Para frenar la violencia, el abuso, la discriminación y promover el respeto a la diversidad es necesario que el Estado priorice la educación sexual y reproductiva, particularmente para niñas, niños y adolescentes a partir de los 12 años cumplidos, aseveró la presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores, Olga Sánchez Cordero.
Ciudad de México / Micaela Márquez (SemMéxico).- La legisladora dio a conocer que el Senado trabaja en una reforma al artículo 38 de la Ley Orgánica de la Administración Pública, y los artículos 4 y 58 de la Ley General de las Niñas, Niños y Adolescentes con el objetivo de que la educación cuente con una perspectiva de autonomía progresiva de la sexualidad.
Durante el foro “Rompiendo paradigmas, educación sexual incluyente para la infancia y adolescencia” la senadora Sánchez Cordero destacó que “tener información objetiva sobre identidad y expresión de género, así como de orientación sexual, puede contribuir a combatir la homofobia, la lesbofobia, la transfobia; y crear un entorno más seguro inclusivo para todas y para todos”.
Además de que el aprendizaje de los distintos aspectos de la sexualidad empodera a la niñez y juventud para ejercer plenamente sus derechos.
Mientras que la presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres, Nadine Gasman Zylbermann, dijo que los nuevos libros de texto gratuitos deben incluir el tema de educación en sexualidad integral, ya que la impartición de estos conocimientos en los espacios escolares, y no únicamente en sus hogares o en los centros religiosos, es esencial.
Otro aspecto que abordo la presidenta de la Comisión para la Igualdad de Género del Senado, Martha Lucía Micher Camarena, fue el que a las niñas, niños y adolescentes se les ha visualizado jerárquicamente inferiores a las y los adultos, lo cual limita su autonomía y viola su derecho a la igualdad sustantiva.
Por lo que refirió que el primer paso para una educación sexual incluyente es reconocer como iguales a las niñas, niños y adolescentes, atribuyéndoles la decisión sobre sus cuerpos y sus vidas. Más allá del tema de la legalidad la educación sexual integral ayuda a concientizar y responsabilizar a las personas, acotó.
Consideró María Constanza Tort San Román, encargada del Despacho de la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes, que es deber de un Estado moderno y democrático abandonar las construcciones sociales precarias y difundir entre las infancias que la sexualidad no está limitada a la procreación.
Mientras que Marta Lamas, académica, profesora e investigadora, afirmó que la sexualidad y el género están entrelazados, por lo que las acciones para alcanzar una educación sexual plena deben incluir una perspectiva de género.
Por su parte, Luis Fernando Carrera Castro, representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), en México, asentó que también se debe abrir la discusión sobre la afectividad, ya que es un elemento clave para el desarrollo de las niñas, niños y adolescentes. Además, indicó que se debe construir una visión de autonomía para este grupo poblacional.
Coincidieron el director y fundador de la Asociación Mexicana para la Salud Sexual A.C., Eusebio Rubio Aureoles, y la titular de la Unidad Técnica para la Igualdad de Género del Senado, Sulma Eunice Campos Mata, en que los derechos sexuales deben ser respetados, reconocidos y garantizados porque el marco legal mexicano es muy bueno pero las instituciones educativas no aplican los programas de educación sexual necesaria.
Al respecto Andrea Alegría, de la organización Tabú Prepa Ibero, subrayó que la educación sexual integral no sólo es aprender a prevenir un embarazo, sino que debe contar con un enfoque psicológico y social.
Mayra Torres Chaires, subdirectora del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, enfatizó que uno de los retos es abordar a profundidad los derechos sexuales, diversidad y placer, ya que son conceptos que “hacen ruido”, por lo que se debe sensibilizar al personal que imparte este tipo de educación.
