Enriqueta Rincón Burelo
Coordinadora de proyectos del Observatorio Ciudadano Chiapa
No dejar de correr, pedir apoyo, gritar y seguir corriendo, ¿qué harías hasta sentirte segura en caso de ser acosada en la calle?
La intervención de los espectadores es muy importante en los casos de acoso callejero, por ello, la ciudadanía necesita estar sensibilizada en materia de violencia por razón de género. ¿Conocemos las maneras más eficaces para reaccionar y brindar respuesta ante el acoso sexual en espacios públicos?
A pesar de la alarmante información que actualmente se recopila y difunde sobre los estragos de la violencia de género en nuestro país, muchos de los estereotipos y prácticas discriminatorias van en aumento en México. Entre 2010 y 2017, se incrementó el porcentaje de población que opina que las mujeres son violadas sexualmente porque provocan a los hombres, según el Sistema Nacional de Información Sobre Discriminación (SINDIS).
Es imprescindible desnaturalizar y revertir las prácticas culturales instaladas históricamente, que ocasionan inseguridad a las mujeres, particularmente en el espacio público de nuestras ciudades. Los casos de acoso callejero van desde comentarios sexuales, fotografías y grabaciones no consentidas, hasta persecución y exhibicionismo. En 2018, se registraron 41,398 carpetas de investigación por delitos contra la libertad y la seguridad sexual en México (SESNSP).
Es de reconocer el valor que han tenido muchos comercios y personas al externar públicamente que ofrecen dar seguridad a las mujeres que se encuentran en una situación de riesgo emergente. Sin embargo, cuán preparados estamos para responder ante este tipo de emergencias. Qué tan sensibilizados estamos como sociedad civil en materia de violencia por razón de género y cómo podemos favorecer el empoderamiento de las víctimas, en lugar de revictimizar o entorpecer el proceso. La violencia de género, por su carácter estructural y por sus dimensiones, es un problema público que necesita de una especial prevención, investigación, sanción y reparación para la
construcción de espacios donde se respete la dignidad y el derecho a transitar libremente de toda
persona.
Desde el Observatorio Ciudadano Chiapas, comenzamos a establecer alianzas con las instancias locales de justicia para prevenir, atender y eliminar de raíz el acoso sexual y distintas expresiones de violencia de género en el espacio público. A través de procesos participativos donde la ciudadanía y los establecimientos comerciales colaboren en la toma de decisiones y en los mecanismos de rendición de cuentas, se está trabajando en el diseño y difusión de un protocolo de acción para atender a mujeres víctimas de acoso callejero. El objetivo es mejorar la respuesta de la sociedad civil a este tipo de violencia, modificar las conductas y prácticas discriminatorias que dificultan el acceso de las mujeres a la justicia y hacer más útiles los datos de registros públicos.
Algunas de las estrategias de implementación del protocolo dirigido a los negocios en la ciudad son dar la orientación práctica en cuanto los pasos a seguir para dar respuesta a determinadas situaciones e identificar las instancias locales responsables de brindar ayuda en emergencias y denuncias. Además, se busca propiciar la coordinación con las autoridades para realizar una canalización oportuna de las víctimas y contar con mecanismos de seguimiento y evaluación validado por los actores locales, que incluya tiempos de respuesta más eficaces.
Al recabar datos públicos y abiertos sobre el acoso y otras formas de violencia sexual en espacios públicos, desagregados por sexo, hora, día y ubicación, se facilita el entendimiento desde un estudio de victimología de cómo sucede el delito y así encontrar el valor de los datos para generar nuevas estrategias y evaluar programas.
El proyecto del Observatorio Ciudadano Chiapas plantea identificar y promover factores que puedan contribuir a crear un entorno exento de acoso. Estas acciones, actuando de forma aislada, no van a resolver el problema estructural de violencia de género, por lo que existe la urgencia de que todos y todas activemos mecanismos de respuesta ante un problema tan complejo. Toda persona tiene derecho a ser tratada con dignidad y respeto a su intimidad y a su integridad física y moral, cualquier tipo de acoso es inaceptable y no debe ser tolerado en ninguna circunstancia. Comencemos a generar seguridad y confianza desde nuestros espacios para que todos y todas perciban un ambiente de respeto, solidaridad y que sepan que hay alguien en quien puede se contar.