El protocolo es indispensable para hacer visible y prevenir la violencia política de género
México / Sandra Hernández García / La Jornada.- A partir de este año, cualquier organización ciudadana interesada en constituirse como partido político deberá presentar un protocolo de atención, sanción y erradicación de la violencia política en razón de género.
Dicho protocolo formará parte de la lista de requisitos y documentos básicos que deberán presentar las organizaciones.
El acuerdo refiere que los funcionarios del Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM) deberán acreditar el protocolo mediante el levantamiento de un acta, en el que las personas afiliadas a la organización se comprometen con él.
Al respecto, la consejera electoral Erika Estrada indicó que el protocolo es indispensable para hacer frente a la violencia política de género, con el objetivo de hacerla visible y prevenirla.
En el reciente año, el IECM recibió más de 60 quejas relacionadas con violencia política en razón de género, a partir de las cuales se iniciaron una treintena de procedimientos especiales sancionadores.
En tanto, el Congreso capitalino pidió a los partidos políticos con registro nacional y local que realicen un revisión exhaustiva de todos sus candidatos a puestos de elección popular para saber si enfrentan cargos por violencia contra las mujeres, adolescencias e infancias u omisiones ante sus responsabilidades familiares.
La diputada de Morena Ana Francis López Bayghen indicó que contar con personas servidoras públicas violentas y/o irresponsables ante sus compromisos familiares las hace infractoras de la ley, por lo que, dijo, “resulta incongruente y no ético poner a estas personas en puestos de representación o a ejercer cargos públicos; es colocar en situación de vulnerabilidad a las personas que a ellas se acerquen”.
Recordó además que los lineamientos emitidos por el Instituto Nacional Electoral en 2020 abordan el capítulo con las medidas 3 de 3 contra la violencia, se persigue inhibir conductas que contribuyan a la cultura patriarcal que fomentan la desigualdad estructural entre hombres y mujeres, como son la violencia familiar y/o doméstica, la violencia sexual, el incumplimiento de las obligaciones alimentarias, porque estas conductas afectan en forma desproporcionada a las mujeres.
En el punto de acuerdo a los partidos, también se les solicita brinden sensibilización y capacitación a sus militantes en materia de prevención, atención y sanción a la violencia de género y masculinidades no hegemónicas, corresponsables y no violentas.
