La canción dice algo que he venido diciendo desde hace mucho tiempo y que es muy difícil de digerir y dificilísimo de comprender
La BBC Mundo realizó una entrevista con feminista argentina y antropóloga Rita Segato, sobre la repercusión que está teniendo «Un violador en tu camino», del cual el colectivo chileno de LasTesis, creó la canción con la observación de los trabajos de la antropóloga y sobre la violencia contra las mujeres y el movimiento feminista. Aquí la conversación con ella.
LasTesis, autoras de «Un violador en tu camino», el himno feminista que recorre las plazas del mundo, han dicho que la letra de la canción está basada en sus trabajos. ¿Qué le parece la repercusión que está teniendo?
Lo valoro muy positivamente y hay varias cosas a observar: no es por la televisión que se ha difundido, por lo menos acá en mi país, Argentina, no es por medio de los canales habituales ni convencionales… es algo que ha pasado, que se ha vuelto viral por su propio camino, por sus medios, en la comunicación de la propia gente… lo cual es algo para ser notado y realmente me encanta, me encanta que eso salió del control de los medios habituales. Veo que circuló por el planeta por sus propios pies, evadió todos los filtros, todas las selectividades de los canales convencionales.
A mí me encanta, me honra, me da una gran felicidad que un pensamiento que tardó muchos años en colocarse en el papel, en diversos libros, como es mi análisis de la violencia contra las mujeres, llega a un destino masivo, a una circulación tan extensa como tuvo este poema, esta lírica, que realmente refleja algunos puntos centrales que he enfatizado a lo largo de mucho tiempo.
¿Cree que ha servido para llevar la teoría feminista de la academia a las calles?
Sí, aunque en América Latina ya se daba el uso de uso de textos, de autoras, de teoría en las calles, en las marchas. Ese pensamiento se encuentra presente porque es un problema severo.
Por lo tanto, las mujeres de todas las edades, aunque muy especialmente las jóvenes, fueron a buscar en la literatura una explicación, una forma de comprender lo que desde el punto de vista nuestro es incomprensible: ¿qué nos mata? ¿Y por qué nos mata? ¿Por qué tanta muerte para quien mata poco?
Porque el problema de los feminicidios es un problema de la cantidad, del crecimiento numérico, sobre todo cuando uno lo piensa desde la perspectiva de cuán poco las mujeres matamos. Hay una desproporción enorme entre la violencia letal que aplicamos y la violencia letal que recibimos.
Eso naturalmente requiere y ha producido a lo largo de las últimas dos décadas, una búsqueda por parte de las mujeres y del activismo en la literatura, en los análisis académicos.
Por lo tanto, la canción «Un violador en tu camino» no es una novedad desde el punto de vista de la búsqueda del activismo en el pensamiento analítico, pero lo que sí es una novedad es la extraordinaria circulación planetaria de una lírica que condensa de forma poética ese pensamiento.
Y lo condensa de una forma no obvia, y eso me llama la atención, porque realmente están las cosas que he dicho, pero lo están de una forma en clave, codificadas, y la gente la ha sabido leer. Esto es extraordinario y sorprendente, muestra una madurez de la gente, del activismo en la lectura y comprensión de algunas ideas que no son tan fáciles, tan accesibles.
El tema de la canción es la violencia contra la mujer, algo que usted ha estudiado mucho. ¿Por qué un hombre viola a una mujer? O, si prefiere, ¿qué es una violación?
La violación es un acto moral, moralizador, y eso es lo que la canción dice.
La canción dice algo que he venido diciendo desde hace mucho tiempo y que es muy difícil de digerir y dificilísimo de comprender, pero yo lo he escuchado en las cárceles y es obvio hoy en las calles de Chile: quien viola es la autoridad, quien viola es el sujeto moral.
El sujeto violador es el sujeto moral por excelencia y la violación moraliza, es decir, coloca a la mujer en su lugar, la atrapa en su cuerpo, le dice: más que persona, eres un cuerpo.
La violación está fundamentada no en un deseo sexual, no es la libido de los hombres descontrolada, necesitada. No es eso porque ni siquiera es un acto sexual: es un acto de poder, de dominación, es un acto político. Un acto que se apropia, controla y reduce a la mujer a través de un apoderamiento de su intimidad.
Usted también define al sistema patriarcal no como una cultura sino como un sistema político.
Yo retiro de mis textos la forma de entender el patriarcado como una cultura, una cultura moral, una cultura religiosa… El patriarcado es un orden político primordial que se basa en el control, el disciplinamiento y la opresión de las mujeres mediante narrativas muy diversas y dispersas en el planeta, que son narrativas de diversas religiones, narrativas de diversas culturas, que son diversas narrativas morales.
Pero, por detrás de todas ellas, se encuentra este orden político de dominación que dice que la mujer es sospechosa moralmente, vulnerable al mal, a la tentación.
Lo tenemos nosotros, la civilización judeocristiana en el Génesis, pero otras civilizaciones lo tienen en sus propios mitos: la mujer es tentada fácilmente y, por lo tanto, debe ser capturada por un orden, subordinada, disciplinada porque ella es vulnerable a esa tentación.
La violación es parte de esa moral opresora que coloca que atrapa a la mujer y le impone un límite, que es el límite de su cuerpo.
Usted cree que ese «mandato de la masculinidad» también es dañino para los hombres.
Una de las cosas que he dicho últimamente es «abajo el mandato de masculinidad», se lo he dicho a los hombres, y a veces me encuentro por la calle a hombres que me dicen: «Gracias, muchas gracias, abajo el mandato de masculinidad».
Porque el mandato de masculinidad destruye a los hombres también. Es un mandato corporativo jerárquico que les exige actos que los van a destruir moralmente y también físicamente, porque en la obediencia a la masculinidad sufre tensiones extraordinarias, muere antes en todos los países del mundo por este tributo a la corporación que tiene que entregar, y que implica la violencia, la crueldad, la falta de sensibilidad, la falta de empatía, la falta de solidaridad, la falta de compañerismo hacia las mujeres… eso va causando una tensión interna en muchos hombres, no poder sentir, no poder expresar ternura…
¿Piensa que el movimiento feminista debe hacer hincapié en decirle al hombre ‘ustedes también son víctimas’?
Esto ha sido muy discutido, pero yo creo en primer lugar en un mundo en plural, quiero un feminismo plural.
A mí me parece que el mandato de masculinidad daña a los hombres a las mujeres y a mí me parece que las metas el feminismo no son para las mujeres. Las reivindicaciones del feminismo no son para nosotras, son para toda la sociedad, para un mundo mejor. Eso es lo que mi feminismo busca.
Ahora, dentro del feminismo, hay voces en plural, y yo defiendo el pluralismo en primer lugar.
Cada vez hay más marchas, más protestas de mujeres, ¿cree que el movimiento feminista en América Latina está en su punto máximo?
Y no solo en América Latina, creo que el mundo está frente a un cambio de era, creo que está dándose un cambio de manos de la política.
La política en clave masculina, en clave patriarcal, está llegando a un punto de inflexión, por el gran fracaso, porque no ha conseguido en momento alguno y por ningún camino tomar el Estado y desde el Estado transformar la historia, no hemos llegado a un mundo con mayor bienestar para más gente a través de los caminos habituales que han sido siempre políticas de Estado, políticas en manos de los hombres.
Entonces yo creo que lo que está surgiendo en las calles, en América Latina, pero también en el mundo entero, son nuevas formas de política que no son las habituales y, en fin, el traspaso a una política que había sido ignorada, reprimida, ninguneada que es la gestión femenina de la vida.
¿Cree que va a producir cambios reales?
Sí, si conseguimos elaborar y formular las retóricas que el movimiento feminista está teniendo en el mundo.
Es decir, esto es política, aquí se transforma la vida, se transforma la manera de hacer política, en esta relación de cuerpos que se da en las calles, nuevas amistades que rápidamente se generan, que florezcan en las calles, nuevas formas de intimidad y de verse como un colectivo.
Ahí la solidaridad se va a volver verdadera, no va a ser un nuevo mecanismo, no va a ser una nueva política social de solidaridad, va a ser una nueva vivencia y el esfuerzo necesita de todos nosotros para ponerle nombre, porque los nombres son poderosos.
Transformar una retórica y ver lo que esa nueva forma de hacer política, que es la forma de las mujeres de hacer política, ver lo que logra y lo que significa yo creo que eso puede inaugurar una nueva era porque le estaba fracasado en todas partes para producir felicidad.
Artículo publicado por la BBC