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Refugios para mujeres y fallas de estrategia planteada por el gobierno

¿Qué va a pasar con los refugios de organizaciones civiles para mujeres violentadas?

Por  Wendy Figueroa Morales (Directora General Red Nacional de Refugios, AC)

Ciudad de México.- “No sabía a dónde ir, me decía que me encontraría y me mataría”; “Por primera vez después de muchos años me siento viva, dormí sin el miedo de que él llegara a lastimarme”; “Me decidí a denunciarlo y la jueza se tardó más de una hora para levantar mi declaración, me preguntaba si estaba segura y que sería un proceso largo”; “No quiera denunciar, pero me dijeron en el MP que tenía que hacerlo para ir a un refugio, así lo hice y, después, desaparecieron las pruebas”; “Él presentó una demanda sobre la guardia y custodia de mi hija, el juez se la otorgó porque no me presenté, pero jamás preguntó el juez dónde estaba yo, si seguía viva o estaba desaparecida, estaba en un refugio salvando mi vida”…

Estas frases son la realidad de más del 50% de las mujeres que llegan a los refugios, espacios que en México surgieron apenas hace 20 años por el movimiento y organización de mujeres.

Aún recuerdo esa llamada para invitarme a colaborar en una organización de la sociedad civil; al llegar, descubrí que no era un trabajo cualquiera, que en realidad me encontraba en un espacio de protección que se había convertido en el hogar de 10 mujeres y 13 niñas y 10 niños.

Empezamos de cero… sin modelos, sin guías, construyendo y aprendiendo… Entendí conforme transcurría el tiempo que no era un cargo, que era un compromiso, una filosofía de vida… entendí que mi formación profesional y mi preparación en derechos humanos, perspectiva de género y violencias contra las mujeres aportaban, sí, pero no me convertían en experta ni mucho menos en aquella que podía imponer un modelo o proceso… aprendí que las expertas son las mujeres víctimas de violencias que habían confiado en nuestra organización para sanar sus heridas y la de sus hijas e hijos.

Frente a esas mujeres sobrevivientes y maestras de vida, comprendí que ninguna acción, ningún modelo, puede implementarse sin escuchar a las expertas, a las personas por las que se está pensando y diseñando ese plan… y me refiero a las mujeres víctimas de violencias: ellas conocían lo que les aquejaba, lo que necesitaban, ellas y sólo ellas podrían darnos la información que requeríamos para desarrollar el plan de acción. Sólo desde una escucha horizontal y reconociéndolas como sujetas de derechos podríamos construir colectivamente modelos y políticas públicas.

Precisamente por esta experiencia que es compartida con muchas otras compañeras que dirigen y coordinan los refugios del país, no es viable replicar a nivel nacional el modelo que el gobierno federal ha propuesto y anunciado, toda vez que surge de la propuesta de un sólo municipio y que no ha recogido las voces de quienes lamentablemente son las protagonistas de estas historias de violencias machistas: las mujeres que se encuentran buscando esperanza y paz dentro de los refugios, así como a las mujeres activistas y expertas en el acompañamiento directo de quienes llegan a los espacios de protección huyendo para salvar sus vidas.

¿Rectoría del Estado?

Implica seguir perpetuando las carencias que el gobierno ha tenido, prueba de ello es que no se cuenta, o el ejecutivo no la ha socializado, con una eficaz estrategia nacional ante los feminicidios que diariamente se comenten en el país, los refugios previenen feminicidios y salvan vidas.

En México, la cifra de asesinatos de mujeres lamentablemente ha incrementado a 10 feminicidios diarios, evidenciando la ineficiencia de las autoridades en los tres niveles de gobierno. Hasta ahora, este tema no se ha abordado y lo único que se ha anunciado en el tema de refugios, además de su rectoría por parte de la SEGOB es la réplica de un modelo, el cual, como lo hemos dicho, NO es un refugio.

No se trata de convencer, se trata de que se reconozca la realidad que vivimos las mujeres en México, estamos en un estado de emergencia, en donde cada tres horas es asesinada una mujer, realidad que refleja que hasta hoy día el gobierno no ha garantizado el derecho de las mujeres a una vida libre de violencias y que el acceso a este derecho está permeado de procesos burocráticos, tráfico de influencias, nula visión de género y derechos humanos, potencializando así la violencia estructural contra las mujeres.

Algunas fallas de la estrategia planteada por el gobierno de la Cuarta Transformación

• Centralizar las acciones en el gobierno, concentrando en él las facultades jurídicas y extralegales para el ejercicio del presupuesto y de la acción estatal.

• La búsqueda de combatir la corrupción (con la cual estamos totalmente de acuerdo) llevan a desconocer la importancia que han tenido las organizaciones de la sociedad civil en la promoción y defensa de los derechos humanos.

• Invisibilización de los riesgos de pasar la rectoría de los refugios a la SEGOB y de involucrar a la policía, cuando existen múltiples ejemplos que demuestran que no están libres de corrupción y tráfico de influencias y, mucho menos, contar con capacitación en perspectiva de género.

• Falta de entendimiento al creer que un modelo aplicado en un solo municipio logrará ser eficaz en los diferentes contextos y realidades sociales de todo el territorio mexicano.

• Escuchar a una sola voz, dejando de lado al 90% de las expertas y modelos aplicados a nivel nacional que, sin duda pueden fortalecerse, pero que han tenido hasta hoy día resultados efectivos y comprobables: las cientos de mujeres e infantes que hoy tienen vida.

¿Qué va a pasar con los refugios de las organizaciones civiles?

Ante la falta de una estrategia nacional clara, eficaz e integral para garantizar el derecho de las mujeres a una vida libre de violencias y la prevención de feminicidios, más el desdén y falta de credibilidad hacia el trabajo de las OSC, la permanencia de estos refugios, que hasta hoy día han sido garantes de la restitución de derechos, la confidencialidad y el nulo tráfico de influencias, es incierta.

Incertidumbre que llega a las 20 mil mujeres e infantes que se encuentran recibiendo atención y protección en más de los 80 espacios que hay en el país operados por OSC.

Sin duda, esta incertidumbre reduce la esperanza que las mujeres tienen de recuperar sus vidas y empezar un nuevo camino donde las violencias no caben.

¿Interrelaciones ideales entre lo que va a hacer el gobierno y las organizaciones de la sociedad civil?

Desde la Red Nacional de Refugios (RNR) hemos hecho llegar ya hace días (al presidente, SEGOB, INMUJERES, Comisión de Igualdad del Senado y la Cámara de Diputados, Secretaría de Salud y a la JUCOPO del Senado) una propuesta de política de Estado en materia de protección del derecho de las mujeres a vivir libres de violencias que busca, desde un primer momento, garantizar la protección, restitución de derechos, confidencialidad y efectividad de la atención integral de las mujeres y, en su caso, de sus hijas e hijos, en apego al enfoque de género, derechos humanos e interculturalidad, que contempla 15 puntos, de los que destacan:

• Desarrollar colectivamente un nuevo modelo integral multidisciplinario con la participación de todas las organizaciones de la sociedad civil que por más de 20 años han brindado protección y atención integral multidisciplinaria en pro de los derechos de las mujeres, y en especial el derecho a vivir libres de violencias que contemple los tres órdenes de gobierno.

• Impulsar la colaboración presupuestaria de los tres órdenes de gobierno para prevenir, atender, sancionar y eliminar las violencias contra las mujeres, asegurando la protección y garantizando la vida y seguridad de las mujeres mexicanas, un modelo en el cual el gobierno y la sociedad civil se complementarán para el beneficio de las mujeres.

• Crear un presupuesto con fondos multianuales para la operación de los refugios tanto de sociedad civil como de gobierno.

• Optimizar los recursos al reconocer la importancia, trayectoria y experiencia de los refugios de organizaciones de la sociedad civil capitalizando los recursos humanos, de infraestructura, equipamiento y de resultados comprobados.

• Establecer la Norma Oficial Mexicana para refugios tanto de organizaciones de la sociedad civil como de gobierno para mujeres, sus hijos e hijas, víctimas de violencias que garantice una correcta atención integral conforme a estándares de calidad, de la cual ya hay una propuesta impulsada por la RNR y desarrollada en conjunto con otras instancias, que está en proceso de aprobación.

• Fortalecimiento de los servicios jurídicos, psicológicos y sociales de los centros de atención externa de refugios mediante el programa “Jóvenes Construyendo el Futuro”.

• Fortalecimiento de los mecanismos de transparencia y rendición de cuentas con los que han venido operando los refugios del país.

Entonces… ¿los refugios están a “salvo”?No, la lucha por el derecho de todas las mujeres no está conquistada:

• No se sabe cuántos refugios recibirán financiamiento en 2019 mediante la convocatoria pública del CNEGySR.

• No existe una política de Estado en materia de protección que garantice el derecho de las mujeres a vivir.

• No hay fondos multianuales garantizados para la operación de los refugios.

• No hay claridad del rol de los refugios de OSC para el 2020.

Quisiera que algún día los refugios no fueran necesarios, eso significaría que todas las mujeres podemos caminar libremente por nuestras calles, acceder a la justicia y gozar de todos nuestros derechos como sujetas y ciudadanas…la realidad es que esto está muy lejos de ser así.

 

Fuente: Nexos

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