La joven fue traficada a los 17 años por la madre de una amiga que le prometió un trabajo bien remunerado cuidando niños y luego la vendió a una familia en China como «novia». Una vez comprada, fue confinada y sometida a esclavitud sexual, pero logró escapar después de varios meses y regresar a su hogar en Myanmar.
(Rangún) – Los gobiernos de Birmania y China han fracasado en su propósito de contener la trata de mujeres y niñas de etnia Kachin como “novias” para familias en China, dijo Human Rights Watch en un informe publicado hoy.
El informe de 112 páginas, “‘Give Us a Baby and We’ll Let You Go’: Trafficking of Kachin ‘Brides’ from Myanmar to China” “‘Danos un hijo y te dejaremos ir”: el tráfico de ‘novias’ de Kachin desde Birmania a China”), documenta cómo los traficantes venden a mujeres y niñas de los estados norteños de Kachin y Shan para ser esclavas en China. Sobrevivientes de la trata explicaron que personas de confianza, incluso miembros de su propia familia, les prometieron empleos en China, pero que en su lugar las vendieron por el equivalente a entre US$3.000 y US$13.000 a familias chinas. En China, por lo general, eran encerradas en una habitación donde las violaban para que se quedasen embarazadas.
“Birmania y las autoridades chinas hacen la vista gorda mientras que traficantes sin escrúpulos están vendiendo a mujeres y niñas Kachin destinadas al cautiverio y abusos indescriptibles”, dijo Heather Barr, codirectora en funciones del departamento de derechos de la mujer en Human Rights Watch y autora del informe. “La escasez de medios de vida y garantías para los derechos fundamentales han convertido a estas mujeres en una presa fácil para los traficantes, que tienen pocas razones para temer a las autoridades en ambos lados de la frontera”.
El informe está basado principalmente en entrevistas con 37 sobrevivientes de la trata, así como con 3 familias de víctimas, funcionarios del gobierno de Birmania y la policía, así como miembros de grupos locales, entre otros.
Una mujer Kachin que había sido traficada a los 16 años por su cuñada dijo:
“La familia me llevó a una habitación. En esa habitación me ataron de nuevo (…) Cerraron la puerta, durante uno o dos meses. Cuando llegaba la hora de comer, me daban comida. Yo lloraba (…) Cada vez que el hombre chino me traía comidas, me violaba”.
Las sobrevivientes dijeron que las familias chinas a menudo parecían más interesadas en tener un bebé que una “novia”. Una vez que las mujeres y las niñas traficadas daban a luz, a veces podían escapar de sus captores, pero generalmente a costa de dejar a su hijo atrás con pocas esperanzas de volver a ver al niño. De nuevo en Birmania, las sobrevivientes luchan por superar el trauma y el estigma mientras intentan reconstruir sus vidas. Hay muy pocos servicios para sobrevivientes de la trata, y las pocas organizaciones que brindan asistencia desesperadamente necesaria no pueden atender todas sus necesidades.
Muchas de las sobrevivientes entrevistadas se encontraban entre las más de 100.000 personas internamente desplazadas por los combates en Kachin y los estados norteños de Shan que afrontan situaciones desesperadas en los campamentos. El gobierno de Birmania ha bloqueado en gran parte el acceso de la ayuda humanitaria a los campamentos, algunos de los cuales están bajo el control de la oposición, la Organización de Independencia Kachin. Las mujeres a menudo son las únicas que ganan el sustento, mientras los hombres luchan en el conflicto. Esto hace que las mujeres y las niñas sean vulnerables a los traficantes, quienes las venden a familias chinas que pasan apuros por encontrar novias para sus hijos debido al desequilibrio de género en China como consecuencia de la antigua “política de hijo único” en el país.
El porcentaje de mujeres en la población china ha disminuido constantemente desde 1987, y la brecha de género entre hombres y mujeres de entre 15 y 29 años está creciendo. Los investigadores estiman que China tiene entre 30 y 40 millones de “mujeres desaparecidas”, que deberían estar vivas hoy pero que no existen debido a la preferencia por los niños, exacerbada por la “política de hijo único” vigente desde 1979 hasta 2015, y las continuas restricciones de China a los derechos reproductivos de las mujeres.
Algunas familias deciden resolver la escasez de mujeres en edad de contraer matrimonio comprando mujeres o niñas traficadas. Es difícil estimar el número total de mujeres y niñas que son traficadas como novias a China, pero el gobierno de Birmania reportó 226 casos en 2017. Expertos en el tema dijeron a Human Rights Watch que creen que el número real sea probablemente mucho mayor.
Agentes del orden en China y Birmania, entre ellos funcionarios de la Organización de la Independencia Kachin, han hecho pocos esfuerzos para recuperar a las mujeres y niñas víctimas de la trata, según Human Rights Watch. Las familias que recurrieron a la policía en busca de ayuda fueron repetidamente ignoradas y, a menudo, les dijeron que tendrían que pagar para que la policía actuara. Mujeres y niñas que lograron escapar y acudieron a la policía china a veces fueron encarceladas por violar las leyes de inmigración en lugar de ser tratadas como víctimas de un delito.
“Los gobiernos de Birmania y China, así como la Organización de la Independencia Kachin, deberían hacer mucho más para prevenir el tráfico, rescatar y ayudar a las víctimas y enjuiciar a los traficantes”, dijo Barr. “Los donantes y las organizaciones internacionales deberían apoyar a los grupos locales que realizan el arduo trabajo que los gobiernos no están haciendo para rescatar a las mujeres y niñas víctimas de la trata y ayudarlas en su recuperación”.
Selección de testimonios
Conflicto armado y trata de personas en Birmania
“De repente, en 2011, estallaron los combates. Tuvimos que huir y escapar por nuestras vidas. Antes nos íbamos por poco tiempo (…) Pensamos que una vez que el ejército birmano dejara de disparar podríamos regresar. Pero nunca pudimos volver, y poco a poco tuvimos que irnos hacia la zona fronteriza, porque el ejército de Birmania atacaba a la población civil (…) Entonces, comenzaron a venir los traficantes chinos para persuadir a los civiles (…) [Las mujeres jóvenes] estaban dispuestas a arriesgarlo todo con tal de ayudar a sus familias, ayudar a sus hermanos menores”. – Una trabajadora de la Asociación de Mujeres Kachin y también una persona desplazada. Fue entrevistada por teléfono en enero de 2018.
Aliciente de trabajo en China
“Yo era el sustento de mi familia: estaba a cargo de mi madre y tenía que cuidarla. En el campamento de desplazados internos todo es demasiado pequeño y difícil. Entonces, uno de mis amigos me dijo: “En China hay empleos y buenos salarios. Cada mes puedes ganar entre 4.000 y 5.000 yuanes [de US$640 a $800]”. – Mujer traficada en 2013 con 27 años. Myitkyina, abril de 2017.
Acoso por parte de los traficantes
“La agente era mi tía. Ella me persuadió”. – Sobreviviente traficada a los 17 o 18 años. Myitkyina, diciembre de 2017.
“El agente birmano las entrega al agente chino. El agente chino proporciona un alojamiento y comida y las muestra a un hombre chino, que mira y paga dependiendo de lo bonita [que sea]. [Pagan] 100.000 yuanes (US$15.900) o 70.000 o 50, 30, 20, dependiendo de su belleza. Es como comerciar con jade: si el jade es de buena calidad, hacemos una llamada y lo intercambiamos de un corredor a otro. Lo mismo pasa con una chica, que pasa de un agente a otro”. — Funcionaria de la Organización de la Independencia Kachin que había trabajado en la lucha contra la trata de personas. Myitkyina, enero de 2018.
La travesía de mujeres y niñas traficadas
“Después de una semana allí, me desmayé. Creo que tal vez me dieron alguna medicina o algo así. No recuerdo lo que pasó. Cuando me desperté, escuché el tren y reconocí que estaba en el tren. No sé cuántos días estuve desmayada o cuánto tiempo pasé en el tren. Sólo vi las letras chinas. No podía leerlas. No había letras birmanas. Empecé a llorar. Vi a una mujer. Tal vez era una agente; nunca conocí a quien me metió en el tren. Ella me pellizcó la cara. Era una china [del estado de] Shan (…) Nos alojamos en un hotel. Cuando llegamos, la china-Shan cerró la puerta por fuera y nos advirtió que no huyéramos. Dijo que si tratábamos de escaparnos, nos cortaría las manos y las piernas”. – Mujer traficada a los 14 años con su prima después de que aceptaron trabajar en una tienda de ropa cerca de la frontera por 50.000 kyats (US$38) mensuales. Myitkyina, junio de 2017.
“Nos alimentaban a veces, pero no siempre. Después de tres días trajeron a los hombres al recinto. Había una valla alta, para que nadie pudiera ver lo que estaba sucediendo dentro del complejo. Fuera de la sala me mostraron a 10 hombres. En ese momento era por la mañana, las 7 a.m. Me separaron de mi bebé y me mostraron a los hombres. El primer agente se había ido, y vino un segundo agente que me mostró a los hombres y me preguntó cuál me gustaba. Cuando dije que no me gustaba ninguno, me abofeteó. Esto continuó así durante unos días y seguí negándome. Entonces el agente me violó. El agente se enfadó y para calmarse por la noche me violó. Fue una violación violenta. Cuando no me quité la ropa, él me pegó”. – Mujer traficada a los 36 años, junto con su hijo de 2 años. Myitkyina, abril de 2016.
Vida en cautiverio
“[Un intérprete usado por mi comprador me dijo]: ‘Ha sido traída a esta familia para contraer matrimonio (…) No le será fácil irse a casa ahora. Esta familia la ha atrapado: se va a casar y estará aquí; se quedará aquí’”. – Mujer traficada a los 18 años. Myitkyina, julio de 2016.
“Cuatro días después llegamos a Fugan (…) Entonces me encerraron en la habitación. No podía usar el teléfono. Lloré durante una semana. No comía nada. Lo único que podía hacer era rezar. Después de eso, me di cuenta de que ya no tenía forma de elegir (…) estuve allí durante cuatro años”. – Mujer traficada a los 18 años. Escapó con su hija, pero se vio obligada a dejar a su hijo atrás. Myitkyina, diciembre de 2017.
“No sé por qué me golpeaban. Un día me golpearon mucho. Incluso vino el vecino a la casa y trató de detenerlos. Cuando el vecino detuvo a la madre, el hijo me volvió a golpear. Cuando el vecino detuvo al hijo, entonces me golpeó la madre (…) Cada vez que me pegaban, no sabía qué hacer. Estaba sangrando por la nariz y por la boca (…) Sí o sí, me pegaban”. – Mujer traficada en 2011. Myitkyina, junio de 2017.
“Tenía que tener relaciones sexuales con el hombre todas las noches. Si me negaba, me amenazaba con cuchillos (…) Tenía que hacer muchas tareas domésticas. Tenía que lavar su ropa, cocinar para ellos, bañar a sus padres”. – Mujer traficada en 2013. Myitkyina, julio de 2017.
Demanda de bebés
“Estuve un año encerrada en la habitación (…) Antes de tener el bebé, los miembros de la familia, especialmente la suegra, me trataban mal. Su rostro estaba furioso. Algunas veces no me daban de comer porque no me quedé embarazada lo antes posible”. – Mujer traficada a los 30 años. Myitkyina, julio de 2017.
“El hombre chino me dijo que tenía que tener un bebé. Le dije que no quería tener un bebé. Él me empujó hacia atrás y me ordenó que tuviera un bebé. [Él dijo] ‘Normalmente, después de que las chicas birmanas tienen un bebé en China se pueden ir a casa, tal vez sea así para ti’. Por eso decidí tener un bebé con él. El hombre chino me dijo que después de que el niño tuviera un año me podía ir”. – Mujer traficada a los 20 años. Myitkyina, abril de 2016.
“Di a luz (…) Un año después, el hombre chino me dio a elegir qué hacer (…) Hizo falta mucha negociación, pero obtuve permiso para volver a casa. Pero no con el bebé. Los miembros de la familia no me dejaban cuidar del bebé, solo pude parirlo y amamantarlo. Le daba el pecho al bebé, luego la suegra lo tomaba y lo cuidaba. No me dejaban ser su madre”. – Mujer que regresó a China después de escapar porque no podía soportar estar lejos de su hijo. Myitkyina, abril de 2016.
Débil aplicación de la ley
“Realmente me siento deprimida por haber perdido a mi hija, y me siento muy triste. No tenemos dinero, así que no sabemos cómo buscarla”. – Madre de una mujer traficada, que fue ignorada por la policía antitrata de personas de Birmania. Myitkyina, enero de 2018.
“Fuimos unas cinco veces a la policía [de Birmania]. Siempre dicen: ‘Vamos a buscarlas. Les avisaremos si las encontramos’ (…) Ya contamos a la policía todo lo que sabemos, pero no dicen nada, [no tienen] ninguna solución”. – Madre de una mujer traficada. Myitkyina, enero de 2018.
“Tenemos una ley contra la trata [en Birmania], pero tenemos problemas de corrupción. Los agentes nunca son arrestados porque pueden pagar un soborno y siempre eludir (la justicia). La policía, los tribunales y los guardias fronterizos aceptan sobornos”. – Experto en tráfico de personas en Birmania. Rangún, enero de 2018.
Estigma de las sobrevivientes: traumas persistentes
“Algunas escaparon de China, pero no se atrevieron a volver a casa porque se avergonzaban de la situación y de lo que les sucedió (…) En nuestra sociedad Kachin, despreciamos a las personas que viven con otra persona sin casarse, o mantienen relaciones sexuales con otra persona sin estar casados. Regresamos a casa y nuestra comunidad nos miró con desprecio. Incluso después de casarnos con un hombre Kachin; en el futuro, estoy segura de que seré condenada y menospreciada para siempre [por] sus parientes y su familia”. – Mujer traficada a los 46 años. Myitkyina, junio de 2017.
“No había daños físicos en mi cuerpo. Pero un hombre que no acepté tuvo relaciones sexuales conmigo y eso siempre permanece conmigo y es muy duro y siempre tiene un efecto en mi vida”. – Mujer traficada en 2011 y retenida durante cuatro meses. Myitkyina, enero de 2018.
“La mayoría de las víctimas enfrenta situaciones terribles. Vuelven, y son totalmente diferentes al resto de nosotras. Sólo miran, miran fijamente (…) Las que acaban de regresar ni siquiera se atreven a salir y mostrar sus rostros (…) Se sienten culpables por haber sido [traficadas]”. – Trabajadora de la Asociación de Mujeres Kachin de Laiza, Myitkyina, enero de 2018.
Escasez de servicios
“Los servicios son totalmente inadecuados. El [Departamento de Bienestar Social de Birmania] es agradable, a todos les gustan. Pero simplemente no tienen los recursos para hacer nada. Les faltan tantos recursos que llegan a ser disfuncionales”. – Diplomático extranjero con sede en Birmania, Rangún, mayo de 2016.
“Necesitan asesoramiento y atención, pero no hemos podido satisfacer esas necesidades”. – Trabajadora de la Asociación de Mujeres Kachin del estado norteño de Shan, entrevistada por teléfono, en enero de 2018.