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Por la cuarta: En campaña por Enriqueta Burelo Melgar


Enriqueta Burelo Melgar Programa de la Mujer, Consejo Estatal de Población 1984, Fundadora del Departamento de Género, UNACH y fue Secretaria Municipal de la Mujer, Tuxtla Gutiérrez (2015-2018). Se ha desempeñado como articulista y conductora de televisión. Colaboró en el libro Desde mi Piel, un retrato de 20 políticas chiapanecas en el 2015.

Por la Cuarta | Enriqueta Burelo Melgar

Si hace años me hubieran preguntado cual es la mejor edad para participar en política, seguramente yo hubiera contestado que entre 30 y 50 años, un rango de edad que si bien no estás exenta de padecimientos, que más bien son de tipo amoroso o económico, estás más saludable que un mango petacón, puedes caminar y caminar sin cansarte, no sufres de cruda, pero no cruda de consumir alcohol, sino, cruda de sueño, por no dormir tus horas, sin embargo, la oportunidad llegó, pero se tardó un poco, me dije que me dura calentura y sin miedo al éxito.

El primer obstáculo fue estar dando explicaciones de porque acepte ser suplente, a los hombres no les preguntan y a dar miles de explicaciones… porque un amigo de toda la vida Roberto Serrano, a quien consideró una persona con valores y empática, me invitó a acompañarlo y bla,bla,bla, fijar una posición al respecto.

En general el proceso electoral no se daba en las mejores condiciones, bueno para nuestro partido, los morenos y los verdes, dirían “la elección ya está, nada más faltan los resultados” había que salir de nuestra zona de confort, partir de cero, y nos lanzamos con mi amigo Roberto Serrano, como titular al ruedo, sin condón, ni paracaídas de por medio y menos gel lubricante.

A los dos nos encanta la cercanía con las personas, no tenemos miedo a tocar puertas y corazones, ni de comer chicharrón y pozol en cualquier puesto que encontrábamos en nuestro camino.

La caminata con el calor de verano 40 grados en ocasiones, nos derritió, un día en San Fernando, la mejor protección fue una corona enorme de flores de mayo, que nos cubrió con su frescura, en un momento, por respeto a mis canas pintadas con Miss Clairol, me dijeron si te gustas retirar de la caminata, yo me trague mi orgullo, y  media hora más tarde discretamente emprendí las de Villadiego, eso sí dignamente luciendo mi corona de flores de mayo.

Y suceden cosas chuscas entramos a una casa donde se veía un grupo de personas y que resulta que estaban velando un muerto, después de las disculpas salimos huyendo, y con eso de que luego inventan que los muertitos votan…

El promedio de edad de los integrantes de la campaña iba de 17 a 30 años, así que ya se pueden imaginar esa diferencia abismal que me hacía sentir por momentos la abuelita de Batman, pero se hizo buen sinergia, uno se contagia de la juventud, y ellos y ellas buscan el apapacho de quienes somos mayorcitos y más en mi caso que soy mujer,  sentí a muchos de ellos necesitados de afecto, tengo un pendiente con el grupo.

Me preparé emocionalmente, y no podía competir con las candidatas fashion, de mi partido, ni de los otros partidos, que llegaban a cada evento muy producidas, la camisa blanca impecable, la mía manchada de pozol o de cochito, zapatos tacón 18, pestañas una por una, tatuaje de cejas y 30 kilos menos. Afortunadamente, he leído desde Louise Hay, pasando por Og Mandino y Marcela Lagarde, así que estaba emocionalmente preparada y mis detentes.

Luego el oufit de candidata suplente, playeras de hombre, porque dados mis kilitos que me trabajo me han costado no me venían las camisetas de mujer, asi que con este uniforme nada sexy, parecía un rotoplas y si las fotos me las tomaban desde atrás, mostraba un canasto espectacular, que posiblemente tendría éxito en los países árabes donde les gustan a las mujeres con una buena cadera-, me consuelo con la canción del General que dice: Tres libras de cadera no es cadera. Tú la tienes toda por eso te ves buena… aunque no entre dentro de una playlist de una feminista que se aprecie-

Mi desempeño dentro del partido fue más  en el área intelectual ideológico, elaborar documentos, discursos, la capacitación, fue para mí la novedad la movilización, el contacto con las operadoras políticas un grupo para mi mítico y que hasta el momento no entiendo bien cómo funciona, la mayoría de las operadoras son mujeres, quienes asisten a las reuniones son mujeres, quienes promueven el voto son mujeres, entonces me pregunto porque no tenemos el poder.

Cargar mi bolsa no era poca cosa, mi kit anticovid, maquillaje, celular, monedero, las estampitas de San Juditas, celular, patrono de las causas imposibles, kleenex, cepillo, toda una parafernalia, los hombres solo billetera y celular, y la ida al baño, a correr a una gasolinera o a prestar una casa, ya no se puede detrás del arbolito, como cuando eras niña y te mojabas los zapatos, a eso francamente le tengo terror así que nada más tomaba traguitos de agua.

Un día en un desayuno, alguien tomó mi celular por error, y yo en el pánico total, me dije van a ver mis fotos XXX y mis momentos románticos, que finalmente decidí ponerle clave, más vale, la tecnología también, nos pone en aprietos gajes de la campaña, la arrechura, hasta el panteón.

Me quedé con las ganas de ofrecer  “Chichis para todas” como ´Rocío del Pino, alias La Grosera, y fusilarme su lema “Una mujer con chichis es una mujer empoderada”, no anda tan errada o esta propuesta del Club de las Malas Madres (#Yonorenuncio), que piden que se incentiven fiscalmente a aquellas pymes que implanten la jornada continua con flexibilidad horaria.

Finalmente si bien mi vestuario no lo diseño Valentino, si proveía de las mejores pacas de la ciudad, ya que estoy muy de acuerdo con el reciclado y el Vel Rosita “estrenando, no Vel Rosita”, como dicen los Horóscopos de Durango: antes muerta que sencilla.

Finalmente, estoy a punto de hacer real un comentario de campaña , dado que nos encontramos con una cantidad enorme de perros en cada casa que visitamos especialmente chihuahueños, creo que hay colonias habitadas por más chihuahueños que personas, pondré una estética y una boutique para perrijos y perrinietos, el negocio del futuro.

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