Tuxtla Gutiérrez, Chiapas / Stephanía González.- Ayer por la tarde la diseñadora gráfica y artesana Carolina Arévalo Marroquín, mejor conocida como Carito Moroqui, nombre de su marca, expuso “Flora y fauna de nuestra tierra” en el Teatro Francisco I. Madero en Tuxtla Gutiérrez.
En la exposición de joyería Flora y fauna de nuestra tierra, con un estilo muy retacado, de colores neutros, opacos y neones, características de sus piezas, Carito nos habla de algunos animales emblemáticos que se encuentran en peligro de extinción en el estado de Chiapas (de acuerdo a datos de SERMANAT) así mismo como las orquídeas, flores que se encuentran amenazadas debido al saqueo para su venta en las zonas urbanas y el mal manejo de bosques y selvas.
Los animales que podemos encontrar en la joyería son de aire y agua, como el águila del penacho, cocodrilo, el mono saraguato y mono araña, aunque estos últimos son arbóreos.
La exposición estuvo dividida en varias secciones como “Paquita de mi corazón”, con diseños inspirados en una Tapir, la cual será trasladada a otro estado para su reproducción. Como dato la diseñadora expresó que el Zoológico Miguel Álvarez del Toro (Zoomat) es pionero en cuanto a reproducción de animales tanto de los quetzales como tapir. “Corazón de sirena”, diseño pensado en un manatí, uno de los animales que están en peligro debido a la cacería o lastimados por barcos. Otro de los animales que fueron nombrados es el oso hormiguero con el diseño “Tamandua de mi corazón”. El “Set de niebla” para los quetzales, el pavón y las guacamayas, estás últimas son muy difíciles de encontrar en su entorno natural. Otro de los animales pintados y que no tienen un espacio natural para vivir, debido a la práctica de la ganadería y que cuando llegan a las rancherías en busca de alimentos son asesinados, son los Ocelotes. Un ejemplo similar padecen los jaguares que se encuentra en peligro, pues su ambiente ha sido mermado considerablemente.
Por ultimo pero no menos importante son las tortuga golfinas, especie en peligro de extinción pues “de 10 tortuguitas que llegan al mar, sólo una sobrevive”, explicó.
Carito comentó que hay animales resguardados en reservas o áreas protegidas y la flora preservada por la Unidad de Manejo de Vida Silvestre (UMA), aunque no es suficientes pues somos los seres humanos que estamos acabando con su hábitat y aún hay mucha desinformación sobre este tema.
“Muchas veces los zoológicos, sino cuidamos (a la flora y la fauna), va hacer que esos sean los únicos recintos donde podamos ver a los animales, si seguimos con la destrucción de sus hábitat”.
Detalla que durante este trabajo lo más gratificante para ella fue la exploración que ha hecho con “animalitos bebés”, como les llama y tener la oportunidad de plasmarlos con otras disciplinas como la creación de murales.
Esta exposición fue lograda con la convocatoria de “El Arte ayuda” en la categoría de artes populares creada por el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Chiapas (Coneculta), sin embargo debido a la pandemia logró ser presentada hasta este año.
Desde el 2009, Carolina Arévalo Marroquín comenzó su acercamiento con la cerámica, aprendió de los y las artesanas del municipio de Amatenango del Valle a trabajar con el barro. Ha tomado talleres de alfarería, cerámica japonesa y escultórica, así como de esmaltes vítreos, tintes naturales y una de sus maestras ha sido la artesana Juana López Gómez.
Por medio de su trabajo Carito pretende llevar la sensibilización y compresión al público del proceso de elaboración de piezas con técnicas tradiciones con cerámica de baja temperatura como la que manejan los y las artesanas de los valles zoques, altos y de mezacalapa, además de compartir saberes para mejorar la elaboración de piezas.
Ha realizado diversos talleres de barro para niñas, niños y personas adultas. Sus piezas también han sido seleccionadas en la plataforma NOVICA auspiciada por la ONU y National Geographic. Carito Moroqui fue certificada por la marca Chiapas, pues también tiene una creación de libretas con encuadernación artesanal entre otros objetos.
Para Carito fue muy importante realizar esta exposición pues desde los cinco años tomó cursos de verano en el Zoomat, por lo que tiene muy presente la flora y fauna que hay en el estado y la necesidad de protegerla. Ella espera que la exposición “ayude a que más personas entiendan que se están acabando los espacios y que estos animalitos debemos de cuidarlos […] sino después ya sólo los veremos pintados y no sería lo ideal”.
Si quieres conocer más sobre el trabajo de Carito Moroqui puedes acudir a las instalaciones del Teatro Francisco I. Madero y ver la exposición durante los próximos quince días o puedes encontrarla en sus redes sociales de Facebook e Instagram como Carito Moroqui.