibilizar el trabajo que ellas hacen y las desigualdades que viven las expertas en una disciplina históricamente de hombres.
“La Red tiene una tarea de visibilización, claro, pero también tiene una tarea de incidencia. Nosotras tenemos que cambiar la realidad, no estamos aquí solamente para denunciar, tenemos que usar nuestra inteligencia para eliminar las desigualdades”, subraya la también académica en una entrevista con Efeminista desde Madrid, donde realiza una instancia como investigadora visitante en el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales de España.
Freidenberg, fundadora y coordinadora de la Red de Politólogas, investigadora titular del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México y directora académica del Observatorio de Reformas Políticas en América Latina, es una de las 8 mujeres que, con motivo del 8M, Día Internacional de la Mujer, Efeminista ha querido visibilizar por abanderar causas o luchas, de manera anónima, a favor de los derechos de las mujeres y niñas en diferentes partes del mundo.
La Red de Politólogas
La investigadora confiesa que, antes de crear este espacio, ella no se consideraba una académica feminista. “Durante mi vida no percibí que había desigualdades de género en la academia. Creía que si una trabajaba mucho y le ponía ganas iba a conseguir los objetivos que se fijara. Pero en 2013 comencé a interesarme en estudiar la representación política de las mujeres y me traslado de España a México. Ahí percibo cosas que yo no percibía, no porque no existieran en la universidad española sino porque tenía un gran velo sobre mis ojos”.
Dos años después, un amigo le hace notar la ausencia de expertas en un panel. “Y en ese instante veo la luz”, recuerda. Entonces escribe en su cuenta de Twitter: “Hoy vamos a comenzar una acción cívica, si ves un “Manel”, es decir, un panel solo de hombres, si escuchas un programa de radio, si estás ante la televisión y ves un programa donde solo se citan hombres, si vas a una conferencia y solo ves hombres, tómale una foto, súbelo a la red y usa el hashtag #NoSinMujeres“.
Muchas personas, más de las que ella pensaba, reaccionaron a ese pedido y desde ese momento no hubo vuelta atrás. Un año después, y tras evidenciar por Twitter que en la cobertura radial de las elecciones peruanas no constaba ninguna experta, decidió, junto a sus colegas politólogas Paula García, Yanina Welp, Julieta Suárez-Cao, Mariana Caminotti y Betilde Muñoz-Pogossian, crear oficialmente la Red.
“Pongo el primer tuit desde la cuenta de la Red y la reacción fue 500 seguidores en media hora y 90 emails en esa tarde del 16 de junio del 2016 en las que mujeres decían: ‘Yo quiero ser Red de Politólogas’. Fue muy interesante porque ha sido un proceso muy inspirador”, menciona.
Desgenerizar las Ciencias Políticas y la academia
La Red de Politólogas, aclara Flavia Freidenberg, no es una red de Estudios de Género, es una red de mujeres en su diversidad.
“Una red de colegas que ante todo son científicas, una red para generar vínculos, acompañar, apoyar, plantear discusiones que nos han afectado históricamente de manera desigual a las mujeres. Hay mujeres que trabajan en temas de teoría política, de seguridad y defensa, liderazgo, en temas de elecciones, partidos, representación política o políticas de salud. No hay tema en particular”, explica.
Su tarea como politóloga, por ejemplo, es visibilizar las desigualdades de género en la política. “He construido con mi equipo de investigación las bases de datos que evidencian los obstáculos que enfrentan las mujeres en América Latina para acceder al poder y esos estudios los he hecho para toda América Latina”.
Cuando una experta se adhiere a la Red se compromete a cumplir el manifiesto principal que consiste en, entre otras cosas, revisar los planes de estudio para estar seguras de que están enseñando de manera igualitaria, citar a expertas en sus investigaciones y trabajos académicos y hacer mentorías.
Pero además de contribuir desde la academia, las expertas, dice Freidenberg, tienen que trabajar en la transferencia de esos conocimientos pues “hay que ser políticas y hacer política”. “Porque en el fondo de lo que se trata es de cambiar la sociedad”.
Por eso, la Red realiza talleres para que las politólogas desarrollen habilidades comunicativas, en público y en las redes sociales, y puedan ser voceras, fuentes de información para la prensa y participar en paneles y en discusiones sobre políticas públicas esenciales para los países. También para eliminar el síndrome de la impostora.
Ella se encarga de coordinar y derivar los pedidos de periodistas que llegan a la Red y el proyecto tiene una alianza con medios de comunicación para que las expertas publiquen artículos de opinión. Todo esto con el objetivo de empoderarlas y que empiecen a ocupar puestos en una sociedad en la que, pese a recientes avances, el poder sigue siendo masculino.
Reivindicaciones en el 8M
P: ¿Cómo ha visto la evolución de los derechos de las mujeres en el último año?
R: Creo que este último año nos enseña que todavía hay un desafío sustantivo en términos de igualdad y de una vida libre de violencias. La pandemia evidenció que aún quedaban desafíos en las casas. No es que no lo supiéramos, pero la pandemia supuso que muchas mujeres debieran tomar decisiones que afectaban a sus carreras profesionales por los cuidados. Y creo que en Europa y en América todavía seguimos con una deuda muy importante en la distribución igualitaria de los cuidados y eso evidencia que los hombres no entienden de la importancia de la igualdad y de la construcción conjunta de esa igualdad.
Creo que este año nos da más tarea en materia de la política de cuidado y de las políticas de igualdad.
P: ¿Qué reivindicación haría en este 8M?
R: Hay que desgenerizar la disciplina. Hay que continuar trabajando para que las condiciones de igualdad de nuestras y nuestros colegas sean más equitativas. Todavía se sigue evaluando peor a las profesoras que a los profesores, hay muchos estudios que lo evidencian, se sigue citando menos a las politólogas que a los politólogos, se sigue invisibilizando la voz de las colegas, no poniéndolas en las mesas redondas o, no ubicándolas para dar conferencias magistrales.
A las mujeres les cuesta más publicar, les cuesta más que sean citado sus trabajos y les cuesta más tener voz pública. Creo que mi disciplina tiene que seguir trabajando en mejorar sus diagnósticos para hacer una universidad y una carrera porque no es solo la universidad, también es el ámbito profesional más igualitario.
Y en general, yo aspiro a una vida libre de violencias para todas.
