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Hagamos Colemena

En la opinión de Colectiva Colmena Verde – Testigo Púrpura

En memoria a la Sra. Carmen “N”.

Hace unas semanas, en la zona conurbada, nos enteramos de la muerte de una señora de edad avanzada que fue brutalmente agredida en el interior de su casa, abusada sexualmente y golpeada casi hasta desfallecer, dando un duro golpe en las entrañas a todas las que exigimos un alto a la violencia.

Ese no fue un caso aislado. En los últimos años, la viralizacion de noticias como el de la chica agredida sexualmente en la vía pública al salir de su trabajo en una colonia de la ciudad, más los de recientes días en el bulevar de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río dejan en evidencia que ninguna mujer puede transitar en ningún espacio, ni el propio, ni mucho menos en el público. Aunque cada vez seamos más las que alzamos la voz, esto no para. Nos apabulla el hecho de que, en vez de disminuir, la violencia machista y sobre todo la feminicida, siguen aumentando.

Una de las reflexiones más latentes es la empatía de las personas: ¿Por qué les puede más que las mujeres nos manifestemos con pintas o exijamos el derecho de decidir sobre nuestro cuerpo?

Cuando existe alguna manifestación referente a esos temas se despliegan lacerantes comentarios que muchas veces terminan en claras agresiones y muestras de apología de delitos en contra de las mismas mujeres; a quienes descalifican verbalmente de todas las formas posibles, sin tratar de analizar el núcleo del contexto que nos aturde con el miedo más contundente, el que nos hace sabernos posibles víctimas.

La sociedad juega un papel sumamente importante en la deconstrucción patriarcal, pero ¿qué sucede cuando la misma sociedad se ve sobrepasada de apatía, incluso entre las mismas mujeres? En el estado de Veracruz nos atañen dos alertas de género donde las cifras nos rebasan y pareciera que las exigencias no tienen eco.

Según Pilar Calveiro es necesario analizar la memoria, la resistencia y la sumisión, y en el caso de los movimientos feministas que arrancaron en Argentina con la Marea Verde, se empezó a hacer cada vez más visible que en muchos lugares de Latinoamérica existe una gran desigualdad hacia las mujeres, con violencias de todo tipo, en todos los contextos socioculturales y que siguen escalando cada vez más.

En la actualidad nada nos pasa desapercibido y nos hemos empoderado lo suficiente para posicionarnos contra las desigualdades e injusticias y, aunque a la par pareciera que la contraparte se empeñe en minimizar nuestras acciones nuestra lucha diaria nos fortalece con las exigencias que conlleva el no estar dispuestas a seguir callando, por ello debemos caminar firmes, con una postura congruente, feminista, que cimente nuestros ideales de vivir en un mundo para todas y por todas, ejerciendo la libertad que pareciera ser básica para unas, pero para muchas otras, ejercerla, les ha llegado a costar su integridad o su vida.

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